Bryony
Busqué a Camille por toda la universidad pero no logré hallarla. Parece que se desaparecía entre clases y quien sabe a donde iba la temible vampiresa. Fui grosera con ella y jamás debí decir aquellas palabras pero mi lengua fue más rápida que todo lo demás y cuando menos lo vi ya le había dicho lo que pensaba.
Quedé de encontrarme con Thea ya que ella me estaba ayudando a buscar a Camille, pero al verla desde lejos supe que tampoco la había encontrado.
—¿Nada? —negó con la cabeza —. Mierda —suspiré.
Me pasé una mano por la cabeza mirando mi entorno.
—Nunca debí decirle eso, ahora me siento cómo una estúpida —me acomodé la mochila en el hombro.
Ya le había platicado todo a Thea, desde lo que nos dijo el médium, lo que pasó con mi madre y Caden y lo de Camille aquella mañana.
—No es tu culpa —puso una mano en mi hombro —. Ese demonio tuyo es celoso y posesivo —volteé a verla y solo se encogió de hombros.
—Y lo odio —me quejé. Las dos empezamos a caminar sin rumbo fijo.
—¿Por qué? —me miró con curiosidad.
—Porque nunca me había sentido de esta manera. Es...no lo puedo controlar —dije bajo. Las personas pasaban a nuestro lado —. ¿Podemos hablar en otro lugar?
Ella lo entendió de inmediato y salimos de aquí para ir a un lugar apartado, para hablar en paz y que nadie nos pudiera escuchar.
—¿Qué es lo que sientes? —me preguntó.
Pasamos a comprar chuches. Ahora estábamos lejos de todos los alumnos, casi por el parque donde vi la otra vez a Caden.
—Es una fuerza que me sobrepasa, es fuerte, oscura, me trae malos pensamientos y cuando me molesto quiero ver arder todo. Saca lo peor de mí, Thea y me da miedo —al levantar la cabeza para verla me di cuenta que más que pena o lástima sentía tristeza por verme así —. Quise hacerle daño a mi madre. Pasaron muchas cosas por mi cabeza en ese momento y siento culpa —tragué saliva.
—Pero no es tu culpa. Quizá el ver a Jareth lastimando a esa chica activó ese demonio que eres —dijo serena.
—Y no deja de ser mi culpa que esté muerto ahora —suspiré —. River dijo que tenía una parte angelical por ser Belial antes un ángel pero yo siento que todo se está pudriendo dentro de mí. Me da miedo hacerte daño, a mi madre, a quien sea que esté cerca. No quiero —negué con la cabeza.
Quería soltarme a llorar pero entendí que hacerlo no iba a solucionar nada. No podía ir por ahí llorando por todo, no lograría nada siendo tan débil.
—No lo harás —puso una mano en mi hombro.
—¿No tienes miedo? —negó con la cabeza, tenía una bonita sonrisa en los labios.
—¿De ti? Claro que no, eres mi mejor amiga desde que mojaba la cama. No te tengo miedo, Bry, y creo que tú tampoco deberías tener miedo de ti —fruncí el ceño.
Yo no había pensado en eso.
—No pensé en eso.
—Lo sé, a veces eres un poco despistada —entorné los ojos —. Así como no te das cuenta que Caden babea por ti. Ese vampiro se deshace por ti, Bryony.
—Eso lo sé.
—¿Y qué esperas? —se cruzó de brazos.
—No sé —me encogí de hombros —. Quizá estoy esperando el momento correcto.
