16

6 0 0
                                    


Me puse de pie al verlo ahí sin siquiera moverse de su lugar.

Fijé mi vista hacia su cabello, el cual se encontraba cortado de una forma tan... perfecta.

Ya no era el chico del cabello largo, ahora tenía otro estilo.

Me acerqué lentamente, pero él se me adelantó y se fue con prisa hacia su motocicleta

—¡Alex, espera! – grité corriendo detrás de él.

Pero él se alejó en su moto hasta perderse de mi vista.

Sentí unos pasos detrás de mí.

—Pff, que dramático. – dijo Michael. – Y ese corte... Wow, que idiota.

Me giré para encararlo y no dudé en darle un golpe en su rostro.

Corrí a mi auto y me subí viendo como Michael se acercaba, pero definitivamente no lo llevaría conmigo, no después de lo que sucedió.

Comencé a conducir alejándome de él lo más que podía, y cuando estuve tan lejos, le di un golpe con mis manos al volante, sintiendo como las lágrimas querían salir sin parar.

Tomé mi celular y marqué tantas veces el número de Alex, pero fallé en todas las posibilidades.

Él no quería hablarme.

Comencé a buscarlo por toda la ciudad, pero no se encontraba por ningún lado.

Llegué a la zona donde tenía sus competencias, en el cual se encontraba tanta gente, por lo que no dudé en bajarme y caminar dentro del lugar.

—Hey, amiga. – dijo una chica y volteé, era la misma que estuvo conmigo el primer día. – No creí volverte a ver por aquí.
—¿Has visto a Alex? – pregunté y ella alzó la ceja.
—¿El bombonazo de Alex? – se cruzó de brazos y negó con la cabeza. – Él viene mañana, es su competencia. – se encogió de hombros. – Ahora está compitiendo alguien más.
—Mierda... ¡gracias! – dije, ya lejos de ella.
—¡Espera! – gritó y me giré. – Si lo encuentras dile que Zac ha decidido entrenar duro para poder ganarle.
—Está bien. – dije y me subí al auto.

Conduje de nuevo en la oscuridad, la noche había caído hace una hora, por lo que ahora sería difícil de encontrar.

Hasta que recordé dos lugares en los que podría estar.

Opté por la primera opción, pero no se encontraba, la primera noche que nos conocimos habíamos llegado a un lugar abandonado y a él le fascinaba la vista, pero ahora, podría no ser su lugar.

Así que regresé al auto y me dirigí hacia el segundo lugar.

El puente.

Corrí hasta llegar al lugar, donde no podía entrar con el auto, porque se encontraba repleto de cosas que impedían el paso a mi auto.

Y efectivamente, él se encontraba ahí.

Estaba sentado en el borde de este mientras lanzaba lo que parecían ser piedras al agua.

Me senté a su lado en silencio.

Él no se movía de su lugar, parecía no importarle el que estuviese ahí, parecía no importarle nada.

Fijé mi vista en su cabello corto y recordé de inmediato una charla que tuve con Camila hace meses.

—Solo recuerdo haber estado tan cerca de él y... pedirle que se corte el cabello. – golpeé mi rostro con mi mano.
—Eso es bueno. – la miré – Digo, toda la vida, y por "toda la vida" me refiero a hace tres años, se ha dejado crecer el cabello – se encogió de hombros.
—¿Qué tratas de decir?
—Me refiero a que, si lo llega a hacer, significa que te ama.

[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora