Capítulo 23 - Mars sur Terre

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Día 3


Cada segundo que pasaba era más desesperante que el anterior. Se acomodó nuevamente en la irremediablemente cómoda silla y siguió sujetando aquella mano un tanto fría y algo pálida. Aún puede recordar el observarlo de pies a cabeza, deteniéndose a observar más en aquellos rasgos faciales que poco a poco van madurando, dejando atrás a un joven e imperativo castaño con ojos dulces como la miel. O tal vez era aquel síndrome que acababa con su vida a cada segundo que pasase en la Tierra. Era inevitable. Su pecho se encogió de sobremanera en pensar a Dylan seguir luchando, pero esa lucha va ganando y teniendo ventaja si no sale del planeta Tierra cuanto antes.

Si su salvación significase no verlo durante años, con una distancia de millones de kilómetros, con el espacio entre ellos, entonces tenía que aceptarlo de todas formas. Dylan tenía que salvarse, y si llega alguna oportunidad de volverlo a ver, moriría de felicidad entonces. Pero mientras tanto, debía aprovechar cada momento que pasase a su lado. Cada momento pasado, sería valioso e importante.

Parpadea varias veces al sentir cierta humedad escurrirse por sus ojos y controla su dolorosa respiración. Suelta un suspiro y espera noticias de Dylan en aquella blanca y enloquecedora sala de espera. No debió aceptar una locura como esa. Apenas y podía estar en las instalaciones de CRUEL, para que ahora quiera crear un viaje, varios viajes, a varios lugares. No, definitivamente había perdido la razón. Todo estaría bien si tan sólo esperarían entre esas frías paredes hasta el último segundo en el que aquel cohete despegaría con rumbo a la soledad y la tristeza. Pero era necesario. Lo es ahora. Todo estaría bien, y no estaría viendo a las demás personas ser llamadas para ver a sus familiares o recibir simples, pero muy necesarias informaciones.

Recarga su cabeza sobre encima del blanco y refinado sillón y suelta otro profundo suspiro. Siente una mano posarse sobre la suya que está muy inquieta y se mantiene en un fuerte puño.

–Estará bien, Tom —la suave voz de Kaya debería calmarlo como lo hizo las anteriores veces que estuvo intranquilo, pero ya no funciona. Sólo desea tener noticias de Dylan o poder verlo al fin.

—No debí aceptar, Kaya —dice con confianza que fue pedida horas antes por la pelinegra mujer—. Y no estaría pasando todo esto.

—Oh, conozco a Dylan, y sé que estaría todo el día haciendo o diciendo cosas que te lleven a la afirmación —ríe con nostalgia—. Pasó por muchas cosas. Estará bien.

—No creo que logre superar muchas de ellas pronto —murmura al ver a una mujer levantarse rápidamente a la más mínima presencia del doctor.

—Ten fe que así será.

No dice más y se mantienen en silencio a nueva cuenta. Mira el lugar y no puede creerse el estar en una clínica de ese calibre. Todo en el lugar gritaba dinero y resurrección. Definitivamente las personas que entraban mal, salían con diez años más de salud. O eso quería creer. Eso necesitaba creer para que Dylan estuviera perfectamente bien por mucho más tiempo.

Ante el ruido de las puertas ser abiertas, rápidamente gira su cabeza al punto de sentir un suspicaz dolor, y mira a cierto doctor con buen porte y elegancia ingresar por ella. Mantiene su vista en los papeles que sostiene y los voltea de un segundo a otro, hoja por hoja.

¿Les parents du patient Dylan Rhodes? [padres del paciente Dylan Rhodes] —pregunta mirando a las personas que se mantienen con cierta desesperación brotar de sus ojos cansados.

Thomas se levanta en un segundo siendo secundado por Kaya.

Nous [nosotros] —habla rápidamente y siente la mirada confundida con cierta sorpresa de ella—. ¿Comment va-t-il, docteur? [¿Cómo está, doctor?]

El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora