Capítulo 40 ☾

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Bryony

Sentí un leve empujón hacia la pared rocosa que tenía detrás de mí. Caden me estaba protegiendo con su cuerpo, mientras que yo sostenía la caja con la vasija dentro. Mi pecho empezó a subir y bajar, mis manos estaban temblando, mi corazón iba a gran velocidad.

—Dios —jadeé con horror.

—Tu Dios no va a venir a salvar tu trasero —escupió Camille ante mis palabras —. Nosotros tenemos que defendernos solos —arrastró la mirada hasta a mí y asentí con la cabeza.

El primero en soltar el primer golpe fue Bór, una bola de fuego fue a dar al techo donde estas criaturas esperaban. Al golpearlos el fuego se esparció y algunos de ellos empezaron a caminar asustados, lejos del fuego que estaba quemando a un par de ellos. Chillidos espeluznantes brotaban de sus bocas y las abrían mostrando sus filosos dientes, que querían desgarrar todo a su paso.

Algunas criaturas cayeron de pie frente a nosotros, mientras los cuatro me protegían.

—No deben acercarse a ella —advirtió Caden tomando una postura de defensa y sacando la navaja que me había prestado allá atrás.

Las manos de Bór se encendieron mientras que Morgan cogía con fuerza la espada entre sus manos, todos ellos adoptaron una postura de defensa ante estas cosas que se veían mucho más grandes de lo que parecían ser. Sus piernas eran más largas y ellos más altos.

El primero en golpear fue Bór con una bola de fuego que consumió a la criatura hasta convertirla en cenizas que volaron con el viento. Dos criaturas se acercaron y fue el turno de Caden de hacer desaparecer a una de ellas enterrando la navaja en el pecho de esta cosa que también se convirtió en polvo nada más. La cosa que atacó a Camille quiso desgarrar su pecho pero ella fue mucho más rápida y quedó detrás para romperle el cuello. Morgan atacó esta vez y dos criaturas desaparecieron frente a sus ojos. Sonrió victoriosa, pero toda sonrisa se borró de su rostro cuando todas las criaturas cayeron al suelo, mi lámpara empezó a parpadear y maldije que esto estuviera pasando justo en este momento.

—¡Maldita sea! —escuché a Camille quejarse y al verla estaba peleando con uno de estos demonios.

Todo se sumió en la profunda oscuridad cuando mi lámpara se apagó y solo alcanzaba a ver los destellos de las bolas de fuego de Bór y el fuego infernal de Morgan. Escuchaba el golpe de la espada de Morgan chocar contra las paredes rocosas. Caden atacaba, golpeaba y rompía cuellos, Bór con su magia les hacía explotar la cabeza, rompía los huesos de sus piernas para hacerlos caer al suelo y así poder cortarles la cabeza con sus manos. Morgan los hacía explotar arrojando fuego a sus bocas, enterraba su filosa espada en sus cuerpos y dejaba salir al demonio que ella era en realidad. Alcancé a ver sus ojos negros y aquella sonrisa malévola que la caracterizaba. Camille enterraba sus colmillos en estas cosas sin importarle lo viscosa de su sangre y el color casi negro que salía de ellos.

Solo podía ver claramente cuando Morgan y Bór arrojaban fuego, porque todo estaba oscuro para mí.

En ese momento, en el que todos estaban protegiéndome, una mano larga y huesuda tiró de mi cabello, grité llena de horror, el miedo me llevó a protegerme así que formé fuego en la palma de mi mano y lo arrojé a la criatura que estaba arriba de mí pegada en la pared rocosa. Al arrojar el fuego la criatura se esfumó frente a mis ojos.

—¿Estás bien? —escuché a Caden entre la oscuridad —. ¿Brujita? —se escuchó desesperado.

—Estoy bien —jadeé buscando un poco de oxígeno —. Estoy bien —repetí.

Todo estaba oscuro y el lugar se había sumido en el absoluto silencio. Solo se escuchaba mi respiración y el peculiar sonido de las pisadas de estas criaturas yendo de un lado al lado.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora