Capítulo 22 ☾ (+18)

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Hola, para poder leer el siguiente capítulo necesito 150 comentarios, aquí, por favor no me gusta hacer esto, pero siento que sin comentarios es que no les gusta lo que escribo, creo que no tendría que pedírselos, ¿o sí? 

Caden

Mi boca presionaba sus labios con delicadeza pero mi lengua dentro de esta tomaba posesión de la suya. Mis manos en su cintura ejercen la presión necesaria para que de vez en cuando un jadeo brotara de lo más profundo de su garganta. En cambio sus manos se enlazaban detrás de mi nuca con sus brazos rodeando mi cuello. Las yemas de sus dedos rozaban mi piel tibia. Mi pelvis se acercaba a su zona íntima sin descaro y sin pudor.

Esto era lo más lejos que habíamos llegado en todo este tiempo y no quería dejar pasar más del necesario. Era una tortura no tenerla debajo de mí, quería arrancar su ropa, besar cada centímetro de su piel y morder todo lo que pudiera. Tenía una obsesión insana con su persona y este deseo solo creía más y más dentro de mí. Era algo que me estaba consumiendo desde el primer segundo que la vi. Era un deseo poderoso y devastador.

Mi cuerpo ardía anhelando el momento de estar dentro de ella, sentir su piel rozar la mía, ansiaba el momento de estar encima de ella o debajo, cómo fuera pero por fin, poder entregarme por completo a esto que me estaba quemando por dentro. Quería consumar por fin estas infinitas ganas por ella, quería calmar esta sed que no se quitaba con nada y que solo me volvía loco. Quizá me estaba volviendo loco pero el deseo que irradiaba junto al deseo solo acrecentaban estas infinitas ganas de ser suyo.

—Te necesito tanto —dije en un jadeo. Tenía sus labios sobre los míos.

—Y yo te necesito a ti —abrí los ojos para encontrarme con esa mirada lasciva. Sus labios estaban hinchados, rojos, un poco abiertos. Sentía su corazón martillar contra sus costillas.

Mis manos cosquillean por más, no me era suficiente con esto. Tenía una necesidad imperiosa por terminar esto de una jodida vez. Cada segundo era mucho más difícil poder tener mis manos quietas. Cada segundo era una tortura que me estaba matando y quería consumarlo ya, de una jodida vez por todas.

—No será tan fácil para ti —puso un dedo sobre mis labios. Lo apartó y señaló hacia la puerta, escuchamos golpes en la madera.

—¿Ahora qué hago yo con esto? —bajé la mirada a mi entrepierna. Sus mejillas tomaron un color rosado y se encogió de hombros.

—Yo abro —se adelantó.

—¿Y a mí en qué me ayuda que abras la puerta? —sentía las bolas hinchadas y dolían. Joder.

—Cúbrete eso —señaló mi evidente erección y se bajó de la mesa.

—Gracias —dije de manera sarcástica —. Ya sé que lo debo cubrir —salió de la cocina —. Carajo —baje la mano a aquella zona aflojando un poco la tela del pantalón. No me quedaba de otra que aplicar la vieja conocida.

Fui hacia la sala y opté por cubrir el bulto bajo mis pantalones con uno de los cojines del sofá donde me senté. Quería lucir despreocupado, nada tenso, ni afectado por lo que había pasado pero era más que obvio que no sería tan fácil disimular mi evidente estado. Tan sola besarla ya era una tortura para mí y con esto que había pasado era obvio que estaba afectado. Bufé y apreté los ojos unos segundos para intentar alejar aquellas imágenes de mi cabeza. Todavía sentía el cosquilleo que dejaban sus besos sobre mis labios. Todavía sentía sus senos apretarse bajo la tela de su suéter.

—Mierda —abrí los ojos cuando Curtis, Anthea y mi brujita entraron a la sala. Levanté la mano cuando Curtis lo hizo y quise ponerme de pie pero recordé mi pequeño problemita.

Eternal ☾ (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora