Un nuevo comienzo

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Antes de regresar a casa le pedí a Gilbert un ultimo favor, si podríamos hacer una visita rápida al internado donde se encontraba Ka'kwet. Solo una corta visita no afectaría el viaje ya que llegaríamos a tiempo. 

Gilbert esperó un poco alejado de la puerta mientras yo me dediqué a conversar con la hermana quien nos indicó que las visitas en ese momento no eran permitidas, solo le pedí que la saludara de mi parte. Un internado no me parecía muy maravilloso, ni tampoco se veía como algo que alguien disfrutaría, pero ni siquiera me dieron el paso. Aún así con respeto, le alejé y seguimos nuestro camino. 

Tomamos el tren mas temprano hacia Avonlea, el funeral de Mary se aproximaba. El amanecer se comenzó a postrar en el cielo, era hermoso. 

Llegamos y siendo honesta, el ambiente se sintió más pesado cada vez, por unos momentos todo el dolor había desaparecido. Pero en el momento en que llegamos a casa, viendo a Bash n un traje de color oscuro con Delphine en manos, una mirada fría y seria, de nuevo la perdida llegó al corazón de todos. 


X: El señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar, junto a aguas de reposo me conduce. Él reconforta mi alma....

El hombre que llevaba la ceremonia continuó hablando, las lágrimas de todos se hicieron presentes y mi corazón dolía. No podía evitar pensar en Mary y en cada una de las lecciones y enseñanzas que me dejó. 

Era mi turno de decir unas palabras, después de Bash y Gilbert. Lo había preparado desde hace días. 

Me postré como pude y todas las miradas eran para mí. 

-Creo que todos los presentes pudimos apreciar cómo era nuestra Mary...-mi voz era entrecortada.- tuvimos la gran oportunidad de conocerla, de amarla y de considerarla familia. Desde que llegó a nuestras vidas, todo fue maravilloso, no solo llegó a alegrar el hogar sino también lo amó y le ofreció su cariño, su afecto, su ternura, su amabilidad, su dulzura. Su amor. fue como una madre para mí y sin dudarlo lo digo. La lección más grande que pude aprender de ella dejando un lado todas las demás es..saber apreciar lo que tienes en el momento. Abrir los ojos y el corazón a lo que tienes enfrente. Que eres más afortunado de lo que piensas. Y me enseñó a poder amar a alguien como debía hacerlo. 

el nudo en la garganta y los escalofríos en el cuerpo eran incontrolables. 

-Ahora sé que descansa..en un lugar mejor.- terminé mi pequeño discurso frente a todos, con una mirada nostálgica indiqué que había acabado y regresé a mi lugar. Anne se encontraba a mi lado y acarició mi espalda con sinceridad. Me dedicó una mirada de compasión que acepte. 


Después de que la ceremonia terminara nos encontrábamos en nuestro hogar. Sentada en un sillón viejo, tenía una taza en mis manos pero no tomaba lo que contenía, mi mirada estaba perdida en la nada. Sentí como alguien ocupó el asiento de lado mío y decidió hablar. 

Anne: ¿Cómo te sientes? 

-Si te soy honesta, no siento nada.- respondí seca. 

Anne: Con las lagrimas sacaste todo lo que tenías resguardado Rose. Es común que te sientas así. 

solté un suspiro sin dejar de ver a dónde sea que estaba mirando. 

Anne: Supe que fuiste a Charlottetown ayer. ¿Buscaste más información? 

-Sí, lo lamento Anne te iba a ofrecer venir pero no veía caso, se que Charlottetown no es mucho de tu ayuda. 

Anne: no lo es, no tienes porque preocuparte Rose..además ¿encontraste algo importante?

MI QUERIDA ROSE SMITH... ‹‹ Gilbert Blythe »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora