Nunca entendió el odio que le tienen las personas a los hospitales, puesto que nunca a estado en uno antes. Pero cuando cruzo aquéllas puertas de vidrio, junto con un inconsciente chico al que a empezado a tener sentimientos por él, fue de lo peor.Cuando lo vio desplomarse al suelo, luego empezar a convulsionar, sentir la calentura sobrepasarse, sintió que el alma se saliera de su cuerpo. Una sensación amarga empezó a cumularse en su paladar.
La desesperación quiso ganar y controlar todo su poca estabilidad en esos momentos. La ambulancia llegó como quince minutos más tardes, quince minutos que se sintieron horas.
Nunca le gustó llamar la atención, pero en esos instantes, ser rodeado de personas desconocidas, que no hacían nada más que ver y comentar al respecto, lo dejó pasar. Primero estaba Dylan y su bienestar corporal.
Lo acompañó en todo momento. Estuvo a su lado en todo momento y quiso estarlo siempre pero fue detenido por algunos enfermeros, así que su castaño tuvo que continuar solo.
Sólo pudo escuchar al doctor pedir una resonancia y se quedó en un silencio macabro. Al menos para él lo era. Luego de que fuera dirigido a la sala de espera, un lugar frío y solitario, fue llamado a dar algo de información del chico. Cosa que se le fue imposible.
—¿Cuál es el nombre del chico que ingresó a radiología? – preguntó uno de los enfermos, sujetando unos papeles con una mano y el bolígrafo con la otra.
—Dylan – contestó simple.
—¿Su apellido? – continuó el enfermo.
—Mmm…n-no, no lo sé – contestó Thomas avergonzado.
Estuvieron enfocados en dar con el padre de Dylan que no se sentaron a hablar sobre aquellas temas. Temas que deberían saber, ambos. Y aún así de todo eso, ambos iniciaron una extraña relación.
—¿De dónde es? – prosiguió el enfermero, necesitando información sobre Dylan.
Tampoco es que podía comentarle a los enfermeros sobre las tontas historias de Dylan y su procedencia de Marte, ¿cierto?.
—No lo sé – respondió con una agria sensación en el cuerpo.
Luego de un vergonzoso interrogatorio y una mirada irritada de un enfermero, fue guiado hacia la habitación donde empezaban a realizar estudios a Dylan. Al llegar al pasillo, observó todo, detrás de una ventana de vidrio, agradeciendo que podía escuchar a los enfermeros y a el doctor encargado.
Primero le hicieron una prueba de rayos x, y las imágenes que salieron en algunas pantallas a lo lejos, consternó tanto a los que se encontraban dentro de la habitación, como a Thomas.
—¿Pero qué? – logró decir el doctor, al ver los resultados de la prueba.
La mayoría de los huesos de Dylan, no eran del grosor o la contextura de los humanos. Él era diferente.
Thomas empezó a tener flashes sobre cuando Dylan hablaba al respecto. Bien podría ser de su enfermedad o la vivencia en Marte.
—Su corazón está agrandado – dijo nuevamente el especialista.
Tras crecer su corazón, logró apretarce en su caja torácica, en las costillas del lado izquierdo de su pecho. De ahí provenía el dolor los días anteriores.
—¿Lo administraron balsartán? – preguntó el doctor.
Los enfermeros afirmaron. Pero vieron que no tuvo efecto alguno.
—No se ve bien – dijo el doctor viendo directamente a Thomas, detrás de la ventana.
Éste asintió con un nudo en la garganta y empezó a recordar todo los momentos y palabras que dijo Dylan sobre todo el asunto de Marte y él.
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El Espacio Entre Nosotros (Dylmas) ✔️✔️
Novela JuvenilParte desde la Tierra una expedición rumbo a Marte dispuesta no solo a visitar el planeta rojo sino a colonizarlo y formar un primer asentamiento humano. O eso es lo que CRUEL hace creer al mundo. Al poco tiempo de llegar Lisa Rhodes, la astronauta...