Capítulo 31 ☾

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Bryony

Miré por última vez a Thea antes de salir de la habitación con Al y Aluca detrás de mí, pisándome los talones. Salimos de la casa sin hacer mucho ruido para no alertar a mi amiga o a sus padres. El frío de la noche me golpeó el rostro y tuve que abrazarme para calmar un poco el estremecimiento que me calaba los huesos.

Al cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido mientras su hermana me daba un empujón para avanzar hacia la calle donde un lujoso auto negro esperaba con las puertas traseras abiertas y las luces encendidas.

—Mueve tu delgaducho cuerpo, bruja —cogió mi brazo, enroscando sus dedos en mi delgado brazo y me llevó hacia el auto para hacerme entrar en la parte de atrás. Cuando estuve dentro del lujoso auto miré el interior y me centré en el conductor que mantenía la vista fija al frente.

Aluca se sentó a mi lado mientras que Al lo hizo en el asiento del copiloto, al cerrar la puerta el auto se puso en marcha.

—¿Con quien me llevan? —pregunté a quien sea que me quisiera responder —. Al menos necesito saber eso, ¿No?

—No —respondió Aluca. Al no decía nada solo miraba al frente al igual que el conductor a su lado —. No vas a saber nada hasta que estemos frente a esta persona.

No insistí más, mucho menos lo hice cuando miré a Aluca y me regreso la mirada con ganas de querer ahorcarme. El trayecto fue en silencio, un silencio sepulcral que me erizaba la piel. Solo escuchaba el sutil sonido del motor y miraba por la ventanilla intentando descifrar por donde estábamos, pero al ser de noche poco podía apreciar.

El auto se detuvo frente a un reja y esperamos por algunos segundos en los que esta se abría y entramos a una gran mansión, mucho más grande que donde vivía Caden y su familia. No me sorprendió ver una enorme piscina en uno de los costados. Cuando el auto se detuvo el chofer salió y me abrió la puerta, Aluca y Al salieron del otro lado. Le eché una mirada al chofer pero por más que hice memoria no logré reconocerlo, además de que parecía estar en algún tipo de trance ya que lucía algo demacrado. Quizá era algún demonio cómo los hermanos demonios.

—Vamos —Aluca me cogió del brazo de nuevo y me empujó dentro del enorme complejo de dos pisos de alto. Empujó la puerta y me sorprendió ver lo hermoso que era todo por dentro. Arriba de mi cabeza había una gran lámpara de telaraña que iluminaba todo el lobby, las escaleras eran anchas y llevaban al piso de arriba donde se veían algunas puertas de madera.

Me guio por un largo y ancho pasillo donde en las paredes había muchos cuadros tétricos y escalofriantes. Eran demonios, algunos de ellos eran tan explícitos que decidí mirar a otro lado y enfocarme en la hermosa alfombra bajo mis pies. Al final del pasillo había una puerta de madera, grande, con hermosos adornos alrededor. Nos detuvimos y Aluca empujó la puerta, al voltear, era Al quien estaba cerrando. Me giré de nuevo y me encontré con un enorme despacho. Todo aquí gritaba dinero, desde la alfombra hasta los cuadros en las paredes.

—Ya está aquí, padre —dijo Aluca, soltándome y dando un paso atrás.

¿Padre?

—Muy bien —aquella voz era demandante, fuerte y me estremeció de pies a cabeza, pero no de una manera agradable. Al contrario, sentí miedo y quería salir corriendo de este lugar.

Frente a mí había un sofá rojo de piel.

—Siéntate, por favor —indicó.

Sentí un tirón por parte de Aluca que me hizo sentarme en un sofá, ella se quedó detrás de pie, igual que Al.

—¿Quién eres y qué quieres? —le pregunté. No recibí respuesta alguna de su parte, pero el sofá empezó a girar y así desvelar la figura de esa imponente y tétrica voz.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora