5

3 0 0
                                    


Escondí un poco mi rostro para que no pudiesen reconocerme, pero fue idiota, porque su voz se escuchó por todo el local.

-¡Hey, Tess!

Lo miré y efectivamente, era Nicholas el que me miraba con una sonrisa en su rostro y con emoción en su voz.

Le sonreí un poco incomoda, pero no parecía molestarle, por lo que se acercó y se sentó frente a mí.

-Habías dicho que trabajarías – alzó su ceja y yo me encogí de hombros

-Y fue así – di un mordisco a mi trozo de pizza – Acabo de salir

-Así que sales a las 7 – dijo mirando su reloj – Me lo guardaré para después – lo miré y él sonrió – ¿Te apetece venir a casa?, los chicos y yo nos iremos al pedir la cena

-No puedo, debo trabajar – miré mis manos, algo tímida

-Perdón por la pregunta, pero... ¿por qué tienes dos trabajos?

-Es algo complicado – mordí mi labio – Pero así es mi vida

-Eres una chica muy interesante – se recargó en la mesa, mirándome de manera diferente, algo... único

-Gra...gracias

-¡Nic! – gritó un chico de cabello negro como la noche – ¡Vámonos!

-¡Voy! – dijo él sin dejar de mirarme – Nos vemos luego, Tessa Prescott

-Claro...

Él me miró por ultima vez para luego salir del local y dirigirse al mismo auto de la escuela, alejándose de nuevo de mí.

Continué comiendo hasta quedar satisfecha y al final pedir para llevar lo que había sobrado.

Salí y me dirigí a la pequeña tienda en la cual trabajaba de noche.

Al llegar la chica del turno anterior me sonrió, ella era una chica increíble, aunque casi no charlábamos, me agradaba, era la única que no me criticaba ni le molestaba el hecho de que casi no convivíamos en estos años que trabajamos en este lugar.

-Hola, Lea – dije con una sonrisa

-Hola, Tess – me correspondió la sonrisa

Ella tomó sus cosas y salió, despidiéndose de mí.

Comencé a hacer unos conteos en la tienda de la mercancía, asegurándome de que todo estuviese bien.

Al finalizar me senté a esperar que llegara gente, la cual era poca, pero aun así llegaba.

Al ver la hora me di cuenta de que necesitaba comer de nuevo, por lo que saqué mi pizza de mi mochila y la calenté un poco en el microondas para luego comer un poco mientras esperaba a que el tiempo pasara.

El cual, como todos los días, sucedía.

Mi reloj marcaba las 12am, por lo que comencé con el cierre de la tienda y salí de ella, para caminar hacia la parada de autobuses y me senté para esperar que alguien llegase.

Pero los minutos pasaban y no parecía que alguien se acercara, lo que comenzaba a preocuparme.

Mi reloj marcaba las 12:30 y nada llegaba, lo que era extraño porque todos los días había autobuses, era el último que pasaba.

Mordí mi labio, nerviosa y miré mi celular con impaciencia, pero solo veía como el tiempo pasaba.

Mi casa quedaba muy lejos como para caminar hacia ella y realmente no tenía a nadie para que me ayudara.

[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora