Nuevo hogar: CAP 2

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M: ¿Qué haces aquí? -preguntó un poco asustada, sentándose rápidamente en la cama al ver que estaba entrando

_ Visitarte, ¿no me extrañaste? -lanzando mis cosas en la mesa para sentarme en una silla frente a ella

M: No -
respondió seca intentando que no notara que estaba asustada.

_ Yo si te extrañé, rubia -mirándola seriamente - ¿sabes que extraño también?

M: No... ¿qué? -viéndome confundida

_ Mi libertad -respondí cogiendola del cuello- extraño el agua corriendo por mí cuerpo... la arena entre mis pies -apretando el agarre- ¿Tampoco extrañas eso rubita?

M: Suéltame Zulema - intentando librarse de mi agarre

_ Ya sabré si casper fue la chivata o no. Aunque, ¿te digo algo? -acercando su cabeza para susurrar en su oído- Casper... -jadea intentando respirar- deseaba tanto su libertad, casi tanto como yo. Así que no creo que haya sido tan gillipollas como para hacer eso -empujandola hacia atrás para seguido de eso marcharme

_ Cuidate rubia - cogiendo mis cosas para salir de la celda y dirigirme hacia la mía.

Al llegar a mi celda guardé mis cosas y me dispuse a leer ya que no había nadie, tenía que aprovechar los pocos momentos de tranquilidad en ese calvario.

Presente

Pov: Jessica
Policía: Tira Beltrán, llegamos

Me levanté de ese asiento que ya me tenía el culo cuadrado de tanto estar sentada y me dirigí hacia afuera del convoy, al bajar veo la cárcel. Tenía pinta de no ser muy fácil salir se ahí para ir a comprar unas arepas.
Llegamos adentro, me quitaron mi ropa y me dieron un uniforme negro. Me requisaron y me llevaron a un módulo, el dos.

Valbuena: Bienvenida a tu nuevo hogar, colombianita -caminamos hacia una celda mientras las presas gritaban

_ No por mucho tiempo -murmuré mientras observaba el interior del módulo

V: Yo creo que sí -llegamos a la celda 234

Pov: Zulema

Levanto mi vista del libro al escuchar pasos acercarse, joder, una nueva.
Doy un salto de mi cama para dirigirme hacia Valbuena y una pelirroja.

_ Joder, Valbuena, ¿En qué habiamos quedado tú y yo? -entrelazando mis brazos y frunciendo el ceño

V: No me toques los cojones Zulema, tu y yo no habíamos quedado en nada. Así que ve y acuéstate en tu puta cama -alzando la voz-

_ Pensé que teníamos un trato... ¿Pero ésto qué es? ¿Una guardería y yo la maestra? -abriendo mis brazos en forma de pregunta

V: Tú, eres una miseria. -se paró a unos centímetros de mí-
¡TIRA! -gritó- y ésta, la nueva. Se queda aquí, yo creo que os vais a llevar de puta madre, -rió sarcástico- mira, ambas tienen el mismo trajecito.

_ Valbuena... -di un suspiro mientras giraba mi cabeza varias veces negando

V: A TOMAR POR CULO ZULEMA -levantó la voz- ¿O acaso quieres que meta ese lindo culo otras dos semanas en aislamiento?

_ Bien... Tú ganas. -di la vuelta y me dirigí a mi cama, observaba a la nueva. Esa era de la que me habló Saray

Pov: Jessica & Zulema

V: Joder... - bufó -esa es tu cama Beltrán.
Señalando la cama de abajo de la que parecía ser la de Zulema.
Sólo lo miré con un rostro indescifrable y me dirigí a ella mientras él se marchaba.

_ ¿Cómo te llamas, Beltrán? -di un salto de la cama

_... Jessica -dándome vuelta para verla a los ojos

_ Un gusto, Jessica -acercando la mano para que la estrechara.- Soy Zulema Zhair

Miré su mano y luego la vi a los ojos.
_ Yo no vengo a hacer amigas, Zulema -volviendo a darme vuelta para poner las sábanas en la cama

_ Me gusta tu corte, -señalando su cabeza- colombiana.

_ A mí el tuyo... - dije sarcástica

Pov: Zulema
Volví a subir a mi cama para seguir leyendo. Ésta colombiana puede servirme. Tiene carácter, me gusta. Pero lo más importante, tiene la pasta para sacarme de aquí.

Pov: Jessica
Zulema no parece una persona de fiar, pero no le tengo miedo, no me importa ella ni cualquier otra sapa de aquí dentro.
Me quedé un rato descansando y me dispuse conocer la cárcel.
Estoy bajando las escaleras cuando escucho una voz familiar llamarme;

F: DIABLA, DIABLA -oigo mientras doy la vuelta para llevarme una gran sorpresa

_ Flavia! -dije sorprendida mientras nos acercamos para darnos un abrazo

F: ¿Que haces aquí mi Diablita? - alejándome para verme a la cara

_ Estoy de vacaciones -respondí sarcástica- ¿Y tú?

F: Pues digamos que yo también mi Diablita.
Ven, vamos al patio. Tienes mucho que contarme.

Nos dirigimos al patio y me contó por qué la habían atrapado. Y yo también lo hice.

F: Que cabrón...
Ay diablita, lo tienes complicado.
Pero tú sabes que aquí estoy yo pa apoyarte siempre, no vaya a ser que éstas viejas quieran pasarse de listas con mi demonio infernal -reímos

_ No voy a estar aquí por mucho tiempo, eso está claro.

Altavoz: Quedan 5 minutos en el patio

F: Bien, ya sabes comadre que aquí la Flavia está para lo que necesites

_ Gracias. Volvamos adentro.

Flavia se dirigió hacia su celda y yo decidí ir hacia el baño para darme una ducha.
Ésta cárcel es una mierda, tenemos que bañarnos todas juntas y lo peor de todo, al llegar ahí estaba Zulema. Como si supiera que iba a llegar, estaba sentada en una banca viendo hacia la puerta

Z: Hola, diabla -sonríe mientras me observa entrar sin levantarse de donde estaba

Ésta tipa, ya me tenía harta. Parece que me sigue

_ Hola. -adentrandome hacia las duchas sin ninguna expresión en el rostro

Z: Que bonito apodo tienes. Se parece al mío, venimos del mismo lugar -camina detrás mío para ponerse caminar a mi lado

_ ¿Qué quieres? -harta del asunto, freno en seco para voltear y verla

Z: Quiero ser tu amiga -encogiendose de brazos

_ Ya te dije que no quiero ser tu amiga, ni de ninguna hijueputa de aquí -cambio mi rostro de forma amenazante y me acerco más a ella

Z: Vas a necesitar una amiga si te quieres largar de aquí -levanta sus cejas

_ Yo no necesito a nadie. No te equivoques conmigo

Z: Yo sé absolutamente todo sobre ésta cárcel -acercándose- sé cuáles son las vías más seguras para entrar, y sacar cosas. -pocos centímetros son los que separan nuestros rostros- Tú tienes la pasta. Yo el cerebro, no necesitamos nada más. -acerca sus labios a mis oídos para susurrar- Yo te puedo ayudar a salir de aquí.

Asiento con la cabeza resignada para darme vuelta e ir a ducharme. Zulema se marchó de los baños y yo intentaba ducharme pero la vista de todas éstas hijueputas no salían de mis tetas.
Terminé de vestirme y ya teníamos que dirigirnos a las celdas porque iban a cerrar.















Ramé - JelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora