Capítulo 21 - Manteniendo el control.

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Día 1


Un nuevo día llegó y una semana alocada por comenzar, y los rayos solares que entraban por la amplia ventana de la habitación del castaño, era prueba de ello. El primero en despertar fue Thomas, quien miró por toda la habitación algo desconcertado, sin salir de la ensoñación aún. Al ver a Dylan a su costado, durmiendo, pudo centrarse bien y miró con detenimiento la habitación. No tenía muchas cosas, pero era algo amplia, y ordenada. Al regresar de aquel comedor, se encontraron con mucha más ropa, incluida para él, objetos de limpieza y algunos accesorios más, como una televisión, parlantes de música, libros, unas tablets, unos pequeños pous, y un envase con frutas incluidas.

Exhaló ruidosamente y de fregó la cara caminando hacia el baño. Al estar frente al espejo, miró su cabello todo revuelto y la ropa de dormir toda ajada. Seguramente se excusó por lo suave y fresca que fue dormir en aquella cama con frías y lisas sábanas. Durmió en las nubes, junto a un ángel. Rió un poco antes sus pensamientos y buscó algunos cepillos de dientes. Escuchó la desperación de Dylan y salió del baño, cepillándose los dientes. Encontró a Dylan mirando por la habitación y al encontrarse con Thomas, sonrió tranquilo y feliz.

Entró nuevamente y Dylan lo secundó. Agarró otro cepillo que le preparó Thomas ya con pasta y se lavaron sus dientes, mirándose por el espejo, riéndose un poco y pasando el momento. Se metieron a la ducha con sus rostros ruborizados. Se concentraron en sólo jabones sus cuerpos, sin mirar demás y salieron envueltos con toallas hacia el armario lleno de ropa.

Thomas se vistió con lo que encontró a la vista. Unos pantalones de tela suave color negro, una manga larga de algodón, con las mangas de color verde petróleo. Dylan en cambio vistió una manga larga color gris y unos pantalones del mismo color.
Thomas se peinó un poco y Dylan empezó a sentirse nervioso.

Una semana. Sólo contaba con siete días sobre la Tierra. Y el primer día dió inicio. Todo estaba preparado y espera no tener contratiempos, como también que Ava cumpla con su palabra. De lo contrario se negaría volver a Marte rotundamente, sin importarle que su vida corriera peligro.
Observó a Thomas colocarse las zapatillas color negras y esperó a que vengan a por ellos. Movió rápidamente su pie contra el suelo, nervioso, y ganó la atención del rubio, que se acercó a él.

—Todo estará bien, sólo serán algunos estudios y pruebas sobre tu cuerpo y el mejoramiento de tus órganos – Dylan lo miró mucho más nervioso –. Okey, ahora que lo digo en voz alta suena peor de lo que pienso, pero hey, también me harán pruebas y eso, aunque no entiendo para qué o porqué si yo estoy perfectamente bien, no es que vaya a cada rato al hospital para los chequeos, pero creo que voy bien, tampoco es que tenga…

—Thomas tranquilízate tú ahora, estás divagando – sonrió cariñoso. Thomas se sentó a su lado.

—Bien, me calmo, estoy calmado, estamos calmados – musitó cogiendo la mano de Dylan.

—Tampoco me gusta que revisen mi cuerpo, pero en esta ocasión, lo veo necesario.

—¿Cómo era en Marte? – preguntó curioso.

—Me revisaban cada tres días, sin falta y al final quedaba agotado – murmuró recordando aquellos días que pasaba casi doce horas por la sección médica, ubicada en el sector tres.

—Si bueno, ahora será sólo por hoy, ¿cierto? – habló preocupado ante la mención del castaño.

—Eso espero – musitó y  el silencio inundó el lugar.

No era momento para ver televisión, eso, si logran concentrarse siquiera. Tampoco para usar otra tecnología. Luego de unos minutos más, tocaron la puerta de la habitación y ambos se tensaron notoriamente. Se levantaron, y fueron hacia la puerta, aún tomados de la mano. Thomas abrió la puerta y se encontraron con varios agentes tras ellas. Quiso rodar los ojos por tanta estupidez. ¿Qué no bastó sólo uno?

El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora