Capítulo 34 ☾

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Caden

Nos quedamos en silencio por largos segundos en los que me dediqué a mirar a las personas que pasaban frente a nosotros. No sabía lo que ella estaba pensando a mi lado porque esta vez no quise indagar en sus pensamientos, no quería verme cómo un intruso que se mete en cosas que no le incumben.

—Lamento mucho lo que hice esa noche y lamento también haber huido como una cobarde —musitó —. Te dije que no te haría daño y es lo primero que hice —empezó a jugar con sus dedos de manera nerviosa.

—Me lastimaste más cuando te fuiste y no quisiste hablar conmigo —le dije la verdad.

—Lo siento. Tenía miedo.

—¿Y ahora tienes miedo? —me giré a verla y ella negó con la cabeza, la levantó y me encontré con sus hermosos luceros, pero esta vez había algo diferente en ellos —. Veo algo diferente en ti.

—He hablado con Belial, él está aquí y parece que no se va a ir en algún tiempo.

—¿Te hizo daño? —negó —. ¿Qué te dijo?

—Lo que ya sabemos, me quiere a mí para gobernar el infierno y el cielo. Quiere que sea su arma para revelarse en contra de sus hermanos y su padre —me explicó con calma —. Dijo lo que River ya nos había explicado, pero hay algo más.

—Dime —le dije cuando se quedó en silencio y no se atrevió ni a mirarme a los ojos —. Hazlo, no te quedes callada.

—Me mostró los recortes de cada noticia que te implica a ti en asesinatos y desapariciones —con que eso era —. Nunca me dijiste la magnitud de esto, Caden.

—Lo iba a hacer. Te lo iba a decir —levantó una ceja.

—¿Cuándo? —inquirió —. ¿Lo harías pronto?

—No, no te lo iba a decir pronto —suspiró frustrada.

—.¿Por qué?

—Precisamente por esto, porque no sabía cómo decirte todo lo que había hecho, porque me avergüenza el hecho de saber que soy un monstruo, porque no puedo lidiar con saber que he matado a personas inocentes.

—Pero ese no eres tú.

—Muchas de las veces sí, Bryony. No soy tan inocente cómo tú piensas, tengo reservado un sitio en el infierno por cada atrocidad que he cometido a lo largo de los años —sus manos se asieron a la orilla de la banca donde nos encontrábamos sentados.

—Me hubiera gustado que fueras tú quien me dijera esto y no enterarme por Belial —suspiró.

—Lo lamento, intenté decírtelo más de una vez pero cada que lo iba a hacer me recordaba que tú no te mereces a alguien tan podrido como yo.

—No digas eso —se giró por completo a mí —. Tú no eres ese monstruo que tantas veces me has querido hacer creer que eres.

—Lo soy —musité.

—No, no tienes la culpa de nada de lo que ha pasado. Belial fue quien te transformó, él metió ese demonio en ti y este se apodera de todo lo que haces. No tienes control de tus acciones.

—Aún así soy culpable.

—Caden —su voz salió dulce y tierna.

—¿Estás molesta conmigo? —negó.

—No estoy molesta, Caden, solo estoy decepcionada, creo que no me tienes la confianza suficiente para que sepa todo lo que has hecho.

—Lamento no ser perfecto para ti, lamento tener errores y seguir cometiéndolos día con día —me giré hacia el frente y ella hizo lo mismo.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora