Desde las alturas

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Terminamos el desayuno y le agradecemos,
fuimos hacia nuestra cabaña para preparar las pocas cosas de Zulema.

_ ¿Hacia donde vamos? -Ya en la habitación.

J: Es sorpresa. -dice orgullosa.

Yo estoy sacando sus cosas del closet.

_ ¿No me vas a decir? -Hago puchero.

Niega con la cabeza y se me acerco a ella, ella está guardando cosas en una maleta.

_ Por favor -pongo carita de perrito y la tomo de la cintura.

J: Que no, ya. -dice seria.

_ Pero dame una pista, no sé. Si me vas a llevar a vivir contigo debo saber si me gusta el sitio.

J: Es un lugar alejado, por si piensas huir de mi. -me abraza por el cuello.

_ Nunca lo haría. -sonrío

J: Lo sé.

_ ¿Y a qué nos vamos a dedicar?

J: A tener sexo -me besa

_  Sí. -sin separar nuestros labios- pero ¿tienes dinero? -termino el beso- porque yo no tengo ni donde caerme muerta, pero si quieres puedo robar una joyería sólo para tí -muerdo la punta de su nariz

J: Por el dinero no te preocupes, antes de fingir mi muerte vendí todas mis fincas, los terrenos, hasta el último gramo de droga. Somos ricas y tú, vas a vivir como una reina -muerde mi labio.

_ ¿Cuanto tiempo nos queda? -muerdo su labio

J: Suficiente. -responde agitada y me besa desenfrenadamente.

_ Perfecto.
Cojo a Jessica y la siento en la cama mientras la beso desesperada, quito su sudadera y hundo mi rostro en sus senos, con las manos quito su pantalón mientras beso sus pechos. La corro más hacia atrás y la acuesto, quito sus bragas, abro sus piernas y beso su vagina haciendo que gimiera, comienzo a lamer lento y ella clava sus uñas en la cama, con mi lengua juego con su clítoris y se retuerce, bajo hasta su entrada y meto mi lengua en ella, con mi mano derecha estimulo su clítoris mientras que con la izquierda pellizco sus senos y los aprieto. Vuelvo a subir mi lengua hasta su clítoris y meto un dedo lentamente en ella, suavemente entro y salgo, ella gime, curva su espalda y lanza su cabeza hacia atrás. La embisto acelerando la velocidad, meto dos dedos más y ella grita de placer tapando su boca, sus piernas comienzan a temblar y quito mis dedos, bajo mi lengua, succiono su vagina y sigo los movimientos de mis dedos en su clítoris, antes de llegar grita y sus piernas tiemblan, intenta quitarme con sus manos pero resisto y sigo lamiendo su vagina hasta que llega en mi cara, bebo hasta la última gota de su placer que para mí era adictivo, cuando terminó me acuesto a la altura de su cintura y la abrazo acariciando su abdomen. Lo miro con ternura y a mi cabeza se viene un pensamiento no tan loco.

J: ¿En qué piensas? -acaricia mi cabeza

_ No, nada -volteo a verla

J: Zulema... -me mira obvia

Tengo miedo de decirle que quiero que tengamos un bebé, no cómo lo vaya a tomar o si ella quisiera tener.

Ramé - JelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora