Capítulo 1

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"Querido Bautista,

Sé que no debería escribir esta carta o revelarte todo esto, pero realmente necesito hacerlo. No sé si tendré el valor de contártelo, pero necesito que lo sepas. Todo este tiempo he sabido que siempre me has sorprendido y encantado. Al principio pensé que era solo una atracción física, porque eres uno de los chicos más calientes de la escuela. Con el paso del tiempo me di cuenta de que no, porque también me encanta la forma en que corres cuando te burlas del entrenador de fútbol. La forma en que te pasas las manos por el pelo para estropearlo y tu risa maliciosa cuando alguien dice algo tonto. La forma que se te iluminan esos ojitos celestes que me derriten, cuando estas alegre. Y no solo eso, Bautista, no son solo tus gestos los que me encantan, sino también tu carácter, la forma en que haces sonreír a alguien, cómo elogias a las chicas, aunque no sea yo, la forma en que tratas a tu madre y pasa horas leyendo bajo el árbol centenario de la escuela. Todo sobre ti me atrae y estoy atrapada en este sentimiento. Amar no siempre es fácil, especialmente cuando se ama escondido. Lo que me vigoriza y me ayuda a seguir soñando es poder verte todos los días y seguir admirando cada parte de ti aunque no sea en la forma en que sueño. Sé que no prestarás atención a esta carta, todas las chicas caen a tus pies y te admiro en silencio. Pero no podía guardarme ese sentimiento, necesitas saber Bautista Arce, que  te amo. Y siempre, de verdad, te amaré por completo. Sé que es una frase cliché de mi película favorita, pero es lo que siento. Estoy sumergida en un amor platónico e imposible y no si algún día ya no tendrá esa etiqueta.  

Yo te amo.

Con amor, ...XOXO

Los pasillos del Colegio estaban ocupados, era casi la hora de la salida y muchos se preparaban para irse. 

Una chica que bajaba a grandes zancadas arrojó un sobre en un armario lo más rápido que pudo y salió corriendo. 

Al otro lado del pasillo llegó Bautista con la camiseta del equipo, esta vez no iba acompañado. Abrió su casillero, arrojó algunos libros adentro, tomó otro libros y el sobre que ni siquiera se había dado cuenta antes que no estaba allí y los tiro dentro de la mochila, saliendo hacia las escaleras y la puerta de la escuela.

Junto a la puerta había dos chicas hablando y riendo de algo, vestían el uniforme que consistía en faldas azul marino hasta la rodilla con calcetines blancos y una camisa blanca abotonada. 

La diferencia era que uno vestía hermosos zapatos blancos y un cárdigan blanco que combinaba perfectamente con el uniforme, y la otra vestía una bota raída y una blusa roja a cuadros que desfiguraba el uniforme. 

Tan pronto como Bautista las vio, corrió hacia ellas, entrando en el medio y abrazándolas.

- ¿Qué pasa chicas? - les sonrió.

- Hola Bauti- respondieron juntas.

- Luisana hoy te ves preciosa, los rizos de tu cabello son perfectos. - elogió a la rubia.

- Qué hermoso elogio a mi cabello. Bautista- apretó sus mejillas. - Fue mi madre quien lo hizo está entrenando para su peluqueria.

- Felicitaciones para ella, es hermoso.

- Eres un lindo Bauti. - ella apoyó la cabeza en su hombro.

- ¿Puedes detener esto? Son empalagosos y he consumido demasiada azúcar por hoy. - Dijo la pelirroja con cara de pocos amigos para ambos.

- Eres la amiga más celosa que tengo, ¿lo sabías Camila?- Bautista le dio un beso en la mejilla.

Los tres ya estaban fuera de la escuela cuando un automóvil se detuvo junto a ellos en la acera.

- Hola Arce. - el conductor también era uno de los estudiantes de la escuela- quieres que te lleve.

- Oh, sí, chico, realmente necesitaba que me llevaran. - Golpeó la mano de su amigo a modo de saludo.

- Adelante. - miró a las chicas. - ¿Quieres que te lleve, Lu?

- No gracias Felipe, ha llegado mi trasporte. - miró un auto estacionado cerca de la escuela con un chico adentro. - Adiós Cami, nos vemos luego, adiós chicos.

Luisana caminó hacia el auto y solo Camila se quedó en la calle, ya que Bautista pronto se subió al auto de Felipe.

- ¿Tienes alguien que te venga a buscar Camila? 
-Preguntó Felipe.

- No, no tengo.

- Y creo que seguirás sin tener, ¿no? - se rió y puso en marcha el coche.

- Lo siento Cami. - fue  todo lo que podía escuchar dicho por Bautista antes de que se fuera el coche.

- Idiotas. 



Continuará.....



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Bueno la primera entrega espero que les haya gustado mañana publicaré el segundo capítulo

Que tengan un buen dia besos gigantes nos estamos leyendo

ADMIRADORA SECRETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora