CAPÍTULO 19

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La información y codificación en su cabeza, se hacía cada vez más complicada, siendo a la vez empático, puesto que, tan solo con la estructura del principio se sorprendía por el coraje que tuvo.

Para nadie, en el círculo adinerado del país, era un secreto el gran aprecio que la cabecilla de la temida familia Usedo le tenía a la menor de sus nietas, esto mucho más evidente luego de la trágica muerte de su único hijo. Todos conocían la historia, de la misma forma que el gran temor del desgastado hombre de fuerte temple, porque su apellido no permaneciera.

Misma razón que influenció en la constante solicitud por nietos, mismos que ahora gozan de todas las comodidades que su apellido paterno les brindaba, las mismas que el hijo de la protagonista del informe no había experimentado por el rumbo que su madre había escogido. Para el momento en que las paginas guiaban al hombre de caoba cabellera en el punto del prolongado viaje a Italia, sus sospechas se incrementaban, al igual que la sorpresa con respecto al hombre que impresionó de tal forma a la aventurada chica.

El texto en referencia, comenzaba la historia con el detalle que cualquier programa televisivo tendría, en aquel conjunto de palabras, se especificaba incluso el lazo e inicio de la amistad entre la italiana y su actual... Trabajadora, pero entonces... A la historia entró quién causo el regreso de todo, la transformación de todo lo que estaba ocurriendo.

—¿Cosio?, ¿fue Dante Cosio? — sus ojos no se desviaban del escrito, de ninguna forma lo hacía, pensaba en las casualidades, las distintas variantes que se unieron para que de alguna manera sus caminos se encontraran, una que llegó a encender en él, enojo puro, pues, en el archivo, también había titulares de periódicos, los mismos que cubrían lo que en aquella noche pasó, con primicias tan denigrantes como "anche l'oro ottiene le mosche", (incluso al oro le llegan las moscas).

Eso tan solo el encabezado de lo demás que describían en el desarrollo, simplemente trataban de múltiples cosas a la rubia mujer, de la misma forma que, en todos los periódicos, se notaba una insidia bastante fuerte en su contra, mientras que Esteban no se creía que la sería mujer a la que conocí durante ese día, haya sido capaz de engañar de esa forma a Dante, mucho menos como si fuera la caza fortuna que describen, era imposible que ella, habiendo tomado las decisiones que formó, y siendo parte de la familia Usedo, simplemente era ridículo el creer que lo que allí especificaban, fuera la realidad.

Pero con todo ello, su creencia en la rubia seguía, con la misma veracidad con la que leía el documento, mismo, que, en su siguiente pestaña, se expresaba el enorme desagrado que su amigo le tenía, puesto que, para sorpresa del intrigado hombre, estaba la opción de video, misma que en un inicio, antes de reproducir, se podía leer un anticipo de lo que encontraría "esto es por lo que tanto indagas".

Tres palabras, cuatro conectores, simple modo de provocarle una idea de lo que aquel video sería, idea para nada errónea, puesto que, sí, tal como lo pensó en cuanto leyó la premisa. Sabía perfectamente que esas palabras no pertenecían al contexto del informe, al menos no temporalmente, estaba seguro, por completo, la mala intensión con la que fue puesto.

Concia la persistencia de su amigo, la manera en la que se empeñaba a demostrar lo que creía, por lo cual, no imaginaba todo el esfuerzo que realizó para encontrar el video original, ese que de alguna forma le provocaba temor al pálido hombre.

Su cuerpo y mente se dividían en dos, una de esas partes deseaba ver el video, por curiosidad, o simplemente complementar en todo sentido lo que allí se presentó, y su otro lado, se decía a sí mismo que no debía, después de todo se trataba de ella, la misma mujer que seguiría viendo luego de observar lo que allí estaría. Lo último que desearía es incomodarse al verla, o provocar eso en ella.

Secretos Desvanecidos Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora