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Semana Santa estaba a la vuelta de la esquina y Jimin estaba feliz de saber que no tendría que ir a casa. Sorprendentemente su padre había seguido sus exigencias y no lo contacto ni siquiera cuando le envió un búho diciendo que no pretendía ir a casa para el descanso. Simplemente no tenía las fuerzas necesarias para enfrentar a sus padres. Ni para ver el rostro de su padre, ni para ver la fría sonrisa de su madre.

Una mano en su hombro llama su atención y detrás suyo apareció JungKook. — ¿Aún quieres quedarte aquí para las vacaciones?

Jimin no evitó sonreír ante las palabras preocupadas del gryffindor y asintió. En un ataque de "contención", JungKook había decidido acompañarlo durante el descanso de Semana Santa y se quedaría en Hogwarts. Incluso cuando Jimin le había insistido en que debía ir con su familia, el chico se negó y se quedó a su lado.

— Sí.

Desde la noche en la sala de Menesteres y con Umbridge tomando control de Hogwarts, ocuparon el lugar para reunirse con regularidad, hablar y hacerse compañía, pero para también hacer la actividad favorita de ambos, besarse. Dónde estaba su relación, no estaba muy claro y tampoco planeaban conversar sobre ello, pero ambos sabían que estaban juntos.

— Tengo práctica de Quidditch, ¿nos vemos más tarde? — JungKook se veía cansado y Jimin no lo podía culpar. Entre el quidditch y sus reuniones secretas, el gryffindor se estaba desgastando.

— Es mejor que no. Después de la práctica ve a dormir temprano y mañana podemos vernos — Jimin le regala una pequeña sonrisa antes de sentir los labios ajenos sobre los suyos sellando un casto beso.

Sin decir nada, JungKook abandona el lugar y Jimin espera ver la puerta desaparecer para lentamente perder la sonrisa. No lo quería admitir, pero desde que su vida comenzó a ir en picada, lo que atesoraba eran los momentos con JungKook. Lyra estaba bien, pero ella estaba concentrada en su compromiso y que todo estuviera bien con Adrian, no quería preocuparla o darle más problemas. JungKook lentamente comenzaba a ocupar más espacio en su mente e inevitablemente en su corazón.

Aguardó unos minutos antes de seguir el camino del chico para ir hacia la sala común de su casa, pero no logró dar unos pasos cuando vio a una ravenclaw de primer año correr hacia él.

— Eres Park Jimin, ¿cierto? — Asintió. — Llegó esta carta para ti, el búho tenía prisa con irse y Vanessa Martin me pidió que te la trajera. 

— Muchas gracias — Dice lentamente tomando la carta de sus manos, mirando el sobre con sospecha. — Dale las gracias a Martin de mi parte. 

La pequeña no esperó mucho para desaparecer dejándolo solo con la carta. 

Park Jimin

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería 

Al instante reconoció la letra de su padre y se erizó al darse cuenta del contenido de la carta. Escondiendo el trozo de papel con recelo, aceleró el paso hacia las mazmorras, pasando de toda persona que querían detenerse a conversar con él, incluso desvió la mirada de la profesora Vector quien de seguro lo iba a llamar para hablar de su investigación para Aritmancia.

Susurró la contraseña y pasó sin dar una segunda mirada por la sala común, pero en un rincón reconoció a Lyra junto con Adrian, ni siquiera tuvo el tiempo para alegrarse por su mejor amiga, simplemente caminó directamente hacia su dormitorio. Con prisa entró sacando su varita y cuando estuvo apunto de levantar las barreras de privacidad, notó que habían más personas.

— ¿Llegó la carta? ¿Te acuerdas cómo fue ese momento, Fabian?

Deteniéndose en su lugar Jimin retuvo las ganas de maldecir a Gage, bajando su varita la guardó y prefirió dar su mejor cara a los chicos con quienes compartía dormitorio. — No sé lo que quieres decir, Gage.

Neon →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora