CAPÍTULO 17

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Las horas se extendieron, de la misma forma que el tiempo en que aquel hombre mantenía con el celular en la mano, saliendo de una llamada a otra, sin inmutarse, pero desgastando su apariencia pulcra, esa que tanto conocía Lucia.

El par de distraídos a causa del trabajo, notaron que la situación horaria había cambiado por las luces de un brillante sol, introduciéndose por las distintas rendijas que permitían las cortinas. Fue en ese preciso instante, en que la joven comprendió lo necesario que sería detenerse, hacer que tanto ella como él, que no se habían detenido por casi veinticuatro horas seguidas, lo hicieran de inmediato, por lo que dudosa se atrevió hablar claramente.

—Señor... Creo que lo mejor es que se acueste a dormir, ya hemos hecho lo que está en nuestras manos, y en verdad dudo que desde aquí se pueda hacer algo, así que, solo duerma — Esteban no pronunció palabra, tan solo detuvo sus movimientos, viendo directo el rostro de la joven.

—Tiene razón señorita Torroja, es imposible manejar esto con papeleo y llamadas... — detuvo lo que estaba exclamando para sostener su cabeza entre sus manos, mientras expulsaba todo el aire que había acumulado —lo mejor será que viaje hoy mismo hacia allá... — Lucia iba a hablar ante él, pero entonces el que tomara de nuevo el celular, confundió a la mujer, deteniendo cualquier palabra que le quisiese expresar.

—Llamaré a la señorita Ortiz para que se prepare en ocuparse de los asuntos mientras no estoy, de la misma forma en que siempre lo hace junto a Omar — Lucia vio como en la brillante pantalla del celular se reflejaba el apellido se su melancólica amiga, por lo cual, para no molestarla en el problemático estado en el que se encontraba y de la misma forma, su jefe no se enterara, se adelantó en decir aún más palabras.

—No se preocupe, como le dije, duerma, yo me encargo de llamar a... Sofía y ponerla en aviso, de la misma forma que lo haré con el señor Omar, en este celular está el número del señor Gallado, por lo que también realizaré su aviso, y luego me iré a mi casa, usted solo preocúpese por descansar, así sean unas pocas horas, ya después tomará su vuelo en dirección a Tunja.

—Escuché todo lo que dijo, de verdad, y agradezco las horas súper extras que realizo a causa mia, pero, no puedo hacer eso que usted me pide, no podré dormir sabiendo que aún sigue haciendo cosas, además de irse manejando con el nulo descanso que ha tenido, me temo que de la misma forma en que usted me recomienda lo mejor para mí, debo pedirle que haga lo mismo para usted y se quede hasta que haya recargado un poco sus baterías.

Sin inmutarse en su expresión, Lucia tomó la pila de documentos para acomodarla, mientras pensaba en la respuesta que le daría a su hijo, por lo que prometió y no fue capaz de cumplir, se perdió sin tener el motivo del porqué, dentro de sus pensamientos.

—Mire, sé que no será lo más cómodo del mundo dormir en un lugar con un desconocido, pero... Es el acto más sensato que puede seguir, sabe perfectamente lo peligroso que puede ser manejar en las calles de Bogotá a cualquier hora, con la atención por los suelos causada por el sueño — Lucia intentó replicar el argumento de que ella tuviera en su apariencia, desgaste por todo lo hecho, pero fue imposible, sus ojos achicados y su voz ida un tanto ronca, demostraba la razón a su jefe.

—Por lo que noté, acepta mi petición, sé que no es lo que más desea por su hijo, pero si es necesario, pagaré mucho más de lo que se había planeado, para que el costo de la persona que se encargó del cuidado de su pequeño no sea una carga por mi culpa — Lucia respiró muy profundamente, sin tener el pleno control de todo, pero todo era cierto, no podía cometer una imprudencia por culpa de su imprudencia.

—De acuerdo señor, pero primero, quiero verlo irse a dormir, estoy segura que usted nunca duerme lo suficiente y eso no será de esa forma hoy que estoy aquí — los oscuros ojos del hombre se impactaron, a la vez que sus labios escondían una pequeña sonrisa, puesto que, no pudo evitar pensar en lo claro que es, el que ella sea una madre y la inconsciente forma en que lo evidencia.

Secretos Desvanecidos Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora