A la mañana siguiente, desperté sintiendo unos brazos rodearme la cintura, lo que me hizo sonreír involuntariamente.
Me levanté tratando de no despertarlo, pero fallé en el intento, ya que una voz me hizo detenerme.
- ¿Sabías que es de mala educación irte sin siquiera darme un beso? – dijo con una voz ronca que me hizo estremecerme tanto
-No quería despertarte – dije dándome la vuelta para encararlo
-Sueles moverte mucho al dormir – dijo sonriendo, lo que me hizo ruborizarme
Travis me abrazó aún más hacia él, haciendo que cayera de nuevo a la cama, quedando debajo de él.
Sentí su mano acariciar mi cabello y posteriormente mi mejilla, la cual seguía ruborizada, lo que hizo que una sonrisa escapara de sus labios.
Poco a poco se acercó a mi hasta unir de nuevo nuestros labios en un lindo y apasionado beso que hacia mi piel erizar.
Pero un ruido sonoro nos hizo separarnos.
Inmediatamente nos levantamos y corrimos hacia donde provenía el ruido, el cuarto de mi madre.
Al entrar pudimos ver como ella se encontraba de pie, o al menos hacía el intento, porque sabía que era difícil para ella.
Frente a sus pies se encontraba unos trozos de vidrio provenientes de un vaso que había estado en su mesa de noche.
-¿Pero qué...? – dije sin poder creerlo
Mi madre no podía estar de esa manera, sobre todo por su enfermedad, no debía hacer esfuerzo alguno.
-Solo quería... intentar caminar – dijo ella apenada – Pero me es... imposible
Podía notar como se le dificultaba el decir palabra alguna, por su falta de oxígeno.
- ¡No debes hacer esfuerzos! – dije alterada, sintiendo unas manos en mi hombro
-Liv...
-Hija... lo siento... yo – la interrumpí
- ¡No, pudo haberte pasado algo! – seguía alterada, pero las mismas manos en mi hombro me hicieron girar, encontrándome con los ojos marrones de Travis
-Liv, tranquila – tomó mi rostro entre sus manos
-Pero... – me interrumpió
-Si te alteras, será peor para ella – acarició mis mejillas y yo asentí
Me di la vuelta y vi como mi madre se encontraba cabizbaja.
Había sido muy dura con ella, pero no podía perderla, por un simple esfuerzo como levantarse y tomar un vaso, era demasiado para mi madre.
Ella estaba muy frágil en este momento, pero aún así, yo reconozco que estuve mal al hablarle de esa manera, por lo que me sentía fatal por mi reacción.
Me acerqué a ella y la ayudé a sentarse en la cama, para después acostarla como anteriormente estaba.
-Perdón Liv – dijo con una voz inaudible
-No – dije y me miró – No te disculpes, yo no debí hablarte así – suspiré y tomé sus manos entre las mías – Pero me preocupas tanto y el verte de esa manera con los vidrios en el suelo, fue demasiado
-Ya regreso – dijo Travis – Iré por la escoba
Escuché sus pasos alejarse y entendí porque lo hizo, quería dejarnos solas por un momento y eso lo apreciaba, realmente debía hablar con mi madre.
-No hija – dijo y miró nuestras manos unidas – Yo sé que no debo hacer esos esfuerzos, pero soy demasiado terca para no seguir las ordenes, yo... aproveché que el enfermero salió y quise hacer esto
-Mamá...
-Perdóname hija – me miró y una lagrima recorrió su mejilla
-Pero...
-No he sido una gran madre – más lagrimas siguieron recorriendo sus mejillas – Te abandoné cuando más necesitabas de mi y no tuve contacto alguno contigo, fui una mala madre, no supe como reaccionar tras la muerte de Malory y yo... tan solo me arrepiento de todo lo malo que he hecho – sus palabras hicieron que mis lagrimas salieran
Ambas nos unimos en un fuerte y sincero abrazo que tanto anhelábamos, que tanto necesitábamos en nuestras vidas para que los colores volvieran a salir de esta oscura realidad.
Una puerta abriéndose nos hizo separarnos, era el enfermero, el cual entraba a la habitación con su maletín.
Era hora del siguiente tratamiento de mi madre, por lo que me sequé las lágrimas y me puse de pie, frente a mí se encontraban los trozos de vidrio en el suelo.
-Yo lo recojo – dijo el enfermero y yo asentí con la cabeza para luego salir de la habitación después de musitar un gracias
Caminé hacia la cocina en la cual se encontraba Travis acomodando unos platos con comida en la mesa, al verme no dudó en caminar hacia mi y darme un abrazo.
-Todo estará bien – me susurró al oído – Te lo prometo, Olivia
Nos separamos y él me guio hacia la mesa de la cocina para que pudiese comer el desayuno que él mismo preparó para mí, lo que era hermoso.
Al terminar él tuvo que irse a su trabajo mientras que yo me recostaba en el sillón de la sala mirando hacia la ventana.
Veía los carros pasar y pensaba en lo mucho que sirvió el venir hacia este lugar este verano.
Si lo hubiese pospuesto, nunca más podría haber estado con mi madre, y eso me mataba por completo.
Siempre he creído que el destino tiene vida propia y que algunas veces se burla de las personas, mientras que otras veces tiene sentimientos y se apiada de la gente que de verdad lo necesita y no lo sabe.
En este caso, el destino se apiadó de nosotras y nos juntó de una forma maravillosa, aunque todo pronto terminaría, realmente me quedo feliz por haber estado los últimos días de su vida junto a ella.
Este era el último verano.
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[EDITANDO] 3 HISTORIAS - [COMPLETA] ✓
Romance-Un Nuevo Amanecer. Raenda es una chica que ha sufrido tantas burlas toda su vida. Al mudarse cambia su aspecto y encuentra el amor en alguien que menos se esperaba. -El Último Verano. Tras comenzar las vacaciones, Olivia debe ir a aquel pueblo en e...