Maratón 4/4

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Los dos se quedaron jugando en el agua mientras Luisana y Felipe estaban al borde de la piscina viendo la escena. 

Los dos se habían hecho muy buenos amigos últimamente, ya Felipe le encantaba que, además de hermosa, Luisiana fuera muy amable y simpática. 

Ella pensaba lo mismo de él y le encantaba ese acercamiento, nunca pensó en estar tan cerca de Felipe o en lo diferente que era de otros chicos, al menos con ella.

- Su amistad es tan hermosa, ¿no? - dijo Luisana.

- Sí, son amigos de por vida. Son casi hermanos. - sonrió y miró al cielo. - Me encanta mirar el cielo así al final de la tarde, esta mezcla de colores es tan encantadora.

El día comenzaba a ponerse y el cielo era naranja y rosa claro, señalando el final de ese día.

- ¿En serio? También me encanta mirar el cielo así. - apoyó la cabeza en el hombro de Felipe.

- ¿Sabes qué puede ser más hermoso que el final del día?

- ¿Qué? - ella lo miró.

- Tú, Lu. - Se acercó lentamente a ella y selló sus labios en un beso tranquilo y delicado, mostrando todo el cariño que sentía por él y viceversa.

Cerca de allí, Camila y Bautista ni siquiera habían notado el beso de sus amigos, estaban ocupados tratando de ahogarse. 

Los dos se sintieron inmensamente completos cuando estaban juntos entre juegos y relajación, era como si nada más en el mundo existiera. 

Bautista comenzaba a darse cuenta de esto, cada vez que estaba con Camila o se divertía con ella, se sentía diferente si se sentía mejor, más ligero, más feliz. Camila siempre trajo alegría a su vida.

Dejó de jugar y se limitó a mirarla, admirando a su amiga que se estaba convirtiendo cada vez más en mujer.

- ¿Hola! Qué tal? ¿Por qué me miras así? - Se rió sin humor sin comprender las actitudes de Bauti.

- Te estás convirtiendo en una mujer Cami, tus rasgos están cambiando.

- Oh, vamos Bauti. - sintió que su rostro se calentaba. - Me estas tomando en broma.

- El chico que tiene tu amor, será un hombre muy afortunado. - Dijo mirándola.

- Ni siquiera sabe que tiene mi amor. - Dijo dolorosamente y miró al otro lado de la piscina.

- ¿Qué? Entonces, ¿estás interesado en alguien y no sabe nada? 
¿Quien puede ser tan idiota? - se acercó a ella.

- Es una tontería, ni siquiera se preocupa por mí ...

- Debe ser un burro, eres la mejor chica que conozco.

-Es irónico que pienses eso ...- dijo en voz baja.

- ¿Que dijiste?

- Nada, se hace tarde, ¿no crees? - Miró a Luisana y Felipe, que hablaban muy cerca el uno del otro.

- Todavía no, es un placer nadar de noche.

- Entonces buceemos. - Dijo y luego se hundió.

Los dos se sumergieron profundamente, apoyándose contra el suelo de la piscina y chocando entre sí. 

Cuando sus ojos estaban abiertos, pudieron ver el acercamiento. Estaban tan cerca, y antes de que subieran a la superficie, Bautista tomó el impulso y se acercó a los labios de Camila. 

Solo podía estar volviéndose loco, no estaba seguro de lo que estaba haciendo, ella era su amiga y no sentía nada por él y por no hablar de su admiradora secreta. 

Estaba enamorado de las cartas de esa chica, palabras que son muy similares a las de Camila y su forma única, nunca sería ella, sabía que la chica de la que estaba enamorado era muy similar a su mejor amiga en muchos sentidos y estaba confundiendo las cosas por cuenta de esta. Pero no había nada más que hacer, tomó sus labios y la besó.


Pero estaban disfrutando ese beso húmedo, para Camila fue el paraíso, estar así con Bautista es casi un sueño. Y para él eso era una ilusión, no podía usar a su amiga de esa manera, y con la conciencia pesada la apartó.

- Bauti ... - empezó a decir Camila, pero fue interrumpida.

- Lo siento Cami, no debería haber hecho eso. Realmente no debería haberlo hecho, crucé la línea. 
Perdóname...

- No, cálmate, está bien.

- Felipe, creo que mejor nos vamos. - se salio fuera de la piscina.

- ¿Ya se van? - intervino Luisana.

- Bautista tranquilo ...

- No quiero usarte Camila, no quiero. - salió corriendo de la piscina y apresuró a Felipe para que se fueran. Y así fueron.

Camila no entendió nada, ese beso había sido tan bueno, pero como siempre fue solo un breve momento y todo terminó pronto.

Bautista y Felipe fueron a la casa del primero, allí iban a dormir. 

Bauti todavía estaba bastante aturdido, la chica de la carta lo estaba volviendo loco y confundiendo su cabeza.

-Está bien- comenzó Felipe. - ¿Puedes decirme lo loco que fue eso en la piscina? ¡Besaste a Camila de nuevo!

- No sé qué está pasando, pero a veces la veo diferente, no solo como mi amiga. Ella es muy similar a la chica de la carta. - alterado se fue recostando de espaldas en el cabecero de su cama, mientras Felipe se sentaba en un puf.

- No crees que la chica de la carta es Camila, ¿verdad?

- No, ella es mi amiga. Pero la forma en que la chica escribe, la forma en que detalla los momentos que pasamos cerca o lo que sea, me recuerdan a Camila.

- Esta chica de la carta te está volviendo loco. -Él rió.

- No puedo hacer esto con Camila, ella puede confundir las cosas y no quiero que eso suceda.

- ¿Y qué vas a hacer entonces?

- Me alejaré un poco de ella, hasta que averigüe quién es esta chica.

Bautista estaba decidido, no quería poner en peligro su amistad con Camila, ni engañarla, necesitaba ser sincero y decir toda la verdad. 

Alejarse de ella era lo mínimo que podía hacer hasta que todo este lío terminara. 

No quería perder el respeto por Camila o arruinar su amistad, así que la única solución era alejarme un tiempo.


Continuará....




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Oh, oh, oh me parece que Bautista está muy confundido y eso va empeorar las cosas y tomar una mala decisión

Espero que les haya gustado la maratón nos estamos leyendo

Besotes

ADMIRADORA SECRETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora