25

1.1K 151 90
                                    

Cuando Jimin despertó ese día sentía un constante vacío en el estómago. No llamó a Kitty, ni mucho menos bajó a desayunar con sus padres, sabía que si comía un sólo bocado vomitaría todo. Así que se movió de forma automática, dejando que su sentido común le indicara qué hacer. Se bañó en silencio y se vistió con la mirada perdida, haciendo que la magia trabajara sola.

Apenas había salido el sol cuando ya estaba en sus túnicas oscuras de mortífago. Con su máscara en la mano se quedó esperando en la entrada de la mansión. Su espalda estaba recta e implacable, su rostro ni siquiera mostraba signos de nerviosismo o de terror, tenía que lucir lo más honrado posible, extasiado de que el Señor Oscuro lo visitara, mientras que la verdad es que en su interior todo se estaba retorciendo.

Su madre apenas lo reconoció cuando pasó por la entrada, camino hacia lo que Jimin supuso, sería otra fiesta de té entre brujas. Su padre (por fin sobrio) estuvo a punto de burlarse de él hasta que lo vio de cerca.

— ¿E-el Señor Tenebroso vendrá? — La confianza se perdió en la voz de Jihyuk para solo sentirse el miedo. Jimin se preguntó cuántas veces su padre había sido maldecido por el mago oscuro. 

— Sí, aparecerá en cualquier momento. 

Con una expresión llena de pavor, Jihyuk se alejó corriendo y tropezando en sus pasos, su padre fue a cambiar su ropa por una más aceptable. 

Jimin ignoró sus propias ganas de desaparecer y se mantuvo firme en el lugar, incluso cuando su padre volvió ansioso y nervioso no hizo atisbo de moverse. Estuvo en lo que parecieron horas, quizá esa solo era otra manera de torturar del Señor Oscuro, dejar una creciente incertidumbre en sus seguidores sobre cuando los honraría con su presencia. Si te mueves y no estás presente cuando él llegue lo pagarás caro, de eso no había duda.

Jihyuk temblaba junto a él. Parecía verdaderamente atemorizado, y eso ayudó al orgullo de Jimin, por lo menos todavía no llegaba al punto en el que estaba su padre. Donde la sola mención del Señor Oscuro provocaba un miedo que te corroía y no te dejaba respirar tranquilo por un rato.

Un leve crujido de aparición los puso a ambos de rodillas, Jimin cayendo con elegancia y Jihyuk de un golpe poco embellecido. Frente a la mansión estaba el Señor Tenebroso con sus túnicas serpenteantes y mirada severa. 

— Mi señor — Las voces unísonas de padre e hijo sonaron con notable diferencia. Una firme y otra débil. 

— Recuerdo haberte dicho la última vez que no quería verte — El tono bajo de enojo contenido hizo que Jihyuk temblara de miedo a un costado de Jimin, mientras que el joven heredero aún tenía su mirada pegada en las escaleras de la entrada. — Vete Jihyuk. Escóndete si puedes, porque no tengo ganas de ver tu inservible rostro.

— M-i-

Con un movimiento desinteresado de varita, de un momento a otro Jihyuk se encontraba colgando de sus piernas flotando boca abajo. El padre de Jimin soltó un grito ahogado ante el ataque, mientras que su varita y objetos dentro de sus túnicas cayeron al suelo. Jimin sólo se inmutó para mirar curioso la situación, sin hacer ningún atisbo por ayudar a su progenitor. Con otro movimiento del Señor Tenebroso, una maldición blanca abandonó su varita y golpeó uno de los brazos colgantes de su padre. Sangre brotó del brazo de Jihyuk, como si una espada invisible le hubiese dejado cortes profundos.

Vete y veamos si tu estúpida elfa logra repararte esta vez. 

El mago cayó de golpe al suelo, escuchándose el crujido de algún hueso. Con sus ojos frenéticos y llenos de miedo se apresuró a tomar todas sus pertenencias mientras sollozaba de impotencia entre dientes. La sangre se acumulaba en sus túnicas y caía en la entrada de la mansión en grandes gotas, los cortes visibles eran algo que nunca antes Jimin había visto, una maldición tan oscura que estaba más allá de sus conocimientos.

Neon →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora