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Los días pasaron, y en medio de lo que sería su trabajo, junto acostumbrarse al lugar en el que sería su hogar, todo había ido, bastante fluido y tranquilo.
La viuda mujer, no le dirigía la palabra, fuera de las comidas en el comedor, al igual de que muy pocas veces se la topaba en el día, y ni hablar de las pocas personas dentro de la casa, donde, para sorpresa de incluso ella misma, tan solo eran cinco, dos mujeres, y tres hombres, siendo dos de ellos, bastante mayores.
Con respecto a sus clases dentro del instituto, eran bastante simples, resulto ser, un tipo de convenio entre una agencia de viaje, para facilitar a sus clientes, acoplarse en la vida del país al que decidan ir, ya sea para vivir, o incluso solo para trabajar un extenso periodo de viaje.
Sus compañeros de trabajo, van de los veinticinco para arriba, muchos incluso sospechan de ella y su currículo, más de uno ha insinuado ante ella, que su forma de conseguir el puesto tan fácilmente, con su edad, fue gracias a sus posibles dotes en la cama, dotes, que muchos creen son fantásticos, a causa de su trasero, por lo que no ha sido del todo satisfactorio vivir con ello, pero no se lo diría a Orazia, pues, fue gracias a su amigo que estaba allí, y no quería provocar problemas entre las relaciones de monarca.
Por otro lado, había otros que eran de lo más agradables, al igual que variados, con sus nacionalidades, incluso había una chica de nacionalidad colombiana con quien se estaba llevando de maravilla, era una morena de ojos verdes, bastante despampanante e inteligente, de tan solo veintidós años, de familia con una vida cómoda, y viajando a Italia a ese puesto, como una voluntaria.
Sobre la propuesta de su espontanea amiga, de salir ese viernes, porque sí, los días habían transcurrido tan rápidamente, que la noción y respuesta, se desvanecieron.
Justo en esos momentos estaba sentada, organizando las guías que había preparado para la clase, guía ya solucionadas, por la finalización de su clase, lo que quedaba del día le pertenecía por completo, y se le hizo extraño, que aún su amiga no llamara para saber sobre la respuesta a su idea.
Y como si la hubiese invocado por medio de algún modo esotérico, su celular encima del claro escritorio, comenzó a moverse a causa de la vibración, después de todo, ella conocía a la perfección su horario, por lo que no tendría escapatoria.
—¿Aló? — manifestó Lucia a través de la línea —¡LUCIA! — habló en su lengua, en medio de un grito, dando indicio del porqué de su euforia —ya es el día, tu dijiste que hoy me dirías si vas o no, y como eres la mejor de las personas que conozco, al igual que la más dulce y adorable, sé que irás.
Era cierto que Orazia siempre le insistía para que fueran a bares o demás, pero... está vez era distinta, muy distinta, estaba pidiendo mucho más que las otras veces, al igual de que ya lo estaba dando por hecho, aún si quiera ella hubiera dado una respuesta, por lo que no pudo evitar preguntar sobre ello.
—Dime la verdad... la verdad, nada más — lanzó sus vocablos de forma sería —no intentes enojarte, pero, esta noche, en ese bar, tocará la banda de mi primo, resulta que han tenido muy buena acogida, después de todo llevan dos años haciendo de todo para que el público los reciba adecuadamente, y ya lo lograron, por lo menos en el país, ya resuenan en muchas partes —en ese instante, Lucia reconoció que fuera verdad, ella no estaba muy al pendiente de la moda musical, ni siquiera en Colombia, mucho menos en otro país, por lo que en su descuido pudo que no notara el logro de la banda.
No habló, deseaba que la joven terminara con su explicación sin tapujos de por medio —dudó que lo hayas notado, más cuando no conoces a mi primo, puesto que, todos estos años vivió en Inglaterra con sus papás.
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Secretos Desvanecidos Vol. I
RomanceDespués de haber preferido ser desheredada, por la familia más influyente de los medios de comunicación, que desposada por un hombre desconocido; Lucia, corre de su nación de origen (Colombia), para escapar al lugar que más le había reconfortado en...