Desperté con los ojos hinchados por tanto llorar.
Después de haberme dejado ayer en el puente y después de recordar lo que sucedió, me dirigí a mi casa y comencé a llorar toda la noche hasta quedarme dormida.
Una llamada llegó a mi celular y respondí sin siquiera ver de quien se trataba.
—¿Rae? – escuché como Camila decía mi nombre, algo confusa. – ¿Estás bien?
—Si... Si, estoy muy bien. – mentí, levantándome.
—¿Si me acompañarás hoy? – me preguntó y suspiré.
—Claro. – me dirigí al baño. – ¿A qué hora?
—A las 4:00pm...
—Bien, a esa hora estaré ahí.
—Te enviaré la dirección por mensaje.Me colgó y yo me dejé caer en la cama, sintiendo mis ojos arder, por lo que solo suspiré y miré a mi costado, una foto con mi madre se encontraba en mi mesa de noche.
Las lágrimas comenzaron a salir sin siquiera poder reaccionar.
La tristeza invadía mi cuerpo entero.
Me sentía fatal, me sentía pésima, me sentía tan mal conmigo misma.
Di otro gran suspiro y caminé directo al baño para tomar una ducha, al finalizar me vestí y peiné un poco mi cabello.
Bajé las escaleras y miré hacia la cocina pudiendo ver las rosas en ella, las perfectas rosas que Alex me había obsequiado.
Sentí mi corazón romperse en mil pedazos al recordar toda mi historia con él y al final, le hice daño.
Me dirigí con prisa hacia la salida y tomé de nuevo el auto de mi padre, para luego dirigirme hacia la ciudad, debía despejarme.
Entré a la linda cafetería y pedí lo que normalmente ingería en ese lindo lugar, habría deseado venir a este lugar con Alex, pero ahora, eso no sería posible gracias a la estupidez que cometí y también porque él odiaba este tipo de lugares, es decir, no le gustaba del todo el estar en establecimientos con decoraciones tan... rústicas y lindas.
La puerta del local junto con las risas falsas que entraban por ese lugar llamó mi atención, y al voltear, deseé no haberlo hecho.
Alex se encontraba junto con Cristine y Samantha, ambas lo tomaban del brazo y el parecía no disgustarle eso, aunque las risas llamaban la atención de todos, provenían de ellas, mientras que él solo mostraba seriedad y algo de molestia.
—Por aquí, Alex. – dijo Samantha, señalando un lugar relativamente cerca de mí. – Espero y no te moleste. – dijo, mirándome mientras se sentaba cerca.
—Adelante. – dije, suspirando, cansada de todo.
—Vaya... – dijo Cristine. – ¿No es raro que tu ex venga a este lugar junto con dos... atractivas chicas? – alzó la ceja y yo rodeé los ojos.
—No me importa... – dije, tragando saliva y al alzar mi vista pude ver su mirada en mí, Alex me miraba fijamente.
—Bien. – dijo Samantha. – Alex, mi amor... es hora de anunciar nuestra relación.Con esas palabras, casi me atragantaba con mi comida.
¡¿Relación?!
—Te dije que quedarías sola. – dijo Samantha, sonriendo cínicamente. – Las perdedoras siempre terminan así.
Sentí mis ojos arder y sin poder más, me puse de pie y le lancé mi bebida a Samantha, justo en su rostro, haciendo que grite, atrayendo las miradas de todos, hasta de la gente que se encontraba caminando fuera.
Pude notar una pequeña sonrisa en el rostro de Alex, pero decidí no prestarle tanta atención, por lo que tomé mis cosas y salí de ese lugar, sintiendo pasos detrás de mí.
Me giré para encarar a la persona que me seguía y era mi querido Alex.
Tragué saliva nerviosa al ver su seriedad y su cabello corto que, sinceramente, le quedaba estupendo.
—¿Qué fue eso? – me miró, sin expresión alguna.
—¿Disculpa? – alcé mi ceja.
—Eso con Samantha. – se acercó a mí, haciendo que me ponga algo nerviosa.
—¿Importa? – me crucé de brazos.
—Claro que importa, es mi novia. – dijo él, con seriedad.Al escuchar esas palabras, sentí ese dolor en mi pecho que me producía un nudo en mi garganta.
Quería llorar, de verdad estaba a punto de hacerlo, pero no quería verme débil ante él.
—¿Tu...tu novia? – tartamudeé un poco, haciendo que él alce una ceja.
—Claro. – se encogió de hombros.
—Vaya... que tan rápido olvidas una relación. – bajé la mirada.
—Nuestra relación no era importante. – lo miré. – Solo fue una cosa pasajera.
—¿Tú crees eso? – dije, con un hilo de voz, casi inaudible.
—Claro. – se encogió de hombros.
—No creí que fueras así... – tragué saliva, intentando no soltar un sollozo.
—Nunca conoces bien a una persona. – se acercó a mí y me susurró al oído unas palabras que en verdad dolieron. – Ella hace el mejor sexo.Se separó de mí y pasó a mi lado sin siquiera importarle que una lagrima recorría mi mejilla, entró de nuevo a la cafetería y se sentó junto con su nueva novia, a la cual abrazó y besó sin más.
Cerré mis ojos sintiendo mis ojos arder y al abrirlos solo me topé con su mirada fría a través del gran ventanal.
Me giré y sin dudarlo me subí al auto para luego conducir lejos de ese lugar.
No supe cuántas veces estuve dando la vuelta por la ciudad, pero las horas pasaban y al final fui a la dirección que me dijo Camila, pero me confundí al notar que se trataba de una clínica.
No entendía del todo el porque me había pedido que viniera a este lugar.
Me bajé del auto y entré con algo de duda a la clínica, encontrándome con una Camila nerviosa mientras miraba su celular con impaciencia.
Al subir el rostro pudo verme acercándome a ella, por lo que se puso de pie y me abrazó con euforia.
—Creí que no vendrías... – dijo, separándose de mí. – Estaba nerviosa, ya creía que me dejabas plantada...
—Jamás lo haría. – dije, sincera. – Pero dime, ¿qué es todo esto? – miré las sillas vacías de la sala de espera.
—Hice una cita... – tragó saliva.
—¿Para qué, Camila?
—Quiero abortar...
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[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓
Romance-Un Nuevo Amanecer. Raenda es una chica que ha sufrido tantas burlas toda su vida. Al mudarse cambia su aspecto y encuentra el amor en alguien que menos se esperaba. -El Último Verano. Tras comenzar las vacaciones, Olivia debe ir a aquel pueblo en e...