El regreso a las instalaciones, fue pesado, aburrido y estresante, al menos para Dylan lo era. Después de que aquella nave aterrizara a las afueras de la instalación, sobre las faldas de la extensa playa y el ruidoso mar, Dylan, fue estampado por varios equipos médicos para atenderlo al instante, pues no querían otra baja de su parte. Escuchó mucho ruido y al alzar la cabeza, ver más adelante, admiró a los de equipo de seguridad, que no dejaban que los periodistas y fotógrafos se acerquen más de lo previsto. Al avanzar, tras ser revisado en su totalidad, se dirigieron a los automóviles, y en el camino, fue casi cegado por los flashes de las muchas cámaras. Eso hizo que le empezara a doler la cabeza y buscó la mano de Thomas.El rubio estuvo en todo momento a su lado, sin ganas ni deseos de apartarse, aún con las peticiones de los doctores, no lo hizo. Al sujetar bien su mano, y una sonrisa cómplice que se regalaron, logró que las cámaras ajenas, y el bullicio, aumentara en su magnitud. Los de seguridad hicieron avanza mucho más rápido a los chicos hasta los autos, pues temían que todo se descontrolara. Al estar ya seguros dentro del vehículo, a lado de Thomas, pudo respirar tranquilo. Sus manos aún estaban juntas, entrelazadas.
Al llegar, salieron y el ambiente se tornó mucho más pacifico, menos ruido, más tranquilidad. Kaya y Patrick salieron de otro auto, y antes de que pudieran hablar, fueron interrumpidos por otras personas que los dirigieron por otra zona, dejando a ambos chicos rodeados de más agentes. Uno de ellos se acercó a ellos.
-Necesito que venga con nosotros, joven Rhode - habló mirando fijamente a Dylan.
El castaño asintió y jaló a Thomas con él, quien simplemente observaba el lugar. Las blancas paredes y muebles, lucían impecables, las personas correctamente vestidas para su cargo y la vigilancia constante, llamó mucha su atención.
-Lo lamento, el no puede venir con nosotros - un tipo alto, pelirrojo, apuntó a Thomas mirándolo con desdén.
-No iré a ningún lado sin él - sujetó más la mano de Thomas manteniendo la mirada del pelirrojo.
-Señor...
-Dyl, está bien, seguro que ellos...
-No, no está bien, no confío en ellos, menos para dejarte en sus manos - habló mirándolo -. A donde sea que me quieran llevar, él estará ahí en todo momento.
Thomas pensaba lo mismo pero no podía ni quería hacer un lío en el lugar. Si bien esos tipos tampoco le emanaba confianza, no podía hacer lo que le venga en gana en un territorio desconocido para él.
Los agentes se miraron entre ellos como decidiendo qué hacer, para después asentir.Dylan mostró una sonrisa sonsorrona al ver que ganó. Desde que llegó al lugar, pudo darse cuenta que tenía ciertos privilegios, por lo que no perdió el tiempo en utilizarlo a su favor.
El pelirrojo a regañadientes los guió por las diferentes secciones, hasta llegar a la habitación del castaño. Quiso ceder otra habitación para Thomas pero al ver como Dylan lo miraba levantando una ceja, lo descartó al instante. No había querido golpear a un adolescente en años, y el castaño no le ponía fácil la situación.
Al estar por fin solos en la amplia habitación, no aguantaron las ganas de reír y lo hicieron por un largo rato.
-Al parecer tú los controlas más que esa tal Ava - habló Thomas sujetando su delgado abdomen.
-Se creen la gran cosa con esas tarjetas en sus bolsillos y sus tontos títulos - agregó Dylan.
Dejaron las suaves risas a un lado y se miraron unos segundos, hasta que se acercó a Thomas y llevar su mano a sus rojas mejillas y acariciarlo suavemente.
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El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️
Novela JuvenilParte desde la Tierra una expedición rumbo a Marte dispuesta no solo a visitar el planeta rojo sino a colonizarlo y formar un primer asentamiento humano. O eso es lo que CRUEL hace creer al mundo. Al poco tiempo de llegar Lisa Rhodes, la astronauta...