octava parte.

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Alyssa podía jurar que le temblaban las piernas por lo acontecido, aunque logró guardar la compostura y aunque le costó al minuto de los acontecimientos ya se mostraba imparcial por ellos. Dana, por su parte, aún seguía algo ruborizada y sorprendida consigo misma por haber tomado aquella acción y besado de aquella forma su mejilla, ya que no solía ser una persona que hiciera ese tipo de cosas con alguien a quien apenas conocía.

Estas volvieron a emprender el rumbo hacia la tienda, ya que Alyssa debía ayudar en lo que podía a su abuelo, pero para la sorpresa de ambas cuando lo hicieron este se encontraba cerrando ya el local.

- ¿acabaste ya? - Preguntó curiosa su nieta, quien tomó rápidamente de sus brazos una caja pesada para cargarla ella.

- Ha pasado una hora desde que te marchaste, señorita y abuela nos espera para comer.

- Perdona... - Casi murmuró apenada Alyssa, ya que había ido principalmente para ayudar a sus abuelos. - Por cierto, ella es Dana.

- La conozco. - Contestó rápidamente esté con una gran sonrisa, ya que más allá de conocerla por la situación anterior en la puerta de la tienda lo hacía por la vez que entró y porque también conocía a sus padres. - ¿Cómo se encuentran tus padres?

- Bien, por suerte el temporal casi que no ha afectado a la casa y al local donde trabajan.

Este asintió y tras despedirse con una breve sonrisa giró sobre de sus pies y se mwrchó hacia la camioneta con el fin de dejar que ambas muchachas se despidieran.

- Bueno Dana, me marcho ya. ¿Te..

- ... apetece que nos veamos luego? - Terminó la frase esta, sorprendiendo a Alyssa, quien se echó a reír con fuerza.

- Claro. No olvido ese paseo que me debes por el pueblo y esa persona a la que me quieres presentar.

- Me quedo con el paseo por ahora. ¿Te parece bien sobre las seis?

- Me parece perfecto.

Ambas se despidieron y tras un breve juego de miradas en el momento en el que la joven y su abuelo pasaron por su lado Dana volvió a su casa, ajena de la desagradable situación que había vivido con su ex gracias a la presencia de Alyssa y la gran noticia que le había dado. Esta no podía creer que le ofrecieran grabar su propia música de forma profesional y menos siendo de la mano de Alyssa, a la que tanto cariño tenía desde el primero momento en el que se conocieron.

No supo cómo darle la noticia a su amigo, pero prefirió dejarlo estar hasta que fuera oficial, ya que podía comentárselo a alguien.

Una vez que había casi que qnochecido unas luces de una camioneta cegaron a Dana al entrar en la calle que daba a su vivienda. Esta esperaba en la puerta de ella, ansiosa por volver q ver a quien ya consideraba su amiga y por volver a hablar con ella de lo que le había confesado aquella tarde que tenía preparado.

Alyssa estacionó en la entrada y esperó sonriente a que entrara en el coche, proporcionándole un inesperado beso en su mejilla que determinaba un empate en cuanto a esos gestos. Dana le sonrió tímida a la vez que nerviosa y una vez que indicaron dónde querían ir, emprendieron el rumbo.

- ¿Dónde me llevas? - Preguntó curiosa Alyssa, quien a pesar de conducir no sabía el destino.

- Cuando era pequeña siempre subía con papá a una pequeña zona que hay en la montaña y desde donde se ven geniales las estrellas.

- Sabes como ganarme. - Confesó con una gran sonrisa adornando su rostro Alyssa, quien no esperaba menos de un plan en compañía de Dana.

Estas llegaron a la zona más cercana para ir andando hacia su destino final. Una vez allí y tras pasar por un supermercado, guardaron las bebidas y comida dentro de una pequeña maleta junto a unas mantas por si hacía frío y emprendieron el camino en completo silencio, uno que más allá de ser incomodo reflejaba lo cómodas que se encontraban la una con la otra.

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