Cuando Dana salió aquella mañana casi otoñal de su casa pudo notar cómo su teléfono sonaba en el interior de uno de sus bolsillos. Esta se mostró ajena al menos las tres primeras veces, mientras que paseaba por el puerto a la espera de su padre y hermanos, pero cansada de la insistencia por parte de la persona que fuera terminó descolgando.
- ¿Si?
- Danita. - La voz de Alyssa la sorprendió por completo, esta no la esperaba para nada ya que apenas hacía unas semanas en las que no había hecho por ponerse en contacto con ella, aunque no podía juzgarla, ya que había sido mutuo.
- Hola Alyssa, ¿cuál es el motivo para que insistas tanto en que te conteste?
Esta se apoyó en la barandilla, el aire fresco del mar lograría calmar las ansias y los nervios al hablar con aquella muchacha que tanto extrañaba.
- ¿Cómo estás? Te llamaba para informarte de que ya tengo tus pasajes y los de los chicos, pero debo advertirte algo.
- Claro, dime.
- Verás, a pesar de que he intentado que coincidamos en la ciudad se me hace imposible que sea así, por lo que no nos veremos durante vuestra estancia. Espero que no te importe...
A pesar de que Dana no tardó en contestar el tiempo pasó realmente lento para ambas, pero sobre todo para Alyssa.
- No importa, igualmente te dije que no tenías por qué pagarnos nada o ocuparte aún más de mi, sé cuidar de mi misma.
- Perdona, es solo que te lo prometí y me siento mal por todo lo que ha ocurrido últimamente.
- ¿A qué te refieres?
- Nada, déjalo. - La muchacha soltó un pequeño gruñido ante la respuesta por su parte, sabía que tenían un tema pendiente del qué hablar y que pretendía resolver en esa escapada a Londres. Aún así quiso ser objetiva.
- Cuando quieras hablar de ello seré todo oídos para ello, ¿entendido? Ahora debo irme, mi padre está al llegar.
Alyssa apenas pudo reaccionar a las palabras de Dana y aunque quiso volver a llamarla para contarle todo lo que le había ocurrido últimamente prefirió seguir ocultando esto. Dana, por su parte, emprendió el camino por el paseo con el fin de llegar a la playa a la que habían ido aquella noche ambas, necesitaba despejarse de nuevo. Sin embargo, una grabe voz la hizo pararse en seco, concretamente la conversación que se traían entre manos.
- ¡Hazlo ya! - Exclamó el trajeado señor que se escondía detrás de una vieja casa que se encontraba en el borde del puerto. Por su parte, Dana se escondió entre los escombros de esta y decidió prestar atención a las conversación, pues aquello había llamado por completo su atención. - Necesito ese barrio para dentro de unos meses, no tengo más tiempo.
El señor se acercó desafiante a los jóvenes que se encontraban frente a él, ya que este permanecía de espaldas a Dana, y propinó un golpe en la nuca del primer muchacho, el cual reconoció perfectamente la joven, era Ricky.
- Lo siento mucho... necesitamos más tiempo, están investigando lo que ocurrió en el último temporal y no podemos arriesgarnos tanto.
- ¿La suma de dinero que les hemos dado ya no les parece suficiente? - Gritó nuevamente el otro señor, sacando algo de su chaqueta que asustó a todos los presentes, incluso a Dana que se encontraba ajena a la situación.
Esta desvió su mirada hacia su teléfono movil que comenzaba a vibrar y lo logró apagar antes de ser descubierta o eso pensaba, ya que al alzar su mirada los jóvenes observaban para el lugar en el que se encontraba escondida. Su corazón se detuvo por un segundo ante el miedo a ser descubierta, pero, afortunadamente esto no fue así, ya que el señor trajeado tomó por la pechera a Ricky, llamando nuevamente la atención de todos.
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Prisioner.
Fanfictiondespués de una vida frente al ojo pública, tras haberse visto envuelta en una traumática ruptura y ser presa del alcoholismo la joven Alyssa decidió tomarse un descanso en el pueblo de sus abuelos; allí conoció a Dana, una muchacha carismática y que...