— ¿Qué es este lugar? — Observando alrededor Jimin mira con el ceño fruncido como la puerta por la que entraron acababa de desaparecer. JungKook se encoge de hombros actuando como si aquello fuese normal.
— Solo... Un lugar que mis amigos y yo encontramos. Mejor sentémonos — JungKook lo toma por el codo guiándolo hasta el cómodo sofá que estaba frente a una cálida chimenea.
Después que se encontraron, JungKook lo llevó hasta un pasillo desierto en el séptimo piso y vio con maravilla como una puerta aparecía de la nada invitándolos a la agradable habitación en la que se encontraban. En todos sus años en Hogwarts nunca había visto algo así antes, pero prefirió ignorarlo para priorizar a lo que habían venido.
El lugar era cálido y cómodo, con algunos colores característicos de Gryffindor, por unos segundos Jimin se preguntó si esta era la sala común de la casa de los leones, pero era imposible, ya que no estaba cerca de la torre de ellos.
— ¿Quieres un té? — JungKook interrumpe el silencio, y a pesar que se le veía visiblemente nervioso por estar solos, en sus ojos había un deje de preocupación por Jimin.
— Un té estaría bien.
En un rápido movimiento, casi ansioso por llenar el silencio, JungKook llama a uno de los elfos domésticos de Hogwarts, pidiendo té y bocadillos para ambos, en cuestión de minutos el elfo volvió con lo requerido y se marchó no sin antes recordar que siempre podían llamarlo.
— ¿Has cambiado tu postura con los elfos? — Comenta distraídamente, mientras su mano temblaba llevándose el té a sus labios. Se permite relajarse ante el líquido cálido.
— No y creo que es mejor que no volvamos a ese punto — JungKook hace un mueca y Jimin si hubiera estado en el ánimo correcto, habría reído. Sabía que esa discusión en particular no los llevaría a ningún lado, Granger había logrado adoctrinar a JungKook. — ... Si no mal recuerdo, vinimos aquí para hablar sobre otra cosa.
Un vacío apareció en el estómago de Jimin y de pronto los bocadillos frente suyo le causaron asco, dejó de lado la taza de té y miró a JungKook. El gryffindor era como un libro abierto, sus ojos se miraban con una especie de esperanza dirigida a Jimin, mezclado con preocupación, ansioso por arrodillarse frente suyo y ofrecer todo su honor y valía. Tan Gryffindor.
Aunque esta vez el pensamiento no le causó ningún tipo de desesperación, sino más bien quietud. ¿Era capaz de confiarle a este gryffindor enamorado todas sus preocupaciones? ¿No daría la espalda al escucharlo y correr por el castillo gritando sus secretos? ¿Ocuparía la información para traicionarlo?
No. Es un gryffindor, el honor es más importante. Se recordó con una especie de cariño.
— Jimin... Sabes que puedes decirme lo que sea.
— ¿Puedo? — En su voz se deslizó algo de ansiedad. — No te ofendas, JungKook — El león suspiró con satisfacción al escuchar su nombre. — Pero no creo que puedas digerir todo lo que te voy a decir, por mi te haría tomar el voto inquebrantable.
— Hazlo.
Jimin miró horrorizado a JungKook. O era demasiado valiente o demasiado estúpido, no sabía con exactitud. Ningún mago con un poco de cordura encima, se ofrecería tan abiertamente a tomar un voto inquebrantable.
Era, como dice el nombre, inquebrantable. Si no cumplías con lo que el voto te pedía, te mataba con la magia que te habían atado. Jimin no conocía a ningún mago que hubiera tomado el voto inquebrantable.
— Creo que un simple voto de varita sería mejor — Sonríe tensamente. — No te obligaré a tomar el voto sobre tu magia, pero creo que algo simple como una atadura de lengua funcionará... Si estás de acuerdo.

ESTÁS LEYENDO
Neon →kookmin
FanficEn la Inglaterra Mágica solo existen dos familias coreanas, los Park y los Jeon, ambas familias con unas largas líneas de sangre pura bien conocidas en la comunidad mágica, pero con ideales muy distintos. Mientras que los Jeon siempre han apoyado la...