PROLOGO

692 37 3
                                    

|Domingo 1 de enero 2012, 14:30 P.M Bucaramanga-Colombia|

El calzado hecho completamente de cuero resonaba por su pequeño tacón, adherido, sutil y suavemente en el final de este. Guiado por una nerviosa, pero decidida chica, la cual, motivada por el mismísimo destino que le deparaba, se acercaba lentamente, a lo que sería el ahogo de su vida, pero, el flote de su dignidad ante esta misma.

El elegante umbral, con detalle en la sólida madera de la que estaba hecha, teñido por la misma naturaleza, de un ébano tan oscuro como las crines de un semental en su más bella y robusta juventud; es abierto con las delicadas manos, por la menor de los Usedo, quien había molido la parte interior de su labio, con regularidad por el desorden en su cabeza, yendo con decisión, mientras esconde en su interior el terror que emanaba, por el solo pensar sobre lo que está a punto de suceder, terror que se refleja en cuanto cruza el primer centímetro de aquella puerta.

—Abuelo — pronunció en modo tembloroso, y un tanto silencioso, pero aun haciendo que el hombre solicitado, levantara el pulcro y bien cuidado rostro de entre los papeles en su escritorio —nieta — repitió del mismo modo, con la excepción de no estar en lo más mínimo... Nervioso    —¿qué deseas? — expresó al ver la demora en su pequeña nieta, demora que perjudicaba su labor.

Inhaló, y exhaló profundamente, una vez, solo una vez lo hizo, contada de forma atenta por el canoso hombre  —no aceptaré casarme con quien haz elegido, y asumo la opción que me diste aquel día — a pesar de haber añadido cada vocablo con absoluto control en su cuerpo y boca, su voz no le había obedecido de la misma forma.

El guapo señor de edad, frunció el ceño, no le gustaba ni un poco, lo que sus oídos acaban escuchar, aquellas palabras que no dejaron de resonar en su cabeza, como una daga que atravesaba sin cese alguno, pero... al soltar ahora su respuesta, aquel desagrado desapareció, volviendo así, su tono neutro y voz imponente         —¿hablas sobre ser desprendida y desheredada de tu familia?

Expulsó de sí, mientras cruzaba las manos sobre el escritorio, acomodando sutilmente las gafas que posaban sobre su respingada nariz, esperando así, que sus palabras y accionar, hicieran declinar a su nieta de lo que estaba decidiendo sin postulaciones distintas —a... Así es abuelo, he decidido que prefiero eso, a que me suceda lo mismo que Ana, o Aarón, no deseo eso de ninguna forma para mi vida, mucho menos, estar sometida a los caprichos de la pareja que elijas, sino también de los... tuyos.

Para aún más sorpresa del señor Juan, eso ultimo lo manifestó, viéndolo directo a su rostro, sin titubear un solo momento, haciendo que sus amarillos ojos brillaran de forma majestuosa, de la misma forma que un día lo hizo su amada Eva —no es por obligarte, o hacerte cambiar de convicción, pero... ¿Estás segura de querer tomar este paso?, sabes que no habrá marcha atrás, y al finalizar lo que provocaste, en la familia, jamás encontrarás una sola ayuda, ¿aun con todo eso sigues queriendo esto?, sabiendo que perderás las comodidades de las que tanto me he esforzado por acostumbrarte, tanto a ustedes mis nietos, como a mi nuera.

Aunque fuera una táctica un tanto ruin, el atacar por el extremo sentimental y económico, a su delicada nieta, no tenia de otra, pues... No esperaba otra cosa, que declinara de su idea, puesto que, todo lo que hacía era por su bien y nada más, además, por mucho que deseara no llegar al extremo del cual ya le había hablado, era imposible no hacerlo, que había sido la misma postura, planteada a sus otros dos nietos, y su postura de igualdad, entre su familia, llegaba más lejos que cualquier anhelo.

—Es evidente que analicé, cada uno de esos puntos, pero, mi vida es más importante que los lujos que pueda llegar a tener, porque, aunque haya completado mis estudios, obtenido mi título con bastante rapidez, y demás, en gran medida gracias a ti, sé que eso solo es un accesorio para mi currículum a la hora de añadirme a un hombre, y que en sí, tendré que ser una ama de casa, tal cual como Ana, que se encarga de cosas menores, como eventos y temas sociales, temas a los que siempre me he alejado en lo posible, de lo desagradables que me resultan.

Secretos Desvanecidos Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora