Capítulo 44 ☾

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Caden

El lugar era frío, húmedo y oscuro, sentía el miedo recorrer mi piel y apoderarse de la poca valentía que todavía tenía en ese momento. El miedo estaba presente en cada centímetro de mi ser y era la sensación más horrible que pude sentir a lo largo de toda mi vida.

No le temía a casi nada pero esta vez no era así, estaba aterrado, lleno de miedo y pavor.

Sabía que esto podía pasar pero nunca quise que fuera de esta manera, no así, no en este momento. Ahora lo había perdido todo y no tenía idea de si algún día iba a recuperar lo que se me había quitado hacía mucho: la libertad. Algo que me fue arrebatado desde hace tanto ya que no sabía cómo se sentía ser libre.

—Tienes que dejarme ir —le dije. Sus pasos eran pausados, estaba cansado, hambriento y se balanceaba de un lado al otro, apoyando sus manos en las paredes rocosas de este laberinto.

—Tantos años me tuviste encerrado, ahora es mi turno de hacerte pagar por los años de encierro —se dejó caer en la pared y soltó un suspiro. Estaba herido pero aquello le importó muy poco —. Es mi turno, Caden y te aseguro que nos vamos a divertir mucho —se rio burlón y empezó a caminar de nuevo.

Me encontraba encerrado en mi propia mente y era lo peor que me pudo pasar en ese momento. No sé cómo fue que logró apoderarse de cada cosa que era mía, era yo en toda le extensión de la palabra, pero mi esencia jamás le iba a pertenecer y me odiaba por eso, porque por más que se quisiera parecer a mí nunca sería yo. Era lo único que me quedaba, sabía que todos se iban a dar cuenta de aquel engaño e iban a terminar con esta mentira de una vez por todas.

—¿Ves eso? —levantó el brazo y señaló a la distancia —. Estamos tan cerca de poder salir de este horrible lugar —masculló y siguió caminando más y más. Estaba débil pero su orgullo podía más que nada, quería salir de este lugar para empezar a cometer sus atrocidades cómo siempre hacia.

Nos acercamos a la entrada de los túneles, la reja estaba un poco abierta y alcancé a escuchar el sonido peculiar de aquella voz tan familiar.

—¿Camille?

—Oh sí, es nuestra amada Camille —puso una mano en la reja de la puerta y empujó para abrirla. Al verlo Camille se quedó estática, abrió los ojos y una bonita sonrisa se dibujó en los labios.

¡No soy yo! —quise gritar y quise más que nada que ella me pudiera escuchar —. ¡Huye! ¡Corre! ¡No te acerques a mí!

Fue demasiado tarde cuando ella se dio cuenta que ese Caden no era yo. Él la había lastimado y eso no se lo iba a perdonar, jamás.

Bryony

Thea y yo salimos a platicar un rato, tenía demasiadas cosas que hacer pero no quería hacer nada, solo tomar un poco de aire y ya. Sentía que la cabeza me iba a explotar con tanta información.

Fuimos por un café y algo para comer ya que en la cafetería no había nada bueno. Caminamos un rato y me platicaba cómo iban las cosas con Curtis, por lo que dijo lo suyo iba tan en serio que ella ya estaba pensando en el día que se entregue a él por completo.

—¿Crees que me haga daño? Al ser un lobo, yo...uhm, temo que me lastime —apretó los labios.

—No quiero saber eso —le dije mordiendo mi galleta de avena —. No me digas cuando eso pase —me miró indignada.

—Tú me dijiste cómo fue todo con Caden y yo no te dije que no me dijeras nada.

—¡Por qué tú sí querías saber todo! Hasta en qué posición lo hicimos —sentí mis mejillas calentarse.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora