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Caminó con prisa por los pasillos del castillo, si no se apresuraba llegaría tarde a Defensa Contra las Artes Oscuras y ya había escuchado que la nueva profesora era brutal, sobre todo por la discusión en la que se había enfrascado con Potter. Por más que muchos en la casa Slytherin supieran que el chico estaba diciendo la verdad, nadie quería admitir en voz alta que El-Que-No-Debía-Ser-Nombrado, había vuelto.

— ¡Jimin! — Se detuvo abruptamente y esperó un segundo antes de girarse y mostrar su mejor sonrisa amable a Vanessa Martin. — No puedo acompañarte a las patrullas de esta noche. 

Eso borró la sonrisa de Jimin y su ceño se frunció suavemente. Vanessa era alguien responsable y ambos lograban tener una relación bastante civilizada. La ravenclaw era el premio anual femenino, por lo que ambos tenían que compartir tareas y deberes. La chica era de su agrado, alejada de las costumbres Slytherin de las que siempre estaba rodeado Martin servía como un respiro, estaba bien educada y sin duda era inteligente como también bastante decente. Un poco más pequeña que Jimin, tenía un cabello liso casi irreal de color castaño claro, una figura voluptuosa que llamaba la atención y unos ojos verdes, no era una belleza para toda la población de masculina, pero Jimin estaba seguro que la bruja tenía algunos magos bajo la manga.

— ¿Por qué? ¿Algo más interesante que cumplir con tu deber? — Arqueo una ceja mostrando su molestia, pero la ravenclaw no se dejó intimidar. Jimin tenía que dárselo, la chica era sin duda una cosa.

— Tengo detención con Flich — Antes que Jimin pudiera abrir la boca, la chica se adelantó. — Me encontraron hechizando a Padgett.

Jimin suspiró, en ese caso Lyra debía estar hecha un amor. Vanessa y Lyra se odiaban con una pasión ardiente que provocaba que las dos brujas no se pudieran ver sin hechizar a la otra. Jimin creía que era porque Vanessa había logrado estar con un hufflepuff que Lyra codiciaba, pero Jimin quería pensar un poco mejor de su compañera de casa y supuso que era por el estado de sangre de Martin. Quizá el único obstáculo que no le permitía a Jimin ofrecerle su amistad a la ravenclaw mestiza.

— Ya hablé con Granger, ella te acompañará.

No reprimió el bufido que abandonó sus labios y omitió la mirada de muerte que le estaba dando la chica, olvidándose de ser político por unos segundos. 

— No tuviste suficiente con ser deficiente ¿Si no también me pones junto con Hermione Granger?

La sangre sucia no era un absoluto problema para Jimin, apenas si había cruzado dos palabras con ella, pero no quería pasar algunas horas de su noche patrullando el castillo abandonado junto con la gryffindor. Sabía que perdería la paciencia con la bruja al primer segundo. 

— Solo, la próxima vez que suceda algo así, no me arregles patrullar con alguien más, prefiero estar solo que mal acompañado. 

Girando sobre sus talones no le dio tiempo a la chica de contestar. Y maldijo al notar que ya llegaría tarde con la profesora Umbridge, lo último que quería era causar una mala impresión y el único recurso que le quedaba era usar su apellido. 

Luego de clase, el humor de Jimin solo empeoró y optó por ignorar a Philip que hablaba sin parar a su costado. ¿Por qué justo en su último año tenían que colocar a la peor profesora de defensa? ¿Era mucho pedir a alguien como el profesor Lupin? No le terminaba de agradar la idea que fuese un hombre lobo, pero había sido uno de los mejores profesores que había tenido, no como la mujer de rosado que les prohibía usar sus varitas. 

Sus pensamientos, como el monólogo de Philip, se detuvieron por dos altas figuras de cabello rojo.

— Park... — Comenzó uno.

Neon →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora