El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️

Capítulo 27 - Incondicional.

Su corazón se rompió un poco al escuchar y ver hablar a Dylan ante decenas de periodistas y prensa internacional. Tan bien vestido, con un porte seguro y enérgico, como si no estuviera sufriendo ninguna enfermedad que podría llevarlo a la muerte; y no es que lo desee, pero no puede el soportar verlo tan bien, con un semblante muy saludable. Mucho menos si a un costado, está quién le robó su corazón. Sentado entre demás personas, en el amplio escenario donde mostraron varios proyectos y presentaron a decenas de astronautas, científicos e ingenieros espaciales, está observando con desinterés fingido a Dylan. Más sabe que lo mira con todos los buenos sentimientos que siente por él.

Lo ve en sus ojos, aquel brillo tan hermoso, enigmático y peculiar; aquel brillo con el que nunca será visto, o al menos, eso es lo que piensa y quiere creer. No cuando la persona que quiere ya tiene ojos para otra persona. No cuando esa persona, se ganó la total atención y amor, de su amor imposible. Aquel brillo y felicidad de su corazón, que es dueño.

Oírlo tan seguro, respondiendo a las muchas interrogantes de los periodistas frente a un micrófono acerca de su vida en Marte y la estadía de los pocos días en la Tierra, de su madre y las actividades que hacía en Tejas del Este. Verlo de pie, siendo grabado y fotografiado miles de veces como si diez no fuera suficiente, o como si fuera alguien digno de ganarse varias fotografías y atención. Aunque quizá sí lo sea, pero ésta dolido para reconocerlo. Joder... hasta se ganó la atención de la maldita prensa. No es justo.

Con un suspiro entrecortado, los ojos húmedos y una pequeña obstrucción en su garganta, apaga la pantalla holográfica donde estaba viendo la jodida entrevista que le hacían a Dylan. No sabe a ciencia cierta del por qué estaba viéndolo de todos modos, eso sí ya pasaron cuatro días desde que fue la entrevista en vivo. Tal vez... porque quería ver a aquel hermoso rubio, simplemente. Al menos se liberó de la ansiedad y la preocupación que tenía ante no verlo ni escuchar de él en la base o de la propia y confiable voz de Walton. Aunque ahora no sabe nada él, lo reconforta verlo en videos grabados con anterioridad.

Se queda inerte en el pequeño sillón, con las manos en las piernas, mirando a la nada, hombros caídos y una respiración disconforme tratando de calmar su alocada mente y corazón. Es que verlo todos los días aunque sea de lejos, cuidando de que nada malo le suceda, molestándolo en un fin enmascarado de conseguir la más mínima de su atención, oírlo hablar y reír en las recesos viendo un portátil holográfico, para luego pasar a no tener noticias de él, a tenerlo tan lejos, pero viéndolo feliz junto a Dylan el chico marciano y que aunque no lo demuestre, lo disloca por completo. Hace que su pecho duela y su ánimo decaiga como no lo proveyó. Era feliz con tan poco, quizá con casi nada, pero al menos lo tenía cerca.

Pero él entiende. Entiende que Thomas es feliz con otra persona. Con aquel chico marciano. Comprende que nunca tendrá una oportunidad con él y que no lo verá con los ojos que quisiera ser visto. Y duele. Duele reconocerlo. Con la distancia y su nula presencia lo está logrando, pero... desea que deje de doler un poco. Vamos, que no es para tanto... piensa. Sólo es alguien más quien nunca te vió y nunca te verá. Acéptalo. Y es que nunca pensó enamorarse tanto de Thomas, pero si está seguro de algo, es que no se arrepiente de haberlo conocido. No se arrepiente de aceptar la misión de encontrarlo y traerlo de vuelta a Summerland. No se arrepiente de aceptar el trato de Walton y cuidar de él. No se arrepiente de seguir a Walton y dejar a Jorge, sólo para estar cerca de Thomas.

Aquel chico delgado, con mechones de oro bajo el sol y el rostro teñido de rojo como aquella vez que lo vió por primera vez. Quizá se equivocó al pensar en que sería alguien tan sumiso y miedoso, porque le demostró todo lo contrario. Quizá no se defendía con golpes físicos, pero si con los emocionales. Recibió un poco de los golpes de Thomas, pero estaba demasiado feliz que le hablara por sus malas acciones para darle importancia alguna siquiera de que no le era de su agrado.