Capítulo 23 ☾

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Belial

Me mantenía alejado del resto de mis hermanos. Solo observándolos y escuchando lo que decían. Tenían una reunión de quien sabe qué pero poco me importaba lo que ellos tenían que decir, me tenía sin cuidado lo que hacían.

Escuché los pasos acercarse hasta donde yo estaba. Me mantenía con las manos en la espalda y una postura erguida.

—Dime que ha pasado —le ordene y se detuvo justo detrás de mí.

—Lamento darle estas noticias, pero su hija ha mantenido relaciones sexuales con ese vampiro —gruñí —. ¿Señor?

—Dime.

—¿No hará nada? Si su hija llega a tener un bastardo será nuestra ruina, lo sabe.

—Eso no va a pasar —dije despreocupado —. Él no puede tener hijos y si por alguna extraña razón se llegara a dar tal barbaridad yo me haré cargo de ese problema.

—¿Entonces qué hago, señor?

—Nada, solo vigila y me traes noticias cómo siempre.

—Entiendo —se alejó. A lo lejos Lucifer me echó una mirada de reojo, al verlo irse por aquel pasillo.

Mi hermano mayor le dijo algo a los demás y desapareció para aparecer frente a mí. Me mantuve impasible en mi lugar, bajo su atenta mirada.

—¿Qué estás tramando ahora? —me rodeó para observarme con una mano bajo la barbilla.

—¿De qué hablas?

—Sé que has enviado dos demonios a la tierra —se detuvo frente a mí.

Cuando adopta su figura humana podía ser más arrogante de lo que era de por sí.

—Y sé que tramas algo —entornó los ojos.

—Los he enviado para cuidar de mi hija —aquellas palabras le hicieron reír, explotando en una carcajada.

—¿Desde cuándo te preocupa tu vástaga? Si el día que su madre te dijo que estaba embarazada huiste cómo el cobarde que eres —sus palabras no tenían ningún efecto en mí.

—Siempre he cuidado de ella sin que lo sepa y lo sabes —espeté.

—No me creo el cuento de que te preocupas por ella —se llevó una mano a la barbilla —. No sé que es lo que estás tramando pero más te vale que esto no tenga que ver con nuestro padre porque te vas a meter en muchos problemas, hermanito —puso una mano en mi hombro pero la aparté con furia.

—Desde que Lilith se fue estás muy paranoico, hermanito —le dije en el mismo tono de voz.

—Ella no me dejó, yo la eché que es diferente —solo decía eso para convencerse de algo que era totalmente falso. Lilith se había ido para tener una vida lejos de él y su asfixiante presencia.

—Es mi hija —le recordé.

—¿Y eso qué? Nunca te ha importado.

—¿No puedo cuidar de ella?

—No —se cruzó de brazos —. No eres tan bueno, Belial. Siempre quieres más, siempre acomodas las cosas a tu conveniencia y beneficio y temo que esta vez lo estés haciendo de nuevo. No interfieras en sus planes, no te metas en lo que ya está escrito. Nuestro padre sabe lo que hace.

—¿Lo estás defendiendo? —no podía creer que el mismísimo Lucifer me estuviera diciendo esto —. ¿Después de lo que nos hizo todavía lo defiendes? —mis manos se volvieron puños.

—Esto me lo hizo a mí, si tú y mis hermanos me siguieron fue por su cuenta porque yo nunca les pedí que se rebelen y me sigan —espetó. Una de las venas de su sien estaba hinchada.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora