La biblioteca de Schaffheusen fue la perdición de todo bibliofílico. Y Jimin sin duda era uno de esos.
La extensa biblioteca suiza era bastante decente y aunque en cuanto a extensión no le hacía competencia a la biblioteca de Hogwarts, tenía tantos textos, tomos y ejemplares raros, que inundarse de conocimiento era algo inevitable por más que quisiera resistirte. A pesar que la residencia de Jimin quedaba en Basilea, no le molestaba hacer una aparición diaria hacia la otra región, y más aún cuando se trataba de sus preciados libros.
En un comienzo optó por lo más práctico y por ende, lo más inútil. Buscó cualquier texto que hablara sobre el Seelenfänger y aunque solo eran unos pocos libros en alemán suizo, sirvió para ratificar lo que el Señor Tenebroso le había dicho, lo cual era prácticamente nada.
Durante unos días se dedicó a perfeccionar sus encantamientos de traducción, Jimin se jactaba de ser diestro en muchos idiomas pero el alemán no era uno de ellos, por lo que una vez pudo comunicarse con facilidad, se adentró a lo más complicado, conseguir los celosos textos de Vavrinec, aquellos que eran un teroso para Suiza.
Cada vez que preguntaba por una copia, se le negaba. Por más encanto que tuviera o elegancia cortés que utilizara, los extranjeros no eran bienvenidos a empaparse de los conocimientos más profundos de Desiderius.
Tenía que mostrar su valía y la única manera era demostrarse ilustrado y verdaderamente interesado en el histórico mago. Estuvo horas encerrado leyendo cada uno de sus libros, planteamientos y debates. Llegando al punto de tomar notas extensas donde criticaba sus puntos de vista o se rendía ante su manera de analizar la magia.
Sus únicos descansos eran para responder las cartas de JungKook, Lyra, Draco y a veces las mismas cartas del Señor Oscuro. Cuando raras vez recibía una misiva de su maestro, pasaba a ser lo más importante de su día, tratando de embellecer su fracaso en la misión. No quería decepcionarlo y pagar el precio de ello.
No todo era horrible, lentamente se comenzó a acostumbrar a Suiza, poco más de dos meses habían hecho efecto y aunque extrañaba terriblemente a JungKook, no podía quejarse de las comodidades de su misión. Sin duda prefería investigar un mítico artefacto mágico, antes que matar a niños muggles como deporte. Solo con la luz de una vela, se encontró acariciando la hoja del libro que estaba leyendo. "Luz y oscuridad: ¿Cómo saber diferenciar la magia oscura de la gris?". Aunque el libro le parecía terriblemente hipócrita y lleno de contradicciones, tenía que leerlo a regañadientes.
— No es necesario hacer rechinar tus dientes. Si no te gusta, puedes dejarlo de lado — Una voz con un marcado acento alemán lo tomó desprevenido. Enderezando su postura se recordó a sí mismo donde estaba su varita antes de mirar al mago frente de su mesa. Alto e imponente, con hombros anchos el hombre exudaba masculinidad, su corto cabello negro azabache y su aura oscura hacían que sus ojos verdes resaltaran. — Roger Prideaux.
— Park Jimin — Mira al mago con recelo, evitó mirar hacia los lados pero tenía certeza que ambos estaban muy alejados de la entrada de la biblioteca. — Considero que es bueno leer todo tipo de perspectiva.
— ¿Y cuál es la tuya? — Prideaux no hizo ningún atisbo de querer sentarse frente suyo, pero tampoco parecía querer marcharse. Más bien, estaba plantado desde el lugar donde interrumpió su lectura.
— La que encuentro más conveniente para lo que quiero — Responde sin sentido obligando a mostrar una sonrisa cortés.
El mago se queda en silencio, como si estuviera pensando sus palabras y Jimin estaba ligeramente inquieto. Pocas personas en su vida tenían una facilidad para ser silenciosos y al mismo tiempo amenazantes, su mismo jefe de casa tenía esas características y a pesar de ello, Severus Snape no lograba perturbarlo con frecuencia. La mano del hombre se movió buscando algo entre sus túnicas e instintivamente Jimin se levantó de golpe blandiendo su varita contra el mago. No tardó en notar que lo que Prideaux sacó fue un libro.
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Neon →kookmin
FanfictionEn la Inglaterra Mágica solo existen dos familias coreanas, los Park y los Jeon, ambas familias con unas largas líneas de sangre pura bien conocidas en la comunidad mágica, pero con ideales muy distintos. Mientras que los Jeon siempre han apoyado la...