Capítulo 20 - ¿Novios?

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—Estás más callado de lo normal – dijo Dylan observando a Thomas recostado a su costado, con la mirada perdida en el techo liso y blanco.

Desde que llegaron a su habitación, Dylan comenzó a intrigarse por la actitud del rubio. De un momento para otro, dejó de ser el chico sarcástico y hablador a uno, analizador. Él tampoco podía estar tranquilo, pues tenía cosas que planear y el tiempo no contaba con él.

—¿Tommy? – lo llamó de nuevo.

—¿Mhmm? – balbuceó el rubio para alivio de Dylan.

—¿Estás bien? – preguntó –. ¿Te topaste con alguien cuando te dejé?

Thomas se tenso y él lo sintió, así que se preocupó un poco más. Sabía que no debía dejar al rubio solo por esos lugares, mucho menos conocidos para él.

—S-si, pero – pausó buscando las palabras que no sobresalten a Dylan –, no fue nada malo – Dylan dejó ir el aire que contenía inconsciente de aquello –. Me encontré, o más bien, Walton me encontró.

—¿Y qué pasó? ¿Qué te dijo? – insistió Dylan mucho más interesado que antes.

Thomas se mostró reacio e incómodo.

¿Cómo le diría a Dylan que su padre y la de él, eran enemigos a matar, que uno se cegó por el poder? No, no podía decirlo así sin más. No sabría cómo iba a reaccionar Dylan. Así que lo mejor fue no decirle por el momento, o quizá, esperar a que cierta persona, se adelante primero. Patrick O’Brien.

—¿Tommy?

—Uhm… sólo vino a ver que todo iba bien conmigo, ya sabes, vine aquí contigo y pues...

—¿Te pidió regresar con él? – preguntó rápidamente, asustado.

—No, no, sólo…vino a ver que estaba en buenas manos – cuando estabas en la boca del lobo.

—Uh, bueno, no es como que éste lugar sea el mejor de todos, pero, estaremos bien – buscó la mano de Thomas y la cogió, entrelazando sus dedos.

—Juntos – sonrió ampliamente con Dylan secundado.

Se quedaron en silencio, mirando aquel techo que se convirtió como una televisión para ellos desde que llegaron, por la atención que tenían.

Dylan empezó a extrañar su portátil holográfica, aquella televisión frente a su amplia y cómoda cama, a su mejor amigo, Centauro, a los ingenieros, astronautas y molestarlos con algunas bromas y pasar el rato por la instalación. Ahora que lo vió mejor, Tejas del Este es igual a la que estaba ahora. Lo bueno del lugar era que podía mirar la playa frente a la instalación, lugar que no había en la de Marte. Sólo montañas y senderos de tierra seca.

Thomas por otra parte, extrañaba su motocicleta y sobrevolar un poco en aquel viejo aeroplano. En realidad, no tenía mucho por que extrañar. Quizá a Walton un poco, y aquel pulguiento perro del barrio, o los instrumentos musicales de la escuela, en especial, el piano. Mataría por tocar un poco de piano y crear relajantes notas.

De pronto, Thomas recordó la reunión de Dylan con esa tal Ava, así que rompió el silencio preguntando por eso.

—¿Y qué tal te fue con Ava?

Dylan parpadeó un poco y volteó a mirarlo, echándose de costado hacia el rubio, que esperaba respuestas.

—Bueno, al principio fue incómodo – empezó –. Tenía mucho que decir pero las palabras no salían más allá de la punta de mí lengua – rió junto a Thomas un poco –. Después ella me dijo cómo sería las cosas hasta que vuelva a Marte – se puso serio de pronto –. Así que aproveché en decirle mis condiciones – Thomas le prestó más atención, algo confundido –. Aceptó la mayoría pero no…no, uhm…que no vayas conmigo a Marte cuando esté todo listo.

El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora