Capítulo 13 - Callar a Besos.

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El paisaje del atardecer logró ser todo un tasiturno. El sol poniéndose detrás de algunos riscos y pequeñas montañas, daban una vista excelente. Al menos para Dylan, que amaba cada lugar, paisaje que la Tierra tiene para mostrar, por los que ha pasado. El resto del viaje, por primera vez fue todo menos incómodo, aburrido y tenso. El ambiente entre ambos fue tranquilo, cómodo, sin necesidad de hablar o hacer algo.

Las canciones que sonaba por la radio del vehículo, acompañó el rumbo de los fugitivos, mejorando más el ambiente.

Estaba por anochecer y tenían que buscar un lugar donde pasar la noche. Claro que algún motel no estaba en la lista, pues sus dinero no alcanzaba para ello. Así que tenían que encontrar un lugar al aire libre y gracias a Thomas, contaban con sacos para dormir.

Thomas que conocía un poco el lugar, señaló el camino por donde se situaba una pradera con pequeñas montañas, saliéndose del camino principal.

Llegaron y aparcó el auto un poco alejado del centro donde había espacio suficiente para hacer una fogata y poner sus sacos de dormir.

Salieron del auto y revisaron el lugar. Caminaron un poco y subieron a una pequeña montaña. Desde arriba podían observar todo el perímetro y se fijaron que más adelante había un barranco y mucho más adelante, montañas, riscos, barrancos, algunas plantas acondicionadas al lugar seco, solitario y silencioso. Dylan podía jurar que ése paisaje tenía similitud con todos los paisajes de Marte.

Aquel pensamiento, lo hizo estremecer. No estaba listo para volver y quería nunca estarlo, así que tomó la mano de Thomas y éste se tensó por unos segundos para después entrelazar sus dedos.

Bajaron la vista a sus manos sujetadas y presionaron fuerte, se miraron y sonrieron. Una dulce y calidad sonrisa. Luego posaron la vista de nuevo al paisaje tasiturno como sus ánimos empezaban a tornarse.

—Tengo una idea – dijo Thomas de repente.

Soltó la mano de Dylan y al instante quiso seguir sujetándola. Bajó ante la atenta y confundida como curiosa mirada de Dylan siguiéndo sus pasos.

Thomas se dirigió al auto y Dylan se quedó cerca a unas pequeñas piedras esparcidas para formar un circulo con ellas. Juntó algunos trozos de madera seca que había por el lugar, buscó también algo de pajilla, las encendió y formó una agradable fogata.

Recordó la vez que fue ayudado por aquel muchacho rubio con su vestimenta sucia, de haber sido atropellado por un tráiler y el fuego que había en el interior de un bote de basura.

Alzó su vista y buscó a Thomas que estaba en el auto aún, mirándolo también pero estaba algo...¿nervioso?.

Thomas observó en todo momento a Dylan y sus locos pensamientos hicieron calentar su rostro y quiso intentar algo con él. Lo decidió y de pronto sintió un vacío en su estómago. Los nervios se apoderaron de él. Le sonrió a Dylan y recibió otra sonrisa. Le encantaba verlo sonreír.

Prendió la radio del vehículo y buscó por algunas emisoras alguna canción para mejorar el ambiente que tenía en mente y para que lo tranquilicen.

La encontró, subió el volumen, respiró profundo y salió del auto, dejándo la puerta abierta para que la música no se pierda dentro del vehículo. [Canción en multimedia].

Caminó a paso lento hacia Dylan.

Dylan al ver a Thomas salir del auto, se levantó también y caminó hacía Thomas.

Llegaron uno frente al otro y se miraron a los ojos. Por parte de Thomas, unos decididos, y de Dylan, unos confundidos y curiosos.

—¿Te gusta la música?

El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora