La segunda semana de febrero comenzaba y el malestar en el estómago de JungKook aún no desaparecía, más bien incrementaba cuando esa mañana, durante el desayuno, vio a Atenea regresar de vuelta con la cuarta carta que le escribía a Jimin sin respuesta.
- ¿Aún nada? - A su lado, Hermione lo miró con una expresión de lástima, pero compresión.
- Sí - Suspiró. - Debe estar ocupado, Jimin suele ser así, a veces se pierde entre sus libros y no hay nadie que pueda sacarlo de ahí - Soltó una risa débil queriendo aligerar los ánimos, pero los ojos no cambiaron.
- Quizá ya se cansó de jugar al amigo de los Gryffindor - Ron murmuró entre dientes al lado de su amiga, en un intento de que JungKook no lo escuchara, pero no fue así.
- ¡Ronald! ¿Cómo puedes decir eso? Quizá no conozcamos a Park como JungKook lo hace, pero no creo que su relación sea una mentira - Hermione reprendió a Ron, captando la mirada adolorida que adquirían los ojos grises de JungKook ante el pequeño comentario. - Debes tener paciencia, estoy segura de que tarde o temprano tendrás noticias de él.
Vacilante, asintió completamente mudo. - Iré a alistar mis cosas para las clases.
Sin esperar una respuesta, se levantó de la mesa para salir del Gran Comedor, ignorando las miradas curiosas y los murmullos de quienes lo conocían.
De un momento a otro, Jimin había dejado de darle señales de vida. De repente no había contestado una carta que le había enviado, y cuando mandó otra con su búho, Atenea regresó con la carta entre sus patas. Así lo intentó otras tres más, pero ninguna fue recibida, y Jimin tampoco le respondía.
No sabía qué pasaba. No conocía a nadie que le pudiera dar una respuesta sobre lo que estaba pasando con su pareja. A pesar de que tenía una relación cordial con los Slytherin por su relación con Jimin, ninguno de ellos eran sus amigos, e incluso si tuviera el valor de acercarse a uno, sería a Draco.
El joven protegido de Jimin no estaba pasando por su mejor momento. Lentamente, y a lo lejos, JungKook pudo ver como Malfoy se aisló de todos sus amigos, pasando tiempo a solas y alejado del resto. Su rostro se tornó demacrado, se veía más pálido que nunca y con una expresión de cansancio. A pesar de ello, JungKook no había querido decirle nada a Jimin, su mago estaba lo suficientemente ocupado como para preocuparse por otra cosa.
Conteniendo un suspiro, miró el brazalete en su muñeca y lo acarició con cuidado, con miedo de que algo lo rompiera y se llevara lejos, una de las pocas pruebas tangibles de que Jimin era completamente suyo.
- Una pieza bastante Gryffindor para haber sido dada por un Slytherin - Una voz severa y profunda lo interrumpe, logrando que toda su columna vertebral se enderezara de golpe. Girándose, se encontró con el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Severus Snape.
- Profesor - Responde solemnemente, alejando todos los pensamientos tormentosos de su cabeza. - Iba en camino a su clase.
- Al igual que yo. Anda, caminemos juntos.
Asintió rígidamente, siguiendo el camino a un lado del profesor más temido en todo el castillo. A pesar de querer ser sutil, tragó saliva para mojar su garganta seca de los nervios. No sabía qué esperar, ya estaba lo suficientemente distraído pensando en Jimin como para lidiar con la tensión de que Snape quisiera hablar con él.
- Me ha llamado la atención, señor Jeon, que lo he visto bastante decaído - Dice en un tono plano, sin revelar ninguna emoción, como hacía un Slytherin promedio.
- Un nuevo año comenzó, profesor, y no puedo evitar pensar en todos los desafíos que hay preparados para mí - Respondió de manera genérica, tratando de dejar de lado sus nervios. Así, como también trataba de alejar las imágenes de Jimin que invadían sus pensamientos.
- ¿Es solo eso, señor Park? - Snape arquea una ceja. - ¿No tiene algo que ver con la forma en la que miraba su brazalete o las cartas que llegan sin respuestas?
JungKook se quedó en silencio por unos segundos, sin saber qué responder o si decir la verdad. No entendía por qué Snape se estaba tomando este tiempo, nunca había sido particularmente cercano al antiguo profesor de pociones, y mucho menos había estado entre sus favoritos. Incluso, antes de hacer pública su relación con Jimin, Snape era el profesor que frecuentemente lo enviaba a detención.
- Extraño a Jimin, profesor, solo es eso. Me preocupo mucho por él - Sonríe débilmente, tratando de descifrar hacia dónde se dirigía la conversación. - Pero entiendo que está ocupado.
Snape lo miraba con su rostro en blanco, mientras se acercaban a la puerta del salón de clases. En silencio, entró detrás del profesor, encontrándose con un salón completamente vacío.
- El joven Park debe estar pasando por dificultades, si es que no le responde - Dándole la espalda, Snape se dirigió hacia su escritorio, mientras que JungKook lo miraba con ojos perdidos. - La tarea del señor Park es una muy importante. Debe entender que cualquier acierto o error, sobre todo un error, repercutirá en él.
JungKook recordó su conversación con Jimin en año nuevo, cuando le expresó sus preocupaciones de que no pudiera completar la misión que tenía adelante.
"No fallaré. Seré el seguidor más ejemplar que podrá ver el Señor Tenebroso. Y si fracaso, tengo a Kitty de mi lado haciendo sus pociones".
Fueron sus palabras en ese entonces, y no dudaba de ellas. Sabías que Jimin haría todo lo que esté en su poder para cumplir con su mandato. Era un mago excepcional, fuerte, inteligente y sin duda, dedicado, pero algo dentro de él, el lado más temeroso de JungKook, le decía que no todo podría salir como su pareja quería.
El solo pensamiento de que Jimin podría ser torturado le rompía el corazón en mil pedazos.
- Jimin está en Inglaterra, ¿no es así, señor? Jimin falló.
Snape se detiene un momento entre los papeles que estaba ordenando. La pausa fue evidente para los dos. JungKook no sabía si fue porque Snape trataba de pensar cuánto podría revelarle, o porque simplemente quería extender su agonía y sufrimiento, demostrando todo lo Slytherin que podría ser.
- Tiene que ser fuerte, señor Jeon.
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Neon →kookmin
ФанфикEn la Inglaterra Mágica solo existen dos familias coreanas, los Park y los Jeon, ambas familias con unas largas líneas de sangre pura bien conocidas en la comunidad mágica, pero con ideales muy distintos. Mientras que los Jeon siempre han apoyado la...