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Jimin nunca lo reconocería, pero sintió algo cálido en su estómago cuando el traslador lo trajo a la entrada de la mansión Park. Maldijo su lado sentimental por ser nostálgico por el lugar donde tuvo una deplorable infancia. Quizá JungKook lograba afectarlo más de la cuenta e hizo que olvidara su desapego a sus propias emociones. Extrañaba al Gryffindor con lo que casi podía ser desesperación, las cartas hace bastantes semanas atrás dejaron de satisfacerlo y para esa altura, sólo necesitaba estar entre los brazos de su mago.

Luego que el traslador lo dejó en la entrada, un chasquido familiar sonó a su lado y agachó la mirada. Kitty con sus grandes ojos violeta lo miraban y contenían lágrimas mientras que sus orejas estaban caídas en lo que Jimin pensó que era un ataque emocional contenido. Se permitió sonreír y asintió hacia la elfa. Como si aquello fuese la gota que rebalsó el vaso, Kitty chilló fuerte y escandalosamente.

— ¡El joven maestro está de regreso! ¡Kitty ha extrañado mucho al joven maestro! — Saltando en sus piernas en un torpe baile, corrió hacia Jimin llorando apasionadamente. Se aferró a las pantorrillas de Jimin y temblaba contra él sin querer dejarlo. — ¡Kitty se ha asegurado que sus habitaciones estén limpias para usted, joven maestro! ¡Cociné todos sus platillos favoritos! ¡Un gran banquete le espera, digno del legítimo heredero de la casa Park! 

Si Jimin fuese más como su padre y si no tuviera a JungKook en su vida, de seguro le habría gruñido a la elfa para que se separara y luego la hubiera obligado a castigarse por su falta de respeto y vergüenza. Pero Jimin, quería pensar, era mejor que su padre. Con una risa incómoda extendió su mano a la cabeza de la pequeña criatura para darle pequeños golpecitos torpes, en modo de consuelo. 

— Has sido una buena elfa, Kitty, pero ahora estoy un poco cansado y mareado por el viaje. ¿Quiénes están en la mansión? — Esperó pacientemente hasta que la elfa se calmara para hablar.

— El amo y la señora están dentro. El amo está en la oficina y la señora está siendo anfitriona de una reunión con otras damas — Kitty chasquea sus dedos y todo el equipaje de Jimin desapareció, no tenía idea de cómo lo hacía, pero sabía que sus maletas ahora debían estar en su habitación. — Creo que es de... Car-car-cardin-

— Caridad Kitty, caridad — Corrige y camina hacia la entrada de la mansión, sabiendo que la elfa lo seguía de cerca. — ¿Lady Pucey está en la reunión? 

El título sonaba ridículo en la boca de Jimin, Lyra siempre había sido... Lyra, y ahora tenía que tener el cuidado de llamarla por su título señorial. Sabía que pronto tendría que sentarse y repasar una lista de todas las chicas de su año que ya se habían casado y ahora pasaron a ser damas de una casa. El sólo pensarlo le daba dolor de cabeza. 

— Lady Pucey está presente, trajo unas galletas que preparó su elfo — Kitty hizo una mueca de disgusto y Jimin solo pudo adivinar que la pequeña elfa quería criticar el trabajo de la otra criatura. Quizá Jimin usaría la información para molestar a Lyra. 

— Bueno Kitty, creo que es hora de interpretar al vástago de la casa Park, ¿Qué dices? — Dentro de la mansión miró a la elfa, Kitty no dudó en entregarle una sonrisa de adoración total. 

Tocó tres veces la puerta del salón de té antes de abrirla. Todos los ojos de las brujas dentro se posaron en él y lo único que pudo hacer fue regalarles su mejor sonrisa. Perfecto heredero sangre pura. La que había entrenado toda su vida. Sin duda su túnica verde oscura a la medida le hacía un gran favor para recalcar su apariencia. 

— Lamento interrumpir, señoras, todas aquí están haciendo algo totalmente maravilloso, pero entenderán que un hijo no puede dejar de presentarse a su madre luego de meses de ausencia — Se detuvo unos segundos en mirar a cada bruja presente, todas lo miraban halagadas por sus palabras y claros modales, solo Lyra se veía imperturbable quien lo miraba con unos ojos burlones. — Madre — Concentró su atención finalmente en su madre mostrando su acto de hijo devoto. — Te ves hermosa como siempre.

Neon →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora