9

3 1 0
                                    


Al principio mi padre fue el primero en llegar sonriente mientras saludaba a algunos familiares, pero al posar la vista en mí, o más bien, en mi vestido, su cara fue de decepción total.

Estaba segura de que su hija lo había decepcionado y eso no me molestaba, al contrario, me ponía contenta porque estaba usando un vestido que mi madre adoraba con toda el alma.

La típica música de bodas comenzó a sonar y todos nos pusimos de pie.

Una novia con un vestido muy ajustado de sirena comenzó a caminar entre las sillas sonriéndole a todos los que estaban presentes, hasta que posó su vista en mi padre y su sonrisa se hizo enorme que daba miedo, justo como el gato de Cheshire.

Al llegar a mi padre, todos los presentes tomamos asiento y la ceremonia comenzó.

Yo estaba algo perdida en mis pensamientos, no me interesaban sus votos ni su respuesta hacia el juez, tan solo me interesaba el bienestar de mi madre y lo estúpida que fui al dejarla por venir a una boda en la que era claro que no me querían.

Unos aplausos interrumpieron mis pensamientos, y un beso entre ellos fue lo que destruyó toda felicidad que quedaba en mí.

Miré a mi alrededor y todos aplaudían tan contentos, mientras yo sentía un gran nudo en mi garganta que me impedía articular palabra alguna hacía Travis, el cual me miraba algo serio, sabía que le molestaba que me hicieran sentir de esta manera.

Su mano en mi rodilla fue mi mayor apoyo en todo este rato que duró la ceremonia.

La pareja feliz caminó entre la gente, que no dudaba en aventar pétalos de rosa hacia ellos.

Me puse de pie, a lo que Travis me imitó.

La gente encargada en decorar el jardín comenzó a mover las sillas, poniéndolas alrededor de unas mesas que sacaron de no sé dónde.

La fiesta comenzaba y yo no estaba nada feliz por eso, quería regresar al pueblo con mi madre, deseaba un abrazo de ella, realmente deseaba estar con ella.

La gente fue rápida en acomodar todo y hacer que el ambiente fuese más alegre, o al menos para los demás invitados.

Travis y yo nos encontrábamos en una esquina, recargados en una gran fuente mientras teníamos una copa de champagne en nuestras manos.

Tan solo veíamos como la pareja de recién casados bailaba en medio de la pista improvisada.

-Esto es un asco – dije tomando un sorbo de la bebida

-No veo tanta felicidad en ella – dijo Travis negando con la cabeza

-Es imposible ser así de feliz – mordí mi labio – No confío en ella

-Liv – habló Travis y lo miré – ¿Me concederías esta pieza?

- ¿Hablas enserio? – lo miré sonriente

-Puedes quedarte aquí criticando a la nueva esposa de tu padre o podrías bailar conmigo en medio de todas las miradas para que puedan apreciar lo hermosa que eres

-Solo tu logras convencerme – sonreí y dejé la copa en la fuente

-Es porque te gusto – me guiñó el ojo y dejó la copa, para luego tomar mi mano y llevarme a la pista

Comenzamos a bailar una canción lenta que sabíamos perfectamente cual era, aunque estaba segura de que mi padre no la conocía, era muy grande para estas canciones algo recientes.

Pero mi mente se puso en blanco al sentir las manos de Travis en mi cintura mientras que yo rodeaba su cuello con mis brazos, nuestras miradas conectaron y en ese momento, mis problemas desaparecieron.

[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora