El resto de las vacaciones fueron horribles para Jimin, se sentía como un delincuente mirando siempre sobre su hombro. Todos los días se preguntaba si ese sería el día en el que Jeon hablaría de su encuentro. Cada vez que se encontraba con sus padres en el desayuno y cena, tenía el estómago totalmente revuelto ante la idea de que su padre estallara por saber que fue visto en barrios muggles.
Pero sorprendentemente, se encontraba a punto de ir a King Cross para su último año y Jeon no había dicho nada.
— Es hora de ir, hijo — Sintió la pesada mano de su padre en su hombro, lo que para muchos era un gesto atento en la familia, para Jimin era un recordatorio de todo lo que cargaba debido a su apellido.
Su equipaje había sido reducido y estaba en su bolsillo, esperó hasta que su padre diera la señal y junto con su madre se aparecieron en la estación de trenes. Jihyuk frunció el ceño al ver a todas las familias con sus hijos, pero sobre todo cuando observó a los nacidos de muggles con sus padres. A un lado Yeun estaba impasible y serena, como se esperaba su rostro mostraba indiferencia, tal como ella muchas veces decía, su único trabajo era estar callada y lucir bonita.
Los pies de Jimin quemaban, quería entrar lo antes posible en el tren y desaparecer un par de meses, pero no podía hacer nada sin las indicaciones de su padre.
— Para nuestra fortuna, esta será la última vez que nos encontremos con ellos — Su padre habló a su madre y a pesar de su tono crítico, no bajó el volumen para ser discreto, Jihyuk siempre se aseguraba que todos supieran su opinión. — Los Jeon... ¿En serio crees que su sangre es pura?
— No, querido, no lo creo — Yeun responde sabiendo lo que quería escuchar su esposo.
De reojo Jimin pudo observar a la otra familia. Jeon estaba sonrojado mientras su madre lo abrazaba y besaba sus mejillas, la mujer era un poco más alta que su hijo, pero sin duda con los años los papeles se invertirían. Tenía un largo y ondulado cabello castaño oscuro, sus ojos grises estaban llenos de amabilidad mientras miraba a su primogénito. El patriarca estaba a un lado de su hijo y su esposa, soltando una carcajada pidiéndole a la bruja que dejase de avergonzar al chico, él y su hijo eran exactamente iguales, las únicas diferencias eran que mientras el Jeon joven usaba el cabello largo y tenía ojos grises, el Jeon mayor usaba el cabello corto y sus ojos parecían un pozo negro sin fondo.
— Son una vergüenza, eso no hay que dudarlo — Jihyuk volvió a arremeter y decidió que había tenido suficiente, posando esta vez su mirada en Jimin. — Puedes irte, hijo. Hazme sentir orgulloso.
Lo único que recibió fueron unos pequeños golpes en su espalda de despedida por parte de su padre y una pequeña tibia sonrisa de su madre. Haciendo una reverencia a sus padres se despidió sin decir nada.
Se deshizo de su equipaje y comenzó a buscar el compartimiento que usualmente ocupaba con su grupo, sabía que sin duda sería el primero en llegar. Durante el camino muchos alumnos lo saludaban y lo felicitaban por ser el premio anual, Jimin solamente les regalaba una sonrisa apretada y un asentimiento.
Desde de que era un primer año había soñado con ser el premio anual en su último año, tener responsabilidades, poder organizar eventos, poder quitar y dar puntos a todas las casas. Todo eso era su sueño, pero ahora que tenía el puesto, su padre había logrado transformar la experiencia en una situación agridulce colocando presión sobre sus hombros.
Sentándose en el compartimento, aprovecho de sacar un libro que habían asignado para su último año, esperando que todos llegaran.
— Me sorprende que Dumbledore le haya dado el premio anual a un Slytherin.

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Neon →kookmin
FanfictionEn la Inglaterra Mágica solo existen dos familias coreanas, los Park y los Jeon, ambas familias con unas largas líneas de sangre pura bien conocidas en la comunidad mágica, pero con ideales muy distintos. Mientras que los Jeon siempre han apoyado la...