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Quizá estaba estropeando parte de su reputación en ello, pero estaba lo suficientemente molesto como para no aceptar una estupidez de aquel tamaño. 

— Señor Park, creo haberlo escuchado mal — La suma inquisidora lo miró con una sonrisa lo suficientemente artificial como para hacerlo rodar los ojos, pero lo sabía mejor y mostró una sonrisa cortés en respuesta.

— Lo siento, profesora Umbridge, estoy enfocado en mis estudios y en mis deberes como premio anual, por más que me parece... Interesante su nueva organización, siento que podría distraerme un poco de mis demás tareas — Inclina un poco la cabeza, dando una mirada a los demás slytherin en la habitación. — Y como miembro del Ministerio, sabrá que la educación está por sobre todo.

La señora aunque parecía impasible ante su ataque pasivo agresivo, sus mejillas se sonrojaron delatando lo molesta que estaba por sus palabras. A pesar de ello, mantuvo su sonrisa y asintió. — Te entiendo querido, por favor envíale mis saludos de tus padres.

— En su nombre, señora.

Inclina la cabeza en modo de despido, da una última mirada al lugar antes de abandonarlo. Estaba ligeramente indignado con los recientes acontecimientos, los prefectos habían sido invalidados por esa terrible excusa de la "Brigada Inquisitorial" y no le molestaba que la nueva profesora de Defensas tuviera una predilección por los slytherin, pero no terminaba de agradarle la mujer. Algo en ella se sentía mal. Prefirió dejar de pensar en ello, sabía que su padre le enviaría una carta enojado por su rechazo hacia la oportunidad de formar parte de la organización.

Mientras caminaba de vuelta a su sala común hundido en sus pensamientos, pasó por el lado de un grupo de Gryffindor y aunque no quiso prestarles la atención que no se merecían, unos ojos grises lo atraparon por unos segundos. 

Evitándose la oportunidad de hablar siguió su camino e ignoró a JungKook, como lo había estado haciendo desde su arrebato. Era difícil mirar al chico sin recordar cómo le había confesado sus sentimientos y luego puesto sus ojos doloridos por ser rechazado.

Entrando a la sala común, lo primero que vio fue a Gage sentando frente a la chimenea de la sala. Brevemente intercambiaron miradas, frías y distantes, lejos de lo que ambos eran hasta hace un años atrás. De amigos a simples compañeros de casa que compartían dormitorio. Jimin se preguntaba cuánto más afectaría el regreso del Señor Tenebroso a su vida.

— ¡Jimin, ven!

Los deseos de gemir y darse media vuelta por donde vino fueron abrumadores, pero no podía ignorar a Lyra, la única persona que se aferraba a él y a su amistad. No podía ser tan mezquino con ella, no se lo merecía. Acercándose a la hermosa chica, vio con curiosidad el entorno que la rodeaba y arqueó una ceja interrogante a su amiga.

— Greengrass. Nott. Parkinson. Zabini. — Saluda en orden a los presentes y finalmente sus ojos se centran en Lyra. — ¿Sucede algo para que necesites de mi atención con tanto fervor?

Lyra rueda los ojos con visible cariño ante el tono formal de Jimin y aquello ablandó un poco su corazón. No tenía duda, Jimin no se merecía a Lyra, era demasiado buena para él. 

— ¿Una bruja no puede querer algo de tiempo con su amigo? — Este fue el turno de Jimin de rodar los ojos con cariño. Ante ello, decide sentarse al lado de Lyra en el pequeño sofá que tenía para sí sola, mientras que los slytherin menores estaban sentados a su alrededor en sillas. — Solo platicabamos de cortejos y contratos.

Lyra lucía algo engreída mientras pasaba una de sus manos por su cabello y lo ocultaba detrás de su oreja para mostrar sus nuevos pendientes de diamantes, sin duda cortesía de Pucey. Para el día de su matrimonio, Jimin estaba seguro que Lyra se las habría arreglado para vaciar las bóvedas de su prometido. 

Neon →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora