Capítulo 28 ☾

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Caden

—¿Por qué no te quieres quedar en la casa? —íbamos en el auto hacia su casa ya que no se quiso quedar a dormir en la mansión.

—Me da pena —se encogió de hombros, me miró de reojo a la espera de que dijera algo.

—¿Pena por qué? —le miré de reojo. Empecé a disminuir un poco la velocidad ya que casi llegábamos a su casa.

—Camille sabe que estamos juntos pero, Bastian...—la interrumpí.

—Te aseguro que lo sabe.

—No puede ser —con los dedos se quitó algunos cabellos de la frente —. ¿Estás seguro? —asentí con la cabeza.

—Más que seguro. Hasta Morgan sabe que estoy a tu completa disposición, soy tu esclavo sexual, me tienes a tus pies, estoy hechizado por ti —le aseguré lo que la hizo sonrojar un poco.

—Me gusta que seas mi esclavo sexual —musitó.

—Puedes atarme a la cama y no pondré resistencia, puedes hacer de mí lo que quieras y no voy a protestar.

—Estoy tentada a comprar unas esposas para que no te vayas de mi cama —cogí su mano con cuidado.

—Yo tengo unas, solo me las tienes que pedir —abrió la boca con sorpresa.

—¿Y tú por qué tienes unas esposas? —levantó una ceja.

—Tenía pensado atarte a mi cama esta noche, pero tendrá que ser en otra ocasión —encogí un hombro.

—Tonto.

—Me amas.

—Cada día más —dijo y la sonrisa en mis labios se hizo más grande.

Lo sabía, claro que lo sabía, ella me amaba, ella estaba empezando a amarme tanto o más de lo que la amaba yo a ella. Cogí su mano hasta que llegamos frente a su casa y me detuve apagando el auto.

—Me quiero quedar contigo esta noche —le dije quitándome el cinturón.

—Tienes que hablar con Bastian sobre tu familia —bufé. Me pasé ambas manos por el cabello y el rostro.

—¿Tengo que hacerlo? —asintió con la cabeza.

—Me di cuenta que te cuesta hablar de Bór y no digas que no —levantó un dedo.

—No lo niego, es solo que...—me giré por completo para verla —. Pase muchos años cuidándolo y cada día me daba cuenta que era un niño muy diferente a los de su especie, ¿sabes? Cómo si hubiera algo maligno dentro de él.

—Yo tengo algo maligno dentro de mí —frunció las cejas.

—Pero tú eres hermosa, estás llena de amor, hay mucha luz dentro de ti —cogí su mano y con el dedo empecé a acariciar el dorso —. Y con Bór no es así, o no era así hace años. No sé como sea ahora.

—Quizá ha cambiado —encogió un hombro.

—Espero no te equivoques, pequeña bruja, espero que haya cambiado un poco.

—No te llenes la cabeza con esos pensamientos negativos. Todo va a salir bien —sonrió.

Su dulce sonrisa tenía el efecto de hacer que me olvidara de todo lo malo que estaba pasando en ese momento. La amaba. Y el amor era el mejor analgésico para mí.

—Tienes la capacidad de convertir el peor de mis días en el más soleado de todos, con tan solo sonreír.

—Es el efecto que tengo sobre ti, vampirito —dijo con suficiencia.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora