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-¿Decirme algo?- Tzuyu frunció suavemente el ceño al notar la voz nerviosa y apresurada de la pelirosada, quien había buscado  refugio de la penetrante mirada de la menor en su cuello, inhalando suavemente su dulce aroma.

-Debo hacerlo.

-¿Qué es? ¿Por qué estas tan nerviosa? Sabes que puedes decirme lo que sea- Tzuyu intentó calmarla dando suaves caricias en la espalda y el cabello de la mayor.

En momentos como este, era cuando Sana más se ilusionaba con que en verdad pudiera haber algo entre ellas, Tzuyu no la trataba como a las demás, ella la trataba muy diferente a como lo haría con cualquier otra persona.

-Yo...- La mayor tomó una profunda respiración mientras pensaba en cómo decírselo, ni siquiera eso había pensado, todo había empezado por un impulso que no logro controlar a tiempo, ahora estaba a punto de decirle que le gustaba.

-¿Si?

-Tú me...- Cerró los ojos con fuerza, sintiéndose completamente frustrada por no decir tres palabras seguidas sin empezar a tartamudear.

-Tranquila, respira- Le dijo la menor, quién aún seguía con sus suaves caricias en la espalda de la pelirosada.

-"Vamos Sana"- Se animó a si misma, en un acto de buscar la confianza que le faltaba para decírselo de una vez.

¿Por qué era tan difícil decirlo? Había practicado muchas veces como sería cuando le dijera a Tzuyu como se sentía y realmente no le parecía muy difícil, hasta ese momento, donde parecía que iba a desmayarse en cualquier momento.

-Unnie, lamento ser tan apresurada pero debo volver al cielo- La apresuro suavemente la pelirroja, tenía que volver antes de que se dieran cuenta que había dejado su puesto botado -Si no puedes decirlo, puedo esperar a otro momento, pero en verdad debo irme.

-Espera- Sana la apretó contra su cuerpo impidiendo que escapara, no iba a dar marcha atrás después de haber llegado tan lejos -Voy a decirlo, ¿Vale?

-Está bien.

La mayor tomó una última fuerte respiración mientras apretaba la ropa de Tzuyu entre sus manos.

-Me gustas.

Soltó finalmente luego de unos segundos en silencio, sintiendo como el cuerpo de la pelirroja se tensaba casi imperceptiblemente.

Espero por unos segundos una respuesta, pero al no recibirla decidió seguir hablando.

-No te estoy pidiendo que salgas conmigo, ni tampoco quiero presionarte, solo...- Se separó un poco de la pelirroja para poder mirarla a los ojos -No puedo seguir ocultandolo.

Tzuyu sería una idiota si decía que no sabía nada al respecto, de hecho había estado consciente de los sentimientos de Sana hace mucho tiempo pero no se había atrevido a decirle algo, después de todo no tenía porque hacerlo. Sin embargo sabía que en cualquier momento llegaría la oportunidad, en que la mayor le dijera como se sentía, lo sabía, pero ahora que se lo escuchaba decir, realmente no sabía que decirle o como debía reaccionar.

-Sana unnie yo...

La pelirosada no la dejo terminar de hablar cuando se acercó de golpe haciendo que sus labios se rozaran levemente.

-No lo digas por favor...

Inconscientemente sabía que Tzuyu la terminaría rechazando, pensaba que no era la mujer indicada para la menor, aún así, tomó la decisión egoísta de decirle sus sentimientos.

Sin embargo, si no podía conseguir que Tzuyu la quisiera de la misma forma que ella, al menos, quería poder tenerla de alguna manera, no le importaba como fuera, solo quería tener a Tzuyu para ella sola, aunque fuera una sola vez.

Así que con ese pensamiento en mente, se lanzó una vez más hacia la pelirroja, está vez, juntando sus labios en un beso, que lejos de ser algo tierno por ser la primera vez, era un beso rudo, con la clara intención de Sana buscando algo más.

-Unnie- La menor intento hablar entre el feroz beso, pero Sana aprovechando este momento, introdujo su lengua dentro de la boca de la más alta.

-Tzuyu- Sana se alejó después de unos momentos al notar como la menor la intentaba alejar por todos los medios, claro que sin llegar a ser brusca, sabía que estaba actuando egoístamente de nuevo, odiaba realmente ese lado suyo, pero ya llegados a este punto, no debía dar marcha atrás, tenía que seguir con determinación, de esa manera lograría que Tzuyu dejara de verla como una niña mimada -Puedes tenerme cuando quieras, seré solo tuya.

Escuchar esa frase hizo que la mente de la menor viajará hasta un momento específico en su vida, la imagen de una persona vino a su mente, haciendo que alejara a Sana de golpe.

-Tzu...

-No digas nada- La interrumpió la pelirroja, no podía decir que esa frase le había traído un recuerdo muy lindo que digamos, tampoco era culpa de Sana, pero por su personalidad lo hizo parecer de esa manera, haciendo que la pelirosada se sintiera terrible -Debo volver.

Sin decir nada más, empezó a caminar lejos de la mayor, tenía que salir rápido de ese lugar.

-¡Tzuyu! ¡Espera!- Sana reaccionó unos segundos después, pero para ese momento la pelirroja ya había desaparecido de su campo de visión.

Sintiéndose completamente una idiota, salió corriendo tras la pelirroja, quería dejar de actuar como una niña pero al final eso es lo que había terminado pareciendo. Una niña que si no le daban lo que quería, lo terminaba consiguiendo aunque fuera a la fuerza.

-¿Pero que le pasa a ese ángel?- La mayor se detuvo en cuanto escuchó a Mark soltar un bufido.

-¿Viste a Tzuyu salir?- Preguntó rápidamente.

-Si, salió hace unos momentos, parecía bastante molesta.

El chico miró preocupado como la pelirosada parecía querer empezar a llorar en ese momento, era la primera vez que la veía de esa manera.

-Princesa, ¿Está bien?- Intentó acercarse pero la pelirosada simplemente dió la vuelta y empezó a caminar en dirección a su habitación.

Había terminado arruinandolo todo.

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Angel Or Devil •Satzu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora