tercera parte.

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¡Hola! Vuelvo a estar por aquí con un capítulo nuevo como un regalo de mí para vosotrxs. Espero que paseis una increíble navidad a pesar de la situación en la que nos encontremos y que Papa Noel os deje muchos regalos. 


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Sin saber cómo ambas jóvenes acabaron aquella noche en el puerto del pueblo, donde podía verse desde allí un sin fin de playas semi desiertas y una pequeña feria que parecía encontrarse en un estado poco salubre y de abandono. Alyssa no dejaba de observar con sigilo a Dana, quien, envalentonada había tomado el rumbo de la noche y paseaba por la acera con torpeza.

- ¿Qué se supone que podemos hacer aquí?

Murmuró Alyssa, ya que  no podía no hacer caso a los malos pensamientos que la embargaban, donde ambas se veían envueltas en un sin fin de barbaries por parte de varios sujetos desagradables.

- Sígueme y confía en mi.

Y así hizo. Por unos instantes siguieron paseando de la misma forma y minutos más tarde terminaron llegando hacia una zona donde apenas llegaban las luces de las farolas más cercanas y donde ya había casi que saltar escombros para abrirse el paso hacia donde fuere que Dana quería ir. Este lugar, para la sorpresa de Alyssa, termino siendo un recobo de la costa en la que el agua no llegaba con fuerza y ambas podían pasar tiempo allí, al menos hasta que la marea subiera más.

- ¿Cómo conoces esta zona? - Preguntó curiosa Alyssa, quien había sostenido a Dana ya que esta estuvo a nada de caer de boca por una de las piedras que obstaculizaban el camino.

- Me lo enseñó un viejo amigo hace tiempo. Espero que te guste.

Y así era, ya que a pesar de encontrarse en una zona complicada de acceso merecía la pena ir hasta allí.

Alysson estiró aquella manta que había guardado debajo de su brazo y permitió que Dana tomara asiento en la mayoría de ella, haciéndolo ésta justo a su lado, permaneciendo ahora ambas con la vista ahora fijada en el mar.

- ¿Podrías contarme algo más sobre ti? - Inquirió la precursora de aquel plan, quién en cierto modo era consciente del estado en el que se encontraba y lo jocosa que sería la mañana siguiente.

- ¿Qué quieres saber?

- Algo más allá de lo que me has contado sobre el pueblo, es decir, tú vida fuera de él. Imagino que será más interesante que esta.

Y tras plantear qué podía decirle por unos instantes, que para Dana fueron una eternidad, Alysson chasqueó su lengua y ladeó su rostro para mirarla antes de hablar.

- Después de mudarme a Londrés, papá entro a trabajar en una empresa dedicada a llevar a artistas; cantantes, actores... y al final eso provocó que terminara interesándome por ese mundo. Ahora trabajo junto a él.

La historia dejó boquiabierta a Dana, pues en el fondo estaba casi en lo cierto respecto a su visión sobre la muchacha. Esta acercó curiosa su rostro, dejándolo a escasos centímetros del de Alyssa como había ocurrido horas antes y cerró sus ojos en un intento de ver mejor lo que la luz de la luna le permitía de su acompañante.

- Me sonabas muchísimo, y esta mañana me di cuenta de que tú eres la chica que cantó en uno de esos comerciales navideños junto a esa famosa.  - Esas palabras lograron hacer reír a Alyssa, quien se alejó rápidamente ante los nervios que provocaban en su tripa la cercanía con Dana.

- No, dudo que tengas razón, sólo estás borracha y jocosa.

- Exacto, borracha y puede que jocosa, pero no equivocada. Tu cara me sonaba mucho y soy tonta por no haber caído antes en ello. ¿Por qué no querías decírmelo?

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