Capítulo 25 ☾

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Bryony

Miraba a Caden desde la silla frente a mi escritorio. Estaba profundamente dormido y por ahora no pretendía despertarlo. Se veía tan lindo así, tan tierno e inocente. No pudo dormir bien en toda la noche, se movía de un lado al otro y parecía incómodo.

Las palabras que me dijo horas atrás me estaban retumbando en la cabeza, no dejaba de pensar en ellas.

"Tengo miedo porque no quiero que te haga daño, no quiero que te lastime, a ti no. Entonces ayúdame, tienes que sacarlo, por favor"

Era más que evidente que Caden estaba sufriendo. Había sufrido desde que mi padre lo convirtió en esto. Sufría a solas y parece que no había nadie que lo pudiera ayudar. Hasta este momento. Porque yo lo haría, yo lo iba a ayudar, yo iba a terminar con este sufrimiento. Lo haría por él y por el gran amor que estaba naciendo entre nosotros.

Escuché los pasos de mi madre acercarse a mi puerta, me puse de pie rápidamente y aseguré esta antes de que la abriera. Tocó suavemente sobre la madera.

—¿Bryony, estás despierta?

—Sí, mamá —apoyé mi brazo en la madera —. Me estoy vistiendo.

—¿Estás bien? Es que ya me voy a trabajar, he dejado el desayuno en la mesa, no tardes porque se enfría.

—Gracias, mamá.

—Nos vemos al rato, te quiero.

—Y yo a ti —escuché cuando se empezó a alejar y apoyé mi espalda en la puerta. Suspiré y cerré los ojos, al abrirlos vi a Caden con la espalda apoyada en la cabecera de la cama —. ¿Cómo estás?

—Mal —musitó pero sonrió. Que mal se le daba fingir que nada pasaba cuando era más que evidente que estaba sufriendo —. Lamento lo que pasó anoche, sino son las pesadillas de aquella noche tiene que haber algo que lo jode todo —se restregó el rostro con una mano.

Me acerqué a la cama y me senté a su lado.

—Todo está bien —puse mi mano encima de la suya.

—No lo está —dijo con pena —. Todo está mal dentro de mí.

—Te voy a ayudar —me miró atento —. Vamos a sacar ese demonio que yace dentro de ti. Te voy a liberar de esa pesadilla y haré que todo sea más fácil para ti.

—¿Harías eso? —asentí con la cabeza mordiendo mis labios.

—Lo que sea con tal de que estés bien.

—Tú me das tanto y yo tengo tan poco —negué con la cabeza.

—Nada de eso, tú me das todo con tan solo existir —se acercó para acariciar mi mejilla con sus dedos.

—Te amo —soltó mi mejilla y dejó un beso en su lugar —. Lamento ser un desastre en este momento.

—No eres un desastre, todo lo contrario.

Me puse de pie bajo su atenta mirada.

—Me voy a dar un baño y si quieres puedes desayunar, mamá preparó el desayuno —sonrió —. Iremos a la universidad y te vas a olvidar de esa pesadilla.

—Gracias, brujita —le sonreí antes de entrar al baño.

Al salir Caden ya había terminado de desayunar. Él se duchó también y juntos fuimos a la universidad. Cada día a su lado me hacía sentir mucho mejor, era aprender algo nuevo de él y todo lo que descubría era asombroso y a veces aterrador.

—Ayer dijiste que necesito sacar mis poderes, ¿hablabas en serio? —lo miré hacia arriba mientras asintió con la cabeza —. ¿En serio? —fruncí el ceño.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora