Capítulo 4 ☾

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Bryony

Mi madre era una mujer hermosa con los ojos de un color gris pálido, sus cabellos eran negros, lo único que le había heredado a ella ya que en todo lo demás era como mi padre, al que nunca conocí porque murió antes de que yo naciera.

Me hubiese gustado conocerlo, saber como era, al menos quería tener una foto de él pero ni siquiera eso tenía y a veces me ponía triste no saber como era mi padre. Solo tenía los recuerdos que mi madre me platicaba, ella decía que era un hombre muy atractivo, encantador y muy inteligente. Con el cabello negro y unos abismales luceros azules.

Se conocieron hace muchos años, cuando ella estaba terminando el colegio, ella tenía diecinueve años cuando lo conoció y de inmediato se enamoró de él al igual que él de ella. Quedó embarazada de mí pero él murió antes de que yo naciera, al menos supo que iba a ser padre de una niña y se fue sabiendo que mi madre lo amó con todo su corazón.

No sé mucho de él, solo su nombre y ya: Divel. Es lo único que yo sabía de él y todo lo demás era un enigma, un secreto que mi madre guardaba con recelo solo para ella. Sentía que ocultaba cosas, ella tenía muchos secretos que no me quería decir y que yo necesitaba saber a como dé lugar.

Me encontraba en el sótano, buscando lo que sea que tuviera alguna conexión con mi padre, desde hacía algunas noches tenía pesadillas, eran oscuras, tétricas, llenas de sangre y me daban tanto miedo, quizá todo tenía relación con él, porque sentía una gran conexión con todas esas imágenes que surcaban por mi cabeza.

No había nada en las cajas, solo algunos dibujos que yo hice cuando pequeña, los libros de mi madre con hechizos, la historia de las brujas y todo lo que tenía que saber acerca de nuestras hermanas. Nada más que eso, no lo que yo quería encontrar.

—¡Ah! —grité de coraje, llevando mis manos a mi rostro. Estaba molesta, frustrada y confundida, ¿Cómo era posible que no hubiera ni una foto de mi padre? Hace veinte años ya existían las cámaras así que mi madre pudo tener una fotografía de papá, pero no había nada, ni siquiera un dibujo, nada de él.

—¿Qué buscas? —pegué un respingo cuando escuché la imponente voz de mi madre detrás de mí.

Me giré para verla, estaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Estoy buscando un hechizo —le dije sin más. No titubeo ni dudo en hablar.

—¿Cuál hechizo? —relajó un poco el ceño pero seguía con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Uhm...—pensé rápidamente que mentira decirle, lo que sea que me sacara de este embrollo en el que yo misma me había metido.

¿Y si mejor le dices la verdad? Déjate de niñerías y pregúntale de una vez por todas por él.

Me puse de pie sobándome el brazo y me giré por completo.

—La verdad es que te quiero hacer una pregunta —se descruzó de brazos.

—¿Qué me quieres preguntar, Bry? —se acercó a las cajas que yo había abierto.

—Es acerca de mi...ejem...de mi papá —mi voz se escuchó lenta y temerosa. Sabía que no le gustaba hablar de ese tema.

—Ya te dije que...—pero antes de que me pusiera uno de sus tantos pretextos la detuve molesta.

—Ya sé que cuando se trata de él no tienes nada que decir pero yo necesito saber más cosas que solo su nombre, quiero saber tantas cosas y tú...

—No hay nada que decir —revisaba el contenido de las cajas con mucho cuidado —. Te he dicho todo lo que sé de él, Bry.

—Pero, ¿cómo estuviste con un hombre sin saber nada de él?

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora