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Una llamada me hizo despertar, tomé mi celular y vi que era alguien desconocido, por lo que respondí confundida.

—¿Hola? – murmuré, tallando mis ojos.
—Hola, cariño. – dijo un chico. – Dime que ya has despertado.
—¿Alex? – dije, bostezando. – ¿Qué... qué hora es y cómo conseguiste mi número?
—Es la 1:30pm y tengo contactos. – dijo y pude imaginarme su sonrisa al otro lado de la llamada.
—Oh por dios. – dije, poniéndome de pie.
—Te ves linda en esos shorts. – dijo, riendo un poco, haciendo que me ruborice.
—¿Cómo sabes que uso shorts? – pregunté, algo nerviosa.
—Cuando duermas, procura cerrar las cortinas. – volteé a ver la ventana y efectivamente, las cortinas se encontraban abiertas.
—No es correcto el observar a la gente por la ventana. – dije, acercándome a esta y viendo a un Alex recargado en su moto.
—Solo baja. – dijo, sonriendo.
—No. – dije, cruzándome de brazos y el rio un poco.
—¿Harás que suba por ti? – alzó la ceja.
—Quiero verte intentándolo. – dije y colgué la llamada.

Me alejé de la ventana y miré mi habitación, la cama estaba hecha un desastre y mi cabello igual.

Corrí al baño y lavé mis dientes con prisa, luego acomodé lo mejor que pude mi cabello mientras escuchaba como subía por la enredadera que se encontraba fuera de mi ventana.

Salí del baño y me posicioné frente a la ventana viendo como subía más y más, hasta llegar a mi ventana, la cual abrí y un sexy Alex vestido con su típica chaqueta de cuero entraba por ella, hasta quedar completamente dentro de mi habitación.

—Hola, Rae. – dijo, mirándome fijamente a los ojos.
—Hola, Alex. – dije, nerviosa.
—Linda pijama. – sonrió. – Puedo ver tus pechos.
—¿Q...Qué? – dije, tragando saliva y tapando estos con mis brazos. – Ahora dime que haces aquí. – dije y él rio.
—Es nuestro día de cita. – se sentó en mi cama.
—¿Ci...Cita? – lo miré, sorprendida.
—Así es. – dijo, tomando un libro de mi mesa de noche. – Tu amiga Samantha estará en un club cerca de aquí.
—¿Cómo sabes? – lo miré, confundida.
—Ella me lo dijo. – me miró. – Me agregó a Facebook y me invitó a ese club.
—Así que... ¿solo iremos a verla? – alcé la ceja y él sonrió de lado.
—Y a fingir que estamos juntos. – se recargó en sus codos. – Así que arréglate.
—Pero... ¿el club no lo abren de noche? – lo miré, confundida.
—Si, pero quiero hacer unas compras antes. – se encogió de hombros.

Yo asentí y me dirigí al baño para darme una ducha corta y relajante, al terminar me vestí con mi ropa interior y mi bata encima.

Salí del baño y vi como Alex se encontraba en su celular, acostado en mi cama sin notar mi presencia.

Abrí mi closet y tomé unos jeans junto con una linda blusa, me giré para ver a Alex, el cual me mirada con una sonrisa de lado.

—Me debo vestir. – dije, algo nerviosa.
—Adelante. – se sentó, mirándome.
—Necesito estar sola. – dije y él sonrió.
—Bien, te espero abajo. – sonrió y se acercó a la ventana.
—¿Qué haces? – me acerqué a él.
—Te esperaré en mi moto.
—La gente normal usa las escaleras. – dije, al ver como salía por la ventana y me miraba.
—Lo normal es aburrido. – dijo, bajando por esta.

Yo negué con la cabeza mientras sonría y comencé a vestirme, arreglé un poco mi cabello y me puse algo de lápiz labial.

Me miré por última vez al espejo y salí de mi habitación.

Bajé las escaleras y salí de mi casa, encontrándome de nuevo con Alex, recargado en su moto.

Me pasó su casco y lo tomé como siempre lo hacía.

Me subí detrás de él y partimos hacia el centro comercial.

Al llegar, entramos y fuimos directamente hacia donde vendían cosas para motos e inmediatamente lo entendí, Alex quería comprar cosas para su motocicleta.

—Mídete esto. – dijo, pasándome un casco.
—¿Disculpa? – lo miré, sorprendida.
—¿Es difícil para ti el entender las cosas? – se cruzó de brazos.
—¿Por qué debería medirme eso? – pregunté, señalando el casco.
—Usas todo el tiempo mi casco. – alzó la ceja. – Necesitas uno para que no me quites el mío.
—¿Acaso me lo regalarás? – dije sonriente, mientras tomaba el casco entre mis manos.
—Si que eres pesada con tus preguntas. – rodó los ojos y se alejó de mi haciéndome reír un poco.

Conforme los días habían pasado comenzaba a entender un poco el comportamiento de Alex, me daba cuenta de que escondía perfectamente sus sentimientos con frialdad.

Y no digo que yo le guste, pero desde nuestra noche en el puente, la cual fue hace unos días, él me trataba de manera tan... diferente.

Y eso me gustaba.

Me miré al espejo del local y me reí un poco al verme con el casco así sin más, lo que llamó la atención de Alex, el cual se acercó sonriente.

—Te queda bien. – se cruzó de brazos mientras sonreía.
—Me gusta. – me lo quité y lo miré.
—Bien. – lo tomó entre sus manos y me llevó a la caja para poder pagarlo.

Él sacó su billetera y pagó el lindo casco que me medí hace unos instantes.

Ambos salimos y de la nada, una mano tomó la mía.

Volteé a verlo y él tan solo miraba hacia en frente, bajé la mirada y sonreí al ver nuestras manos unidas.

Supuse que no le importaba que la gente nos mirara de esa forma, agarrados de la mano como una pareja normal.

Estaba claro que no éramos normales, pero como él lo dijo.

Lo normal es aburrido.


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[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora