Salí de mi casa y me encontré con Camila sonriente, ambas subimos a su auto y partimos hacia la cafetería que tanto nos gustaba.
Al llegar nos instalamos en una mesa con vista hacia la ciudad y pedimos lo de siempre, lo que nos encantaba.
—Y... ¿has pensado que estudiar? – me miró Camila y yo negué con la cabeza.
—Siempre he tenido todo planeado, pero desde lo de mi madre... – di un gran suspiró y miré mi bebida. – Todo cambió...
—¿Qué planeabas hacer?
—Quizá estudiar física. – me encogí de hombros. – O algo que tuviese tantas matemáticas. – di un sorbo a mi bebida. – Mi mamá habría querido que lo hiciera.
—¿Pero tú querrías? – yo bajé la vista hacia mis manos, sin responder su pregunta. – Debes hacer lo que ames.
—Han pasado tres meses desde el incidente en el Club 17. – dijo la reportera en la televisión, por lo que volteamos a verla. – Hasta el momento no se ha dado con los responsables de los traumas causados ese trágico día.
—Oh dios... – dijo Camila, mirándome. – Creo que voy a vomitar... – dijo, poniéndose de pie y corriendo al baño.
—¡Camila! – corrí hacia los baños y me la encontré frente al inodoro vomitando.No dudé en acercarme y sostenerle el cabello hasta que terminó, al finalizar se limpió la boca con papel y fue directo al lavamanos.
—¿Te encuentras bien? – la miré y ella asintió.
—Debió ser algo que comí esta mañana... – suspiró, mientras se lavaba las manos. – Comí esa pasta de ayer, que quizá debió estar mala por el terrible calor...Un recuerdo invadió mi mente sobre aquel trágico incidente.
Volví a la habitación después de haber dejado los trastes que utilicé para alimentar a Camila, y al verla de pie frente al espejo, un dolor en mi pecho se presentó.
Su mirada era triste y sin brillo alguno, como nunca en la vida.
Desde que llegué a este lugar, una sonrisa siempre posaba en su rostro y el verla así en este momento, me partía el corazón.
Me acerqué a ella y al notar mi presencia se dio la vuelta y dio una pequeña sonrisa de lado.
—¿Necesitas algo más? – la miré y ella negó con la cabeza.
—Estoy bien...
—No estás bien... – dije y ella hizo una mueca.
—Tengo miedo.
—¿De qué? – me acerqué a ella y suspiró.
—Ese tipo... me tocó, me violó y yo... no pude hacer nada...
—Creo que todas estaríamos como tu si nos llegase a suceder algo así. – me senté en la cama y ella me miró. – No cualquiera podría defenderse, y menos si te toman por sorpresa.
—Detesto a esos chicos. – suspiró y se sentó a mi lado.
—Compartimos el mismo sentimiento. – ella sonrió de lado.
—Temo quedar embarazada. – la miré sorprendida. – El tipo eyaculó en mí, es decir, en definitiva, no pude hacer nada más, solo quedarme debajo de él sin poder defenderme ni evitar que eso sucediera.
—Existen pastillas. – ella miró al suelo, desanimada.
—Unos días antes de la fiesta, cuando me encontraba con Erick y... lo hicimos, pero esta vez sin protección... – hizo una mueca. – Me tomé la pastilla por si las dudas y... anteriormente lo hice de nuevo... pero no puedo tomarla todo el tiempo... – suspiró. – Podría alterar mi cuerpo, ¿sabes?
—Esto podría ser muy peligroso, Camila.
—Lo sé... De verdad lo sé, Rae.La voz de Camila me hizo regresar a la realidad.
—¿Vienes? – yo la miré y asentí.
Ambas salimos del baño y nos volvimos a sentar en nuestro lugar, fijé mi mirada en mi amiga que disfrutaba comiendo su trozo de pastel de chocolate y al parecer ella notó mi mirada, por lo que volteó sin entender nada.
—Rae, tu mirada asusta.
—Camila, ¿hace cuánto que no te llega la menstruación?
—Mmm no lo sé... – se encogió de hombros. – Soy bastante irregular.
—¿Estás segura? – alcé mi ceja y ella fijó la vista a un punto ciego. – ¿Camila?
—Me estoy comenzando a preocupar. – me miró de nuevo. – ¿Qué fecha es hoy?
—Uhm... – miré mi celular. – 26 de octubre.
—Mierda... – me miró sin poder creerlo. – ¿Tú crees que podría estar...? Ya sabes...
—¿Quieres que... compremos una prueba? – pregunté y ella asintió.De inmediato nos pusimos de pie y pagamos nuestra comida.
Nos subimos al auto y recorrimos la ciudad hasta encontrar una farmacia en la cual debíamos comprar una prueba de embarazo.
Ella se bajó y en minutos ya tenía la prueba en sus manos en aquel auto, no tardamos en llegar a mi casa y con prisa ella se adentró en el baño, dejándome sola en mi habitación, con la duda y nerviosismo.
—¿Camila...? – toqué la puerta. – Llevas más de 20 minutos dentro del baño.
Al no escuchar respuesta alguna de ella, opté por abrir la puerta y encontrarme con ella mientras miraba la prueba en su mano.
—¿Camila?
Pero ella no dijo palabra alguna.
Parecía en una especie de shock, mientras ocultaba su rostro en su mano libre, por lo que me acerqué a ella, la cual me miró con lágrimas en su rostro.
—¿Qué sucede? – me agaché a su altura.
Pero ella solo negó con la cabeza mientras seguía llorando.
No entendía a lo que se refería, es decir, si no estuviese embarazada habría saltado de alegría, pero en cambio, solo negaba con la cabeza mientras dejaba salir las lágrimas.
Sin dejar de mirarla, tomé la prueba entre sus manos y tomé la otra mano entre la mía.
Bajé mi mirada hacía el resultado, dos rayitas de color rojo se encontraban ahí.
—Camila...
—Estoy... Estoy embarazada...
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[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓
Romance-Un Nuevo Amanecer. Raenda es una chica que ha sufrido tantas burlas toda su vida. Al mudarse cambia su aspecto y encuentra el amor en alguien que menos se esperaba. -El Último Verano. Tras comenzar las vacaciones, Olivia debe ir a aquel pueblo en e...