Luna

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Le he deseado las buenas noches y me he ido a dormir, le puse leña a la chimenea que aún tenía una llama muy débil y me acosté, pensé en todo lo que me dijo aquella mujer que había conocido hace menos de 24 horas, el corazón tan noble y puro que tenía, sus palabras y sus consejos tan sabios.
¿De dónde había salido? Quizás me la envío Jessica para que no me sienta tan mal por ella, aunque es ridículo que si el cielo o el infierno existen, ella haya ido allá arriba. Aunque dicen que dios perdona a todos.
Sea de donde sea que haya salido estaba felíz de que haya aparecido en mi vida, en cuanto le dije que toda mi familia había muerto, Karim, Fátima y Hanbal mi cabeza me bombardeó con su nombre, Jessica, todas las personas importantes en mi vida habían muerto, ¿acaso era yo la que estaba maldita? Nunca puedo llegar a ser felíz, y cuando lo soy el destino se empeña en arrebatarmelo.

Es de mañana, en la noche me he dormido sin darme cuenta, he estado pensando toda la noche. Hoy voy a salir a la ciudad, Carmen me dijo que es difícil conseguir trabajo aquí pero que no pierda la esperanza, es irónico, yo ya no la tenía. Además voy a hacer compra, sólo cosas necesarias de uso básico.
También me dijo que al llegar a la ciudad hay un bus, creo que es el que tomé para llegar hasta ahí. Si tan sólo hubiese mi auto o pudiese haberlo vendido pero se hizo mierda en el choque. Da igual, tendré que caminar, sería muy bonito caminar con Jessica por éstas calles románticas, de noche debe ser más hermoso aún.

_ Buenos días, vengo por el cartel que dice que necesitan empleada. -entro en un mini mercado, hay un hombre gordo y feo viendo televisión.

X: ¿Qué sabés hacer? -se levanta y me mira con desagrado.

_ Tengo experiencia con gente, me gusta comunicarme.

X: ¿Y vos, sos Española?

_ Sí. - respondo y levanto los hombros

X: No, no tenemos lugar para vos. -vuelve a sentarse.

_ ¿Por qué?

X: Porque no, y punto. Tomatela. -señala la puerta

En ese momento las ganas de reventarle la cabeza eran innumerables, me lo he pensado, cojo la silla y se la rompo en la cabeza, pero no, no voy a dejar que un viejo gordo, feo y desagradable arruine mi día.

He estado recorriendo muchos lugares, restaurantes, tiendas, mercados y nada. Hice la compra y decidí volver a la casa porque ya se está haciendo tarde.

Me he perdido, no tengo el número de Carmen, nisiquiera se si tenga móvil, decido preguntar pero la gente no me responde y se va. Estoy en un lugar de poca luz, vamos, a quien se le ocurre volver tan tarde, sola y sin conocer el lugar. Exacto, sólo a mí.
Decido caminar, no sé hacia donde voy, sigo las montañas pero es que son muchas.

_ Lo que me faltaba... -murmuro al escuchar un auto acercarse con unos tipos gritandome cosas. "Mi amor" "Querés que te lleve" "Linda" "Venite con nosotros", de repente pasan delante mio y frenan, bajan dos tipos del auto y se dirigen hacia mí.

X: ¿Que hace una mina tan linda a éstas horas tan sola? -dice uno de ellos mientras caminan hacia mí.

_ Esperando por tí. -levanto los hombros.

X: Uuuh, no es de acá, como me calienta tu acento. -intenta poner una mano encima mío.

_ No me toques.

X: ¿O si no qué?

_ Mira, tenéis dos opciones, -dejo las bolsas en el suelo- me lleváis hasta mi casa por las buenas, o tendré que hacerlo yo pero por las malas. -levanto los hombros.

Ramé - JelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora