CAPÍTULO 1

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|Jueves 5 de enero 2012, 6:00 A.M, Bucaramanga-Colombia, 25.3°C|

Nervios, desequilibrio y dolor, era lo que rodeaba a la joven que se encaminaba a en las escaleras directo al avión, no sabía, ni el cómo, ni el por qué, había logrado llegar a ese punto. De cierta forma, una parte dentro de ella, deseaba, dar vuelta a todo, cancelar su tiquete hacia Italia, y volver a los brazos de su familia, implorando a su abuelo que no la dejara ir, pero... No lo haría.

Por más duro que fuese lo nuevo a ocurrir, no podía, ni debía dar marcha atrás, era simplemente impensable para su dignidad, su palabra no era algo que valiera dos pesos, por lo que le daría el valor que requiere y merece, así no pudiera volver a tener acercamiento con las personas que tanto amaba desde siempre.

El suplicio dentro de la mimada chica, se trataba de algo realmente insoportable, por un lado, estaba la voz que le decía, que eligiera quedarse con su familia, aun cuando eso significara seguir de por vida las decisiones de alguien más, junto con el hecho de no conocer ni siquiera lo que era amar, y ser amada, pero, su contra parte, le gritaba y guiaba lo que era lo mejor, seguir su vida, con las bases que ya tenía.

Después de todo, no se iba del todo desprotegida, era poseedora de una buena cantidad económica, título universitario y el dominio de dos idiomas a parte del español, siendo uno de estos, y los recuerdos de años pasados, lo que motivada su decisión de trasladarse de inmediato a Bérgamo-Italia.

En esa hermosa arquitectura que toda la vida, la hizo sentir en un tipo de cuento de hadas, uno el cual, quería gozar y buscar. No sería complicado, pues, solicitó justo en el momento correcto, la ayuda, de la chica que la acompañó durante todas esas vacaciones.

Su buena amiga, Orazia, le prometió, que la ayudaría en el tema de hacer lo que nunca creyó que sería tan importante en su vida, el trabajar, además de eso, vivienda en donde no tuviera que pagar un solo centavo, junto con la seguridad de que no correría ningún tipo de riesgo, no fueron más las explicaciones que le dio en aquella llamada, ya que, al igual que Lucia, Orazia le aclaro que solo allí en Italia, le diría los detalles de todo, de la misma forma que la misma Lucia debía hacer con ella, y el por qué todo tan de repente.

—¿Puedo poner mi equipaje aquí? — preguntó un hombre, haciendo despertar a la joven de los pensamientos que la estaban consumiendo —oh, claro, no hay problema — expresó despreocupada, al igual ese espacio estaba vacío, luego de que vendiera prácticamente todos sus atuendos, no era mucho el equipaje a su disposición.

El hombre acepto su respuesta, acomodando sutilmente el maletín lleno en el equipamiento, para acto seguido, sentarse al lado de su compañera, a la cual observó por un momento, llamando plenamente su atención, el rubio color de su cabello, en juego de los ojos que se desviaron hacia la ventana, dejándolo en la libertad de que no pudiera notar el modo en que su admiración se había dirigido hacia ella, admiración que se esfumó, en cuanto tomó conciencia del verla, y apartó por completo su vista, hacia la pequeña pantalla frente a su asiento, dejando así, que todo se desvaneciera.

Lucia solo se dedicó, a indagar aún más, en lo que debía preparar su mente, de ahora en adelante, con lo complicado que sería, apagando, por petición de la sonora voz, del piloto en la cabina, su Sony, para guardarlo en uno de los bolsillos de su cartera.

(...)

|Viernes 6 de enero 2012, 3:30 A.M, Bérgamo-Italia, 12.2°C|

Luego de la intensidad del viaje, y las escalas en este, Lucia al fin, podía afirmar definitivamente, que no había marcha atrás, ya no era capaz si quiera de imaginar, una dimensión en donde todo fuese distinto, por lo que solo le quedaba, prepararse a la vida que le aguardaba.

Secretos Desvanecidos Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora