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Al despertar me levanté y salí de la habitación, no conocía la casa, tan solo lo que había visto al entrar, lo que no fue mucho, por lo que me guie por mi instinto y este no me falló, ya que llegué a la cocina, en la cual se encontraba Charles, cocinando unos deliciosos wafles.

Él me sirvió en un plato y lo dejó frente a mí, en la mesa, lo que agradecí con una sonrisa para luego comenzar a comer sin chistar.

-Tu ropa está limpia. – dijo y lo miré. – Por si gustas cambiarte en cualquier momento.

-Muchas gracias. – sonreí y él sonrió igual.

Al terminar de comer decidí vestirme con mi ropa de anoche y quería irme a casa, la verdad, necesitaba hacerlo.

Mis padres debían estar preocupados, lo que Charles entendió y me guio hacia la salida, pero mi vista se fijó en un gran piano de cola que se encontraba en un gran salón con unos enormes ventanales adornándolo, en los cuales podían verse los enormes árboles, plantas y flores del jardín.

-¿Quieres tocar un poco? – preguntó y lo miré.

Iba a aceptar, pero recordé que debía regresar lo más pronto posible, por lo que negué con la cabeza.

-Debo ir a casa. – murmuré y él asintió.

Nos alejamos del piano y nos adentramos a su auto, el cual condujo hacia mi casa, siguiendo mis indicaciones hasta que llegamos.

-Enserio, muchas gracias por lo de anoche. – dije y él sonrió con los labios sellados.

-Si necesitas algo, puedes pedírmelo sin dudar. – dijo y yo asentí.

Me bajé del auto y corrí hacia mi casa, para adentrarme en ella y notar que mis padres no se encontraban, lo que me daba un poco de tranquilidad, porque así no me llenarían de preguntas.

Subí con prisa a mi habitación y puse a cargar mi celular, en el cual comenzaron a llegar tantos mensajes, sobre todo de Nicholas, el cual me pedía disculpas por no poder ir por mí.

Al parecer su madre le había pedido algunas cosas, por lo que le respondí que estaba bien, que mi celular había muerto pero que llegué a casa segura.

No podía contarle sobre lo sucedido ya que eso le preocuparía tanto y por el momento, no quería nada de eso.

Me tiré a la cama y bufé.

Estas vacaciones serían tan largas.

De pronto un pequeño recuerdo llegó a mi mente, fue algo que sucedió hace algunas semanas.

Nicholas me había pedido que me arreglase para salir con él esa noche, por lo que acepté y esperé a que él llegara para poder salir.

Me subí a su auto, dejando en la parte trasera mi guitarra guardada en su estuche y Nicholas comenzó a conducir hacia el centro de la ciudad, en donde tendría esa gran sorpresa para mí.

Ambos llegamos a un lugar tan colorido por unos increíbles artistas.

Reconocía este lugar.

Muchas veces venía para poder apreciar el arte de las personas, algunas se sentaban y comenzaban a mostrar su verdadero talento.

Nicholas me tomó de la mano mientras se ponía una gorra y entendía el porqué, él es un chico famoso, por lo que no debía estar en estos lugares en los cuales la gente podría aprovechar y acercarse.

Aunque eso no era molestia para mí, al parecer para él sí.

Él me guio hacia un lugar que se encontraba solo, lo que no comprendía, pero mi vista se posó en el chico de a lado que tocaba el teclado y cantaba algunas canciones de Bruno Mars, al voltear vi que se trataba de Michael, el chico que conocí en la fiesta, el amigo de Nicholas.

Él al vernos, sonrió y siguió cantando, que la verdad, lo hacía tan bien.

A mi otro lado había una chica que tocaba el violín tan perfectamente bien, lo que me hacía sentir algo insegura, pero la mirada de Nicholas me tranquilizó un poco.

-Nicholas... ¿qué hacemos aquí? – pregunté y él sonrió mientras me entregó la guitarra.

-Hoy tocarás y cantarás para mí. – sonrió. – Frente a la gente.

-No puedo...

-Si puedes, Tess.

-No... no entiendes. – dije retrocediendo. – Yo... tengo pánico escénico y... no podré hacerlo frente a la gente.

-Mira tú. – dijo retrocediendo y sentándose en un escalón. – Concéntrate en mí y en tu esencia, solo así podrás lograr todo esto.

-Pero...

-Confía en mí. – sonrió. – Tan solo, confía... eso es todo.

Yo tomé mi guitarra y comencé a tocar algunos acordes, pero no me salían bien ya que me sentía tan nerviosa y no quería fracasar.

Pero la mirada de Nicholas me tranquilizó, de nuevo.

Suspiré y cerré mis ojos, recordando esa canción de Coldplay que me encantaba, y así, pude tocar algo magnífico.

Al abrir mis ojos vi como la gente se acercaba y algunos, dejaban algo de dinero en mi estuche.

Una chica de tez algo morena se acercó sonriente y depositó un billete en mi estuche, por lo que le sonreí sin dejar de cantar y ella se fue para ver a Michael, junto con la chica que iba a su lado.

Fijé mi vista al frente y poco a poco la confianza llegaba a mí y la gente apoyaba mi talento.

Vi como Nicholas me grababa con su celular mientras sonreía y parecía disfrutar de mi música, hasta que terminé agotada y la gente aplaudió tan sonriente.

Nicholas se acercó a mí y tomó mi mano.

-¿Ya ves como si puedes mostrar tu talento frente a la gente?. – dijo y lo miré. – Si pudiste con esto, podrás con más en un futuro.

Sonreí involuntariamente ante ese recuerdo tan preciado para mí.

Eso también había mejorado la relación tan... increíblemente bien, lo que me emocionaba tanto.

Así que me puse de pie, me vestí de otra manera más, semiformal y tomé mi celular que se encontraba con pila para poder hacer lo planeado y sin pensarlo salí de mi casa, no sin antes despedirme de Rex, el cual jugaba tranquilamente con sus juguetes.

Tomé el primer camión que vi y con nerviosismo me dirigí hacia mi destino.

La casa de Nicholas.

Al llegar pude ver que había gente en ella, al parecer otro festejo.

Esta gente no se cansaba de festejar por todo.

Entré sin pensarlo, recibiendo algunas miradas de algunas personas, por suerte iba un poco vestida para la ocasión, un vestido negro y unos lindos botines eran más que suficientes para verme bien.

Caminé por todo el salón, pero no parecía encontrarse Nicholas, hasta que me topé de frente con su mamá, la cual me miró algo impresionada.

-Vaya, al parecer si puedes arreglarte un poco. – dijo mirándome de arriba para abajo.

-Bueno, ¿Qué le puedo decir? – la miré. – Me suelo arreglar para mi novio, Nicholas.

-Oh... ¿el mismo que se encuentra por allá? – dijo señalando hacia un lado del salón.

Fijé mi mirada hacia donde me dijo ella, pero solo pude ver algo que me hizo sentirme completamente insegura y triste.



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[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora