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-Tzuyu- La pelirroja levantó ligeramente la cabeza al escuchar la voz de Sana entrando a la casa.

-Sana unnie- La menor sonrió en grande cuando la escuchó acercarse a ella -¿Cómo te fue? ¿Te gusto la fiesta? ¿Te divertiste?- Preguntó con emoción, incluso parecía mucho mas emocionada que la misma cumpleañera.

-¿Qué le dijiste a mi padre de Yeonjung?- La sonrisa en el rostro de Tzuyu desapareció en cuanto escuchó la voz fuerte y molesta de la pelirosada.

-¿Qué le dije?- Tzuyu ladeo ligeramente la cabeza -Hablamos sobre unas bestias que están en nuestro territorio.

-¿Y por eso han regañado a Yeonjung?- Preguntó molesta.

-Bueno, ella es la encargada de cuidarlas ¿No?- Preguntó nuevamente, sin entender concretamente cual era el problema, ni tampoco porque Sana sonaba tan molesta.

-Simplemente habías podido dejarlo pasar, no le han hecho daño a nadie- Tzuyu frunció suavemente el ceño al escuchar la voz aún más molesta de la pelirosada.

-No puedo- Dijo con un tono de voz un poco más firme -Son bestias Sana, y no quiero que vuelvan a atacar nuevamente un pueblo.

-Eso no volverá a pasar, yo te lo dije. ¿Por qué no crees en mis palabras? ¿Eh?- Esas últimas frases salieron como un grito, provocando que la pelirroja soltara un pequeño suspiro, tratando de calmarse.

-Hey, tranquila, no era mi intención que regañaran a nadie- Habló nuevamente con voz calmada, sintiendo como su cabeza empezaba a retumbar por los gritos de la mayor -Yo ni siquiera sabía que la encargada de cuidarlos era tan amiga tuya- Se encogió de hombros.

-Pero Tzuyu... Te dije que todo estaba bajo control, las bestias no volverían a atacarlos.

-Yo no tengo la culpa de que ella haya decidido entrenarlas en nuestras tierras, es algo que está prohibido y lo sabes- Volvió a hablar con voz fuerte, sintiendo su cabeza doler cada vez más.

-Acaba de regresar, no puedes meterla en problemas por una estupidez como esa- Alegó nuevamente mientras empezaba a caminar de un lado al otro.

-Debía informar al Rey, es mi obligación como capitana de batalla.

-No. Tú simplemente pudiste quedarte callada y dejar que esas bestias siguieran ahí, nadie se había dado cuenta.

-¿Enserio creías que nadie se iba a dar cuenta? Están literalmente encima de nosotros- Tzuyu hizo una mueca al sentir que el dolor aumentaba con cada palabra que salía de su boca.

Claramente esta acción pasando desapercibida por la pelirosada que estaba más enfocada en recordar cómo había escuchado los gritos y reclamos de su padre, para después ver como Yeonjung salía con la cabeza gacha de esa oficina.

-Eres mi novia, aunque sea hazlo por mí. No quiero que vuelvan a regañar a Yeonjung por tu culpa ¿Entendido?- Se detuvo en seco frente a la pelirroja.

Tzuyu levanto ligeramente la cabeza al sentir que Sana por fin se había detenido.

-No lo haré- Dijo de manera firme, haciendo que la mirada de la pelirosada se llenara de furia -Soy consciente de que esa chica es alguien muy importante para ti, pero no dejaré mis obligaciones de lado solo porque tú me lo dices- Volvió a hablar con suavidad, intentando calmar el dolor de cabeza -Entiéndeme Sana, la seguridad de todas las personas del cielo depende de mí, no puedo ignorar que Yeonjung haya roto las leyes.

-¡Por favor!- La mayor se paso las manos por la cabeza, sintiéndose frustrada por la constante negativa de quien decía llamarse su novia -Solo te estoy pidiendo una maldita cosa. No vuelvas a meter a Yeonjung en problemas. No quiero que se vuelva a ir.

Angel Or Devil •Satzu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora